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20 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Un hogar que alberga esperanza y nuevas oportunidades

Jueves, 13 de octubre de 2016 01:30
<div>BARRIO ÉXODO JUJEÑO DE ALTO COMEDERO/ SEDE DEL HOGAR PEQUEÑA BELÉN. EN LA FOTO INTEGRANTES DE LA FUNDACIÓN QUE SOSTIENE EL SERVICIO SOLIDARIO.&nbsp;</div><div>
La fundación filantrópica cristiana Hogar "Pequeña Belén" nació el 16 de junio del año 1996. Está situada en barrio Alto Éxodo Jujeño de Alto Comedero y desde su inicio los referentes realizan labores altruistas y solidarias en mujeres y hombres que fueron rescatados de la calle, las drogas, la violencia, el abandono y la falta de contención.
El objetivo de la institución es lograr la recuperación y reinserción social de madres víctimas de violencia, jóvenes y niños en situación de riesgo y vulnerabilidad, con problemas de adicciones, en abandono y falta de afecto, brindándoles amor, seguridad, contención y una familia que cuida de ellos, es decir, lo necesario para su desarrollo afectivo e intelectual.
El lugar fue construido a pulmón, mediante algunas donaciones y materiales en desuso que los integrantes del hogar reciclaron para convertirlos en la vivienda en la que hoy viven. Su fundador y presidente, Jorge Vázquez en diálogo con El Tribuno de Jujuy manifestó que "en un principio el fin fue destinado a personas drogadictas que querían salir de eso, pero luego recibimos a otros hombres y mujeres con otro tipo de dificultades".
Pequeña Belén recibió cientos de casos de diferente índole, muchos de los cuales llevaban consigo tristes historias repletas de angustia y dolor. Silvana Velázquez, secretaria general de la institución nos contó una de ellas. "Recibimos a muchas mujeres con serios problemas como ser violencia de género o abuso sexual, recuerdo un caso de una joven de 16 años con un trastorno post aborto. Ella llegó al hogar luego de haber abortado dos veces culpa de su madre. Uno por medio de golpes y otro por un aborto clandestino que la obligó a hacerse. Cuando ingresó acá, solo pensaba en morirse y odiaba a su madre. Hoy, esta joven estudia y siempre habla con nosotros, vive una vida normal. Lo que ella necesitaba era un perdón por la culpa que llevaba dentro, y en eso la ayudamos".
El desarrollo edilicio de la vivienda se llevó a cabo por voluntarios que construyeron y le dieron vida a cada espacio que tiene el lugar. "Esto comenzó y siempre funcionó sin recibir un peso a cambio, de manera gratuita, pero nuestra mayor recompensa es saber que muchos de los jóvenes que llegaron al hogar con graves problemas hoy tienen su familia, hijos, un buen trabajo, y hasta son profesionales. Ese es nuestro objetivo y lo estamos cumpliendo, ese es nuestro sueldo. Esas satisfacciones son el mejor pago", manifestó con orgullo, Jorge Vázquez.
Continuó diciendo que "jamás recibimos un subsidio del Gobierno, nos movemos con recursos propios, con donaciones del sector privado. Recibimos muchas colaboraciones de panaderías y otros comercios, y también algunos políticos nos ayudaron en forma silenciosa".
Al consultarle sobre el trabajo espiritual que ellos realizan y los consejos que brindan a los jóvenes mencionó que "el primer consejo que les doy a los jóvenes es que estudien. El hombre que estudia es libre y tiene futuro. La bronca y la droga no solucionan nada. La droga es para los imbéciles pero si sos inteligente no te vas a drogar. Hay que seguir adelante y luchar, siempre hay un buen futuro para todos. He visto hasta prostitutas que hoy son señoras de bien y profesionales".
Es importante destacar el ambiente familiar que se percibe dentro de la fundación, todos se esperan para desayunar y hasta me brindaron un rico té al llegar. Además, constantemente hablan entre ellos como hermanos, se cuidan ante enfermedades, protegen a los más pequeños, un clima verdaderamente amigable y acogedor se siente en Pequeña Belén.

Llamado a la solidaridad
Debido al ataque que sufrieron, los integrantes del hogar buscan tratar de terminar de construir el cerco perimetral alrededor de la institución y requieren colaboración, además de alimentos que serán de gran utilidad para las personas que viven ahí.
Se necesita mercadería de toda índole, colchones, camas, cualquier artefacto o mueble en desuso que ellos sabrán reciclar y darle una utilidad. Lo que se necesita con urgencia son materiales de construcción, herramientas de trabajo, hierro, cemento, alambre tejido, y otros.
