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Tropas de la Guardia Nacional patrullaron ayer Baltimore

Miércoles, 29 de abril de 2015 00:00
<div>OPERATIVO / PERSONAL POLICIAL LOCAL ESTUVO PRESENTE EN LAS CALLES DE BALTIMORE TRAS LOS DISTURBIOS.&nbsp;</div><div>
Tropas de la Guardia Nacional comenzaron a patrullar ayer Baltimore mientras la Policía bloqueaba calles y bomberos apagaban incendios, luego de que esa ciudad de Estados Unidos se viera sacudida por violentos disturbios raciales tras los funerales de un joven negro muerto mientras estaba detenido en una comisaría.
Pasada la medianoche, los desórdenes que comenzaron en Baltimore Occidental ayer por la tarde cerca del lugar donde Freddie Gray, de 25 años, fue arrestado y subido a una camioneta policial a principios de mes, se extendieron a la zona este de la ciudad y a barrios cercanos al centro de la urbe de 620.000 habitantes.
El estallido de violencia y tensión racial está considerado uno de los más graves desde las protestas que siguieron a la muerte de Michael Brown, un joven afroamericano que murió baleado por un policía blanco en Ferguson, Missouri, en agosto pasado, durante un altercado mientras estaba desarmado.
La Casa Blanca, que envió a funcionarios al funeral de Freddie Gray, informó ayer que el presidente Barack Obama se comunicó con las autoridades de Baltimore para ofrecerles ayuda.
Al menos 15 policías resultaron heridos, incluyendo a seis que fueron hospitalizados, informó el departamento de Policía local.
Un total de 114 autos y 15 estructuras edilicias fueron incendiados, mientras que 200 personas fueron detenidas, informó un vocero de la Alcaldía.
Imágenes tomadas por un helicóptero de la cadena de TV local WJZ-TV mostró ayer a bomberos que combatían grandes llamaradas que salían de un edificio.
Las autoridades estatales y locales prometieron restablecer el orden y la calma en Baltimore, en el estado de Maryland, noreste de Estados Unidos, pero rápidamente se vieron forzados a responder a cuestionamientos sobre si su respuesta inicial a los incidentes había sido la adecuada.
La alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, fue consultada por los medios sobre por qué tardó varias horas en pedirle al gobernador que declarara el estado de emergencia, mientras que el propio gobernador insinuó que debería haberlo hecho antes.
Rawlings-Blake dijo que las autoridades creían que ya tenían bajo control las protestas que se habían desatado el fin de semana, cuando 34 personas fueron detenidas y seis policías resultaron heridos en disturbios iniciales por la muerte de Gray.
"Creo que habría sido inapropiado llamar a la Guardia Nacional cuando lo teníamos bajo control", señaló la alcaldesa, citada por la cadena CNN.
Las autoridades locales impusieron un toque de queda de una semana en la ciudad a partir de ayer, por lo que las escuelas de Baltimore no dictaron clases.
Por su parte, las fuerzas de seguridad local dijeron que ya se realizó una solicitud formal de que se envíen a Baltimore a 500 agentes adicionales. La Policía no quiso decir aún si los seis policías involucrados en el arresto de Gray, que han sido suspendidos con goce de sueldo mientras se los investiga, eran blancos o negros. Familiares de la víctima dijeron que aunque están enojados y quieren respuestas, pero que la violencia no es el camino. "La violencia está mal. No me gusta para nada", dijo la hermana melliza de Gray, Fredericka.
Horas antes de los disturbios del lunes, unas 2.500 personas desbordaron la capacidad de una Iglesia bautista para despedir los restos del joven.

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Tropas de la Guardia Nacional comenzaron a patrullar ayer Baltimore mientras la Policía bloqueaba calles y bomberos apagaban incendios, luego de que esa ciudad de Estados Unidos se viera sacudida por violentos disturbios raciales tras los funerales de un joven negro muerto mientras estaba detenido en una comisaría.
Pasada la medianoche, los desórdenes que comenzaron en Baltimore Occidental ayer por la tarde cerca del lugar donde Freddie Gray, de 25 años, fue arrestado y subido a una camioneta policial a principios de mes, se extendieron a la zona este de la ciudad y a barrios cercanos al centro de la urbe de 620.000 habitantes.
El estallido de violencia y tensión racial está considerado uno de los más graves desde las protestas que siguieron a la muerte de Michael Brown, un joven afroamericano que murió baleado por un policía blanco en Ferguson, Missouri, en agosto pasado, durante un altercado mientras estaba desarmado.
La Casa Blanca, que envió a funcionarios al funeral de Freddie Gray, informó ayer que el presidente Barack Obama se comunicó con las autoridades de Baltimore para ofrecerles ayuda.
Al menos 15 policías resultaron heridos, incluyendo a seis que fueron hospitalizados, informó el departamento de Policía local.
Un total de 114 autos y 15 estructuras edilicias fueron incendiados, mientras que 200 personas fueron detenidas, informó un vocero de la Alcaldía.
Imágenes tomadas por un helicóptero de la cadena de TV local WJZ-TV mostró ayer a bomberos que combatían grandes llamaradas que salían de un edificio.
Las autoridades estatales y locales prometieron restablecer el orden y la calma en Baltimore, en el estado de Maryland, noreste de Estados Unidos, pero rápidamente se vieron forzados a responder a cuestionamientos sobre si su respuesta inicial a los incidentes había sido la adecuada.
La alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, fue consultada por los medios sobre por qué tardó varias horas en pedirle al gobernador que declarara el estado de emergencia, mientras que el propio gobernador insinuó que debería haberlo hecho antes.
Rawlings-Blake dijo que las autoridades creían que ya tenían bajo control las protestas que se habían desatado el fin de semana, cuando 34 personas fueron detenidas y seis policías resultaron heridos en disturbios iniciales por la muerte de Gray.
"Creo que habría sido inapropiado llamar a la Guardia Nacional cuando lo teníamos bajo control", señaló la alcaldesa, citada por la cadena CNN.
Las autoridades locales impusieron un toque de queda de una semana en la ciudad a partir de ayer, por lo que las escuelas de Baltimore no dictaron clases.
Por su parte, las fuerzas de seguridad local dijeron que ya se realizó una solicitud formal de que se envíen a Baltimore a 500 agentes adicionales. La Policía no quiso decir aún si los seis policías involucrados en el arresto de Gray, que han sido suspendidos con goce de sueldo mientras se los investiga, eran blancos o negros. Familiares de la víctima dijeron que aunque están enojados y quieren respuestas, pero que la violencia no es el camino. "La violencia está mal. No me gusta para nada", dijo la hermana melliza de Gray, Fredericka.
Horas antes de los disturbios del lunes, unas 2.500 personas desbordaron la capacidad de una Iglesia bautista para despedir los restos del joven.