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Juzgan a una banda que secuestró a empresario | Buenos Aires, empresario gastronómico, Villa Urquiza, Peugeot 206, Policía

Domingo, 05 de julio de 2015 00:00
Una banda está siendo juzgada por el secuestro extorsivo de un empresario gastronómico que en 2012 fue capturado en el barrio porteño de Villa Urquiza y luego liberado en la localidad bonaerense de Martínez, luego de que los delincuentes chocaran con varios autos y dispararan contra la Policía.
El debate está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 1 y los imputados son Pablo Alvarez (33), Leonardo Scarfone (26) e Iván Cuttiz (23).
En el juicio, a cargo de los jueces Martín Vazquez Acuña, Luis Salas y Alberto Huarte Petite y en el que interviene como fiscal Mónica Cuñarro, ya declararon 16 testigos entre la víctima, su hermano -que fue a pagar el rescate- y efectivos de la División Antisecuestros de la Policía Federal, entre otros.
El hecho se inició a las 19.30 del 28 de julio de 2012, cuando el empresario se disponía a ascender a su Peugeot 408, en avenida de los Constituyentes y Cullen, y fue abordado por cuatro delincuentes armados.
Como en ese momento la víctima hablaba con su hermano por celular, éste pudo escuchar que le gritaban "subí, subí" y denunció que el empresario estaba siendo víctima de algún delito. Según los voceros, dos de los captores obligaron al hombre a subir a la parte trasera del auto, mientras sus cómplices los siguieron en un Peugeot 206.
Los delincuentes despojaron al hombre de sus dos teléfonos celulares y otros valores, tras lo cual retiraron con su tarjeta de débito 1.500 pesos de un cajero automático de un Banco Galicia.
Luego, llamaron a su hermano, le pidieron un rescate para liberarlo y le dijeron: "Si no pagás, le vamos a cortar un dedo" y "lo vamos a matar".
En las negociaciones, el hermano de la víctima acordó efectuar el pago en un puente de la autopista Panamericana, maniobra que fue monitoreada por la División Antisecuestros de la Policía Federal.
El hombre se dirigió en su Volkswagen Gol hasta Paraná y Panamericana, donde dos de los delincuentes abordaron su auto y también quisieron secuestrarlo, pero salió corriendo del vehículo y los captores huyeron en éste, a bordo del cual estaba el rescate de 20.000 pesos y unos 200 dólares que había en la guantera.
Paralelamente, los otros secuestradores mantuvieron al empresario cautivo en su auto hasta que fueron descubiertos por policías en la colectora de la autopista.
Los efectivos los siguieron hasta la calle Pelliza, en Olivos, donde los delincuentes quisieron huir, produciendo varios choques con otros vehículos detenidos y efectuando un disparo contra la Policía.
En la huida, los secuestradores también intentaron atropellar a uno de los policías, por lo que éste disparó contra uno de los neumáticos del Peugeot 408, que lo hizo detener a pocas cuadras. Allí, los delincuentes abandonaron a la víctima a bordo de su vehículo y huyeron a pie.
Poco después, los pesquisas secuestraron el Peugeot 206 de los captores, que resultó ser propiedad del imputado Alvarez, mientras que el Gol del hermano de la víctima nunca fue recuperado.
Según la acusación, en el interior del auto de Alvarez se secuestró el boleto de compra venta del vehículo, curiosamente a nombre de aquel, y un revólver calibre .32 largo marca Doberman.

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Una banda está siendo juzgada por el secuestro extorsivo de un empresario gastronómico que en 2012 fue capturado en el barrio porteño de Villa Urquiza y luego liberado en la localidad bonaerense de Martínez, luego de que los delincuentes chocaran con varios autos y dispararan contra la Policía.
El debate está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 1 y los imputados son Pablo Alvarez (33), Leonardo Scarfone (26) e Iván Cuttiz (23).
En el juicio, a cargo de los jueces Martín Vazquez Acuña, Luis Salas y Alberto Huarte Petite y en el que interviene como fiscal Mónica Cuñarro, ya declararon 16 testigos entre la víctima, su hermano -que fue a pagar el rescate- y efectivos de la División Antisecuestros de la Policía Federal, entre otros.
El hecho se inició a las 19.30 del 28 de julio de 2012, cuando el empresario se disponía a ascender a su Peugeot 408, en avenida de los Constituyentes y Cullen, y fue abordado por cuatro delincuentes armados.
Como en ese momento la víctima hablaba con su hermano por celular, éste pudo escuchar que le gritaban "subí, subí" y denunció que el empresario estaba siendo víctima de algún delito. Según los voceros, dos de los captores obligaron al hombre a subir a la parte trasera del auto, mientras sus cómplices los siguieron en un Peugeot 206.
Los delincuentes despojaron al hombre de sus dos teléfonos celulares y otros valores, tras lo cual retiraron con su tarjeta de débito 1.500 pesos de un cajero automático de un Banco Galicia.
Luego, llamaron a su hermano, le pidieron un rescate para liberarlo y le dijeron: "Si no pagás, le vamos a cortar un dedo" y "lo vamos a matar".
En las negociaciones, el hermano de la víctima acordó efectuar el pago en un puente de la autopista Panamericana, maniobra que fue monitoreada por la División Antisecuestros de la Policía Federal.
El hombre se dirigió en su Volkswagen Gol hasta Paraná y Panamericana, donde dos de los delincuentes abordaron su auto y también quisieron secuestrarlo, pero salió corriendo del vehículo y los captores huyeron en éste, a bordo del cual estaba el rescate de 20.000 pesos y unos 200 dólares que había en la guantera.
Paralelamente, los otros secuestradores mantuvieron al empresario cautivo en su auto hasta que fueron descubiertos por policías en la colectora de la autopista.
Los efectivos los siguieron hasta la calle Pelliza, en Olivos, donde los delincuentes quisieron huir, produciendo varios choques con otros vehículos detenidos y efectuando un disparo contra la Policía.
En la huida, los secuestradores también intentaron atropellar a uno de los policías, por lo que éste disparó contra uno de los neumáticos del Peugeot 408, que lo hizo detener a pocas cuadras. Allí, los delincuentes abandonaron a la víctima a bordo de su vehículo y huyeron a pie.
Poco después, los pesquisas secuestraron el Peugeot 206 de los captores, que resultó ser propiedad del imputado Alvarez, mientras que el Gol del hermano de la víctima nunca fue recuperado.
Según la acusación, en el interior del auto de Alvarez se secuestró el boleto de compra venta del vehículo, curiosamente a nombre de aquel, y un revólver calibre .32 largo marca Doberman.