Para colaborar con la fundación se puede llevar donaciones al lugar donde se sitúa, calle Bahía Paraíso 956, barrio Álto Éxodo Jujeño o mediante el número 388-154338868.
"Quiero que todos sean gente de bien"
Jorge Vázquez nació en San Pedro en el año 1947. En el ´58 viajó a La Plata y se instaló allí para ejercer el sacerdocio. En 1971 viajó a Roma y regresó en el ´75, justo un poco antes de que en el país iniciara el proceso militar. En plena dictadura, año 1977, fue nombrado capellán del Ejército en La Plata, momento crucial en su vida. "Conocí lo que fue 'La noche de los Lápices', fue tremendo ver tanta sangre y maldad. Mis convicciones temblaron al observar semejante matanza. Empecé a mirar las cosas de otra manera y fue ahí cuando los militares me persiguieron y tuve que salir obligadamente del país. En la biblia dice 'no matarás' y yo tenía que ver crímenes, y eso va contra mis convicciones. Tuve que exiliarme en Brasil y dejar el sacerdocio", apenado y nostálgico relató Vázquez.
En 1978, en San Pablo inauguró el primer hogar "Pequeña Belén" con otro grupo de exiliados y personas de Brasil y Uruguay. Luego, esa iniciativa se extendió a Venezuela, Ecuador y Colombia.
En el año 1984 regresó a Argentina y continuó extendiendo los lazos de "Pequeña Belén", primero en La Plata, luego en otros lugares bonaerenses y también en Corrientes y La Pampa.
En 1992 volvió a Jujuy, y en el ´96 el sueño de establecer un hogar en su lugar natal se hizo realidad. Así nace el 18" hogar Pequeña Belén, "desde ese momento, y hasta hoy, muchas personas se arrimaron con todo tipo de problemas, principalmente muchos de ellos surgen por padres separados, papás ausentes, las separaciones de padres son la cuna de muchos inconvenientes en los hijos. Muchas mujeres abandonadas llegaron a nuestra casa y como sea, siempre las ayudamos", sostuvo el mentor de la institución.
Sobre su loable tarea comentó que "soy feliz en Jujuy, primero porque es mi tierra y también porque hago lo que me gusta. En esta empresa no existe la jubilación, siempre seguiré haciendo esto porque es lo que amo. Yo quiero que todos los jujeños sean gente de bien, que estudien, que trabajen y que no abandonen a sus hijos, y si lo hacen, no los dejen en la calle, tráiganlos aquí que con Silvana y los demás chicos los vamos a criar. Ya tuvimos bebés y niños huérfanos, aproximadamente 35 que hoy son personas de bien, trabajadores y con mucho futuro".


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La fundación filantrópica cristiana Hogar "Pequeña Belén" nació el 16 de junio del año 1996. Está situada en barrio Alto Éxodo Jujeño de Alto Comedero y desde su inicio los referentes realizan labores altruistas y solidarias en mujeres y hombres que fueron rescatados de la calle, las drogas, la violencia, el abandono y la falta de contención.
El objetivo de la institución es lograr la recuperación y reinserción social de madres víctimas de violencia, jóvenes y niños en situación de riesgo y vulnerabilidad, con problemas de adicciones, en abandono y falta de afecto, brindándoles amor, seguridad, contención y una familia que cuida de ellos, es decir, lo necesario para su desarrollo afectivo e intelectual.
El lugar fue construido a pulmón, mediante algunas donaciones y materiales en desuso que los integrantes del hogar reciclaron para convertirlos en la vivienda en la que hoy viven. Su fundador y presidente, Jorge Vázquez en diálogo con El Tribuno de Jujuy manifestó que "en un principio el fin fue destinado a personas drogadictas que querían salir de eso, pero luego recibimos a otros hombres y mujeres con otro tipo de dificultades".
Pequeña Belén recibió cientos de casos de diferente índole, muchos de los cuales llevaban consigo tristes historias repletas de angustia y dolor. Silvana Velázquez, secretaria general de la institución nos contó una de ellas. "Recibimos a muchas mujeres con serios problemas como ser violencia de género o abuso sexual, recuerdo un caso de una joven de 16 años con un trastorno post aborto. Ella llegó al hogar luego de haber abortado dos veces culpa de su madre. Uno por medio de golpes y otro por un aborto clandestino que la obligó a hacerse. Cuando ingresó acá, solo pensaba en morirse y odiaba a su madre. Hoy, esta joven estudia y siempre habla con nosotros, vive una vida normal. Lo que ella necesitaba era un perdón por la culpa que llevaba dentro, y en eso la ayudamos".
