Intercaladas entre las miles de banderas bolivianas y vaticanas que los fieles sacudían con emoción durante la misa campal celebrada por el Papa Francisco en la ciudad boliviana de Santa Cruz, la otra perfectamente identificable en toda la plaza del Cristo Redentor fue la enseña argentina, lo que dio cuenta de la gran cantidad de compatriotas del pontífice presentes en el país vecino.
La mayoría provenía de las provincias de Jujuy y Salta, quienes concurrieron a la plaza con camisetas de la selección argentina, gorros y bufandas albicelestes, igual que si se tratara de un partido de fútbol donde jugara el equipo nacional.
Mary Vildoza llegó a la plaza con su esposo Víctor, después de viajar más de 20 horas desde Jujuy y se aferraba a su bandera argentina como si se tratara de un bastón de caminante.
"Lo tuvimos muy de cerca y estamos seguros de que Francisco nos vio porque estábamos pegados a la reja por donde el pasó", manifestó.
Después de contar que tuvieron que comprar una de las banderas argentinas que se vendían en la plaza porque se habían olvidado de traer la suya, Mary aseguró sentirse "muy orgullosa" de que un argentino sea tan querido en todo el mundo.
Su esposo Víctor aportó que "hubiera sido un pecado no tener nuestra bandera, así que la compramos y estuvimos firmes con ella".
Otros argentinos optaron por viajar en grupos grandes, como las 40 personas que llegaron desde Tartagal con el párroco de la Iglesia Santa Cruz. "Nos alojamos en una casa de familia donde nos dieron un salón grande para dormir y, como está cerca del altar donde se hizo la misa, seguimos la celebración desde la vereda de la casa, sentadas en unas sillas que nos prestaron", afirmó la docente Carmen Rosa Dávila.
Por último, Isuna Carrizo, otra salteña, destacó que fue especialmente a ver al Papa "porque considero que toda América Latina debe ser una patria grande donde todos estemos unidos para decirle basta a la pobreza". Exhausta, declaró estar feliz "porque el Papa es el representante de Dios en la tierra y es argentino".
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Intercaladas entre las miles de banderas bolivianas y vaticanas que los fieles sacudían con emoción durante la misa campal celebrada por el Papa Francisco en la ciudad boliviana de Santa Cruz, la otra perfectamente identificable en toda la plaza del Cristo Redentor fue la enseña argentina, lo que dio cuenta de la gran cantidad de compatriotas del pontífice presentes en el país vecino.
La mayoría provenía de las provincias de Jujuy y Salta, quienes concurrieron a la plaza con camisetas de la selección argentina, gorros y bufandas albicelestes, igual que si se tratara de un partido de fútbol donde jugara el equipo nacional.
Mary Vildoza llegó a la plaza con su esposo Víctor, después de viajar más de 20 horas desde Jujuy y se aferraba a su bandera argentina como si se tratara de un bastón de caminante.
"Lo tuvimos muy de cerca y estamos seguros de que Francisco nos vio porque estábamos pegados a la reja por donde el pasó", manifestó.
Después de contar que tuvieron que comprar una de las banderas argentinas que se vendían en la plaza porque se habían olvidado de traer la suya, Mary aseguró sentirse "muy orgullosa" de que un argentino sea tan querido en todo el mundo.
Su esposo Víctor aportó que "hubiera sido un pecado no tener nuestra bandera, así que la compramos y estuvimos firmes con ella".
Otros argentinos optaron por viajar en grupos grandes, como las 40 personas que llegaron desde Tartagal con el párroco de la Iglesia Santa Cruz. "Nos alojamos en una casa de familia donde nos dieron un salón grande para dormir y, como está cerca del altar donde se hizo la misa, seguimos la celebración desde la vereda de la casa, sentadas en unas sillas que nos prestaron", afirmó la docente Carmen Rosa Dávila.
Por último, Isuna Carrizo, otra salteña, destacó que fue especialmente a ver al Papa "porque considero que toda América Latina debe ser una patria grande donde todos estemos unidos para decirle basta a la pobreza". Exhausta, declaró estar feliz "porque el Papa es el representante de Dios en la tierra y es argentino".