La sesión de ayer fue abierta a las 10.30 por el titular de la máxima corte de Brasil. Entre lágrimas, gritos y referencias a Dios, el Senado brasileño se adentró en el debate final antes de decidir hoy si destituye a Dilma Rousseff, un desenlace que todos ya dan por sentado en Brasil.
"El impeachment es un remedio constitucional al que necesitamos recurrir cuando la situación se revela especialmente grave", señaló la abogada de la acusación, Janaina Paschoal.
"Fue Dios quien hizo que, en el mismo momento, varias personas percibieran lo que sucedía en el país", añadió esta abogada en sus argumentos para probar que la primera mujer en presidir Brasil violó la Constitución al manipular las cuentas públicas y que por eso debe dejar la presidencia.
Pero el abogado defensor de la presidenta, el exministro José Eduardo Cardozo, destacó que una destitución de Dilma Rousseff, sería "una pena de muerte política".
Tan dramático ha sido este juicio en Brasil, que durante las sesiones de este martes, tanto el abogados de defensa como de la acusación, lloraron.
"Canallas, canallas, canallas", disparó el senador Roberto Requieo, del Pmdb y defensor de Dilma Rousseff, haciendo referencia al golpe de Estado contra Joan Goulart en 1964.
Dudas sobre el Senado
Los escándalos salpican a toda la clase política y a la élite brasileña.
En este juicio político emergieron más que nunca las interrogantes sobre la legitimidad que puede tener este Senado para emitir un veredicto, cuando tiene a más de la mitad de sus miembros involucrados o investigados en distintos casos de corrupción.
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La sesión de ayer fue abierta a las 10.30 por el titular de la máxima corte de Brasil. Entre lágrimas, gritos y referencias a Dios, el Senado brasileño se adentró en el debate final antes de decidir hoy si destituye a Dilma Rousseff, un desenlace que todos ya dan por sentado en Brasil.
"El impeachment es un remedio constitucional al que necesitamos recurrir cuando la situación se revela especialmente grave", señaló la abogada de la acusación, Janaina Paschoal.
"Fue Dios quien hizo que, en el mismo momento, varias personas percibieran lo que sucedía en el país", añadió esta abogada en sus argumentos para probar que la primera mujer en presidir Brasil violó la Constitución al manipular las cuentas públicas y que por eso debe dejar la presidencia.
Pero el abogado defensor de la presidenta, el exministro José Eduardo Cardozo, destacó que una destitución de Dilma Rousseff, sería "una pena de muerte política".
Tan dramático ha sido este juicio en Brasil, que durante las sesiones de este martes, tanto el abogados de defensa como de la acusación, lloraron.
"Canallas, canallas, canallas", disparó el senador Roberto Requieo, del Pmdb y defensor de Dilma Rousseff, haciendo referencia al golpe de Estado contra Joan Goulart en 1964.
Dudas sobre el Senado
Los escándalos salpican a toda la clase política y a la élite brasileña.
En este juicio político emergieron más que nunca las interrogantes sobre la legitimidad que puede tener este Senado para emitir un veredicto, cuando tiene a más de la mitad de sus miembros involucrados o investigados en distintos casos de corrupción.