El desarrollo edilicio de la vivienda se llevó a cabo por voluntarios que construyeron y le dieron vida a cada espacio que tiene el lugar. "Esto comenzó y siempre funcionó sin recibir un peso a cambio, de manera gratuita, pero nuestra mayor recompensa es saber que muchos de los jóvenes que llegaron al hogar con graves problemas hoy tienen su familia, hijos, un buen trabajo, y hasta son profesionales. Ese es nuestro objetivo y lo estamos cumpliendo, ese es nuestro sueldo. Esas satisfacciones son el mejor pago", manifestó con orgullo, Jorge Vázquez.
Continuó diciendo que "jamás recibimos un subsidio del Gobierno, nos movemos con recursos propios, con donaciones del sector privado. Recibimos muchas colaboraciones de panaderías y otros comercios, y también algunos políticos nos ayudaron en forma silenciosa".
Al consultarle sobre el trabajo espiritual que ellos realizan y los consejos que brindan a los jóvenes mencionó que "el primer consejo que les doy a los jóvenes es que estudien. El hombre que estudia es libre y tiene futuro. La bronca y la droga no solucionan nada. La droga es para los imbéciles pero si sos inteligente no te vas a drogar. Hay que seguir adelante y luchar, siempre hay un buen futuro para todos. He visto hasta prostitutas que hoy son señoras de bien y profesionales".
Es importante destacar el ambiente familiar que se percibe dentro de la fundación, todos se esperan para desayunar y hasta me brindaron un rico té al llegar. Además, constantemente hablan entre ellos como hermanos, se cuidan ante enfermedades, protegen a los más pequeños, un clima verdaderamente amigable y acogedor se siente en Pequeña Belén.

Llamado a la solidaridad
Debido al ataque que sufrieron, los integrantes del hogar buscan tratar de terminar de construir el cerco perimetral alrededor de la institución y requieren colaboración, además de alimentos que serán de gran utilidad para las personas que viven ahí.
Se necesita mercadería de toda índole, colchones, camas, cualquier artefacto o mueble en desuso que ellos sabrán reciclar y darle una utilidad. Lo que se necesita con urgencia son materiales de construcción, herramientas de trabajo, hierro, cemento, alambre tejido, y otros.
Para colaborar con la fundación se puede llevar donaciones al lugar donde se sitúa, calle Bahía Paraíso 956, barrio Álto Éxodo Jujeño o mediante el número 388-154338868.
"Quiero que todos sean gente de bien"
Jorge Vázquez nació en San Pedro en el año 1947. En el ´58 viajó a La Plata y se instaló allí para ejercer el sacerdocio. En 1971 viajó a Roma y regresó en el ´75, justo un poco antes de que en el país iniciara el proceso militar. En plena dictadura, año 1977, fue nombrado capellán del Ejército en La Plata, momento crucial en su vida. "Conocí lo que fue 'La noche de los Lápices', fue tremendo ver tanta sangre y maldad. Mis convicciones temblaron al observar semejante matanza. Empecé a mirar las cosas de otra manera y fue ahí cuando los militares me persiguieron y tuve que salir obligadamente del país. En la biblia dice 'no matarás' y yo tenía que ver crímenes, y eso va contra mis convicciones. Tuve que exiliarme en Brasil y dejar el sacerdocio", apenado y nostálgico relató Vázquez.
En 1978, en San Pablo inauguró el primer hogar "Pequeña Belén" con otro grupo de exiliados y personas de Brasil y Uruguay. Luego, esa iniciativa se extendió a Venezuela, Ecuador y Colombia.
En el año 1984 regresó a Argentina y continuó extendiendo los lazos de "Pequeña Belén", primero en La Plata, luego en otros lugares bonaerenses y también en Corrientes y La Pampa.
En 1992 volvió a Jujuy, y en el ´96 el sueño de establecer un hogar en su lugar natal se hizo realidad. Así nace el 18" hogar Pequeña Belén, "desde ese momento, y hasta hoy, muchas personas se arrimaron con todo tipo de problemas, principalmente muchos de ellos surgen por padres separados, papás ausentes, las separaciones de padres son la cuna de muchos inconvenientes en los hijos. Muchas mujeres abandonadas llegaron a nuestra casa y como sea, siempre las ayudamos", sostuvo el mentor de la institución.
Sobre su loable tarea comentó que "soy feliz en Jujuy, primero porque es mi tierra y también porque hago lo que me gusta. En esta empresa no existe la jubilación, siempre seguiré haciendo esto porque es lo que amo. Yo quiero que todos los jujeños sean gente de bien, que estudien, que trabajen y que no abandonen a sus hijos, y si lo hacen, no los dejen en la calle, tráiganlos aquí que con Silvana y los demás chicos los vamos a criar. Ya tuvimos bebés y niños huérfanos, aproximadamente 35 que hoy son personas de bien, trabajadores y con mucho futuro".