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Familia, escuela y amigos son las fuentes de información sexual para adolescentes

Jueves, 08 de septiembre de 2011 19:31

Las principales fuentes de información sobre sexualidad para los adolescentes son la familia, la escuela y los amigos, en tanto la edad promedio de iniciación sexual es a los 15 años, reveló una encuesta con jóvenes escolarizados de 14 a 19 años realizada por la Fundación Huésped y Unicef.

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Las principales fuentes de información sobre sexualidad para los adolescentes son la familia, la escuela y los amigos, en tanto la edad promedio de iniciación sexual es a los 15 años, reveló una encuesta con jóvenes escolarizados de 14 a 19 años realizada por la Fundación Huésped y Unicef.

La Ley 26.150 Programa Nacional de Educación Sexual Integral es un instrumento legal pertinente respecto a lo que están diciendo los chicos, de donde surge que la escuela no es reemplazable por otros sistemas de comunicación afirmó el representante de Unicef en Argentina, Andrés Franco.

En una conferencia de prensa de la que también participó el presidente de la Fundación Huésped, Pedro Cahn, las entidades divulgaron el estudio realizado por Adriana Durán y Mariana Vázquez, a través de entrevistas personalizadas con 1.100 jóvenes de las ciudades de Buenos Aires, Posadas, Mar del Plata y Roca, así como los conurbanos de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Jujuy y Mendoza.

El 39% de los encuestados declaró que acude a la familia para obtener información sobre sexualidad, en tanto el 30% se inclina por la escuela y el 25%, por los amigos.

Si bien es muy extendido el uso de medios electrónicos como la televisión o Internet, las respuestas sostienen que los familiares, la escuela y los pares resultan más confiables para resolver consultas sobre sexualidad, por la “confianza“, “claridad“ y “calidad“ de la información.

“Las fuentes de asesoramiento entre escuela y familia suman el 69%, mientras que la televisión sólo es tenida en cuenta en el 1% de los casos, lo cual no quiere decir que no se reciban estímulos, por defecto”, a través del medio televisivo, advirtió Cahn, también jefe de Infectología del Hospital Fernández.

Franco enfatizó la necesidad de “no dejar a docentes y papás solos en esto, donde se necesita el apoyo integral de la sociedad y el Estado” para generalizar los alcances de la Ley de educación sexual Integral.

Cahn afirmó que “la población adolescente para nosotros es un `blanco` como objetivo de prevención” de enfermedades de transmisión sexual como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH-SIDA).

Que los “15 años sea la edad de iniciación sexual es una señal de alerta sobre cuándo hay que empezar con la información, porque si vamos a esperar a los 17, llegamos tarde”, sostuvo Cahn.

El médico consideró que “el embarazo no deseado adolescente es una tarea pendiente que requiere de la coordinación de varias organizaciones”.

Es que la encuesta consignó que, pese a que un 97% de los chicos declaró conocer algún método anticonceptivo, el 13% de las entrevistadas estuvo alguna vez embarazada, un 25% de las cuales, cursó el embarazo en edad menor a 15 años, mientras que otro 46% de ese ítem tuvo su primer embarazo entre los 16 y 17.

De las jóvenes que estuvieron embarazadas, el 29% declara no haber tenido ningún hijo, en su mayoría el grupo de mayor nivel socioeconómico (66%), aunque no se indagó el motivo por el cual el embarazo no llegó a término.

“Es destacable el amplio porcentaje, 66%, que dice utilizar siempre métodos anticonceptivos para evitar embarazos“, dicen las conclusiones.

No obstante, “el 37% no mencionó el preservativo masculino, lo cual es una señal de alarma” para quienes trabajan en la prevención de enfermedades de transmisión sexual, observó Cahn.

El médico dijo que, pese a que en Argentina no hay barreras económicas para el test de VIH-SIDA, que se hace gratuitamente en hospitales y centros de salud, todavía persisten barreras psicológicas de las personas, o de prejuicios médicos, como ocurre con profesionales que no indican el testeo por la apariencia del paciente, sobre todo en la clase alta.

Los especialistas opinaron que el Programa de Salud Sexual y Reproductiva “tuvo impacto en la información y las prácticas”, por ejemplo, en el aumento del uso de preservativo -del 73% declarado en 2003 al 89% en este estudio-, con la distribución anual de “50 millones” de unidades gratuitas, estimó Vázquez.

Un grupo de preguntas para medir el nivel de discriminación hacia personas con VIH mostró que el 41% no tomaría del mismo vaso que una persona de la cual sabe o sospecha que porta el virus, conducta que no está vinculada a la transmisión de la enfermedad e indica un prejuicio por falta de información.

“El receptor de la encuesta dice que busca información en la escuela, así que es necesario mejorar las condiciones en las que pueda desplegarse” el Programa Integral en el ámbito escolar, concluyó Cahn.