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Propuesta de música cristiana desde Tilcara

Martes, 06 de septiembre de 2016 01:30
<div>CHASKY TAITA / EL GRUPO TILCAREÑO PRESENTÓ SU PRIMER MATERIAL DISCOGRÁFICO.</div><div>
Tilcara corresponsal. Matías Gutiérrez comienza por contarnos la historia de Chasky Taita, una formación musical que expresa contenidos cristianos en un formato de folclore propio. "Comenzó en el 2007", nos dice y su hijo Elías agrega que "empezamos cuando la iglesia salió de campaña, donde cantamos y damos el mensaje de Dios. Recién habíamos conocido al que iba a ser nuestro cantante pero aún no teníamos nombre".
Joaquín, otro hijo de Matías y también parte de Chasky Taita, dice que "hacíamos canciones de grupos de Bolivia, habíamos sacado algunas de Yuri Ortuño".
Recuerdan que empezaron como tantos chicos tilcareños, con la música aprendida como cosa natural, y así fueron sumando los instrumentos que dan cuerpo a su formación actual. Miguel Farfán dice que "desde que somos chicos nos van inculcando eso de las bandas de sikuris y las anatas, todo lo originario de acá".
Matías Gutiérrez nos explica que "el nombre viene del quechua, porque chasky es mensajero y taita es señor o soberano, entonces es que nos llamamos Mensajeros del Señor, y a la huancara, el bombo, le agregamos la batería".
Hoy, Chasky Taita tiene dos vientistas, Luis y Miguel Farfán, Carlos Farfán en voces, Martín Gallardo en bajo, Elías Gutiérrez en charango, Miguel Tolaba y Matías Gutiérrez en guitarras, Joaquín Gutiérrez en teclado y Elías Mamaní en batería.
A la hora de definirlo musicalmente salen las palabras: folclore, fusión, andino y Elías Mamaní agrega que "tiene folclore andino fusionado con algo de rock, y en mi caso puedo decir que soy más roquero que andino".
Elías Gutiérrez agrega que los géneros "como el taquirari y el huayno me hacen definirlo más como folclore jujeño con un trasfondo eléctrico, sin por ello perder la esencia".
Las letras salen principalmente de la inspiración de Carlos Farfán, quien prefiere aclarar "uno trae la idea pero entre todos vamos completando la canción", y Miguel Tolaba recuerda que "yo venía ya de la música pero al llegar a esta iglesia evangélica y conocer a Dios de un modo diferente, porque todos lo conocemos más o menos, es como que puse mi música en sus manos".
Tolaba nos habla del cambio que hubo en su vida "para dar ese mensaje empezamos a cantar, grabamos y presentamos el CD en un concierto. Las letras salen de las experiencias que vivimos y después vienen las melodías, que a nosotros los tilcareños nos sobran".
Entienden que su propuesta, desde lo musical y dentro del mundo específico de la música cristiana, es algo innovador. Nos dicen que es algo distinto a la música congregacional, porque estos sonidos son los propios con el sikus, el charango, "y agregar tu música a tu fe creemos que es algo muy genuino", nos dicen.
Chasky Taita busca llevar su mensaje con ritmo de tinku, de saya y con arreglos propios que Tolaba define como "un estilo particular". "Porque el hecho de que uno sea cristiano no quiere decir que no sea músico", dicen y parecen concordar todos en esta definición, que para Matías Gutiérrez se traduce en que el público nos escucha "con mucha calma, también sorpresa y respeto, porque es algo que llama mucho la atención", concluyó.
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Tilcara corresponsal. Matías Gutiérrez comienza por contarnos la historia de Chasky Taita, una formación musical que expresa contenidos cristianos en un formato de folclore propio. "Comenzó en el 2007", nos dice y su hijo Elías agrega que "empezamos cuando la iglesia salió de campaña, donde cantamos y damos el mensaje de Dios. Recién habíamos conocido al que iba a ser nuestro cantante pero aún no teníamos nombre".
Joaquín, otro hijo de Matías y también parte de Chasky Taita, dice que "hacíamos canciones de grupos de Bolivia, habíamos sacado algunas de Yuri Ortuño".
Recuerdan que empezaron como tantos chicos tilcareños, con la música aprendida como cosa natural, y así fueron sumando los instrumentos que dan cuerpo a su formación actual. Miguel Farfán dice que "desde que somos chicos nos van inculcando eso de las bandas de sikuris y las anatas, todo lo originario de acá".
Matías Gutiérrez nos explica que "el nombre viene del quechua, porque chasky es mensajero y taita es señor o soberano, entonces es que nos llamamos Mensajeros del Señor, y a la huancara, el bombo, le agregamos la batería".
Hoy, Chasky Taita tiene dos vientistas, Luis y Miguel Farfán, Carlos Farfán en voces, Martín Gallardo en bajo, Elías Gutiérrez en charango, Miguel Tolaba y Matías Gutiérrez en guitarras, Joaquín Gutiérrez en teclado y Elías Mamaní en batería.
A la hora de definirlo musicalmente salen las palabras: folclore, fusión, andino y Elías Mamaní agrega que "tiene folclore andino fusionado con algo de rock, y en mi caso puedo decir que soy más roquero que andino".
Elías Gutiérrez agrega que los géneros "como el taquirari y el huayno me hacen definirlo más como folclore jujeño con un trasfondo eléctrico, sin por ello perder la esencia".
Las letras salen principalmente de la inspiración de Carlos Farfán, quien prefiere aclarar "uno trae la idea pero entre todos vamos completando la canción", y Miguel Tolaba recuerda que "yo venía ya de la música pero al llegar a esta iglesia evangélica y conocer a Dios de un modo diferente, porque todos lo conocemos más o menos, es como que puse mi música en sus manos".
Tolaba nos habla del cambio que hubo en su vida "para dar ese mensaje empezamos a cantar, grabamos y presentamos el CD en un concierto. Las letras salen de las experiencias que vivimos y después vienen las melodías, que a nosotros los tilcareños nos sobran".
Entienden que su propuesta, desde lo musical y dentro del mundo específico de la música cristiana, es algo innovador. Nos dicen que es algo distinto a la música congregacional, porque estos sonidos son los propios con el sikus, el charango, "y agregar tu música a tu fe creemos que es algo muy genuino", nos dicen.
Chasky Taita busca llevar su mensaje con ritmo de tinku, de saya y con arreglos propios que Tolaba define como "un estilo particular". "Porque el hecho de que uno sea cristiano no quiere decir que no sea músico", dicen y parecen concordar todos en esta definición, que para Matías Gutiérrez se traduce en que el público nos escucha "con mucha calma, también sorpresa y respeto, porque es algo que llama mucho la atención", concluyó.

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