El martes 10 de enero no será recordado como un día más en la provincia de Jujuy, será considerado como un día para el olvido, en el que la madre naturaleza arrasó pueblos mediante una feroz tormenta que provocó un alud devastador.
Los principales afectados: Volcán, Bárcena y Tumbaya se suman a un gran listado de lugares que padecieron el temporal.
Este trágico panorama precisó de la intervención de las autoridades locales pero también necesitó y aún necesita del corazón solidario que los jujeños no dudan en aportar. Fue así que una numerosa cantidad de instituciones privadas, públicas, deportivas, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, grupos de jóvenes, agrupaciones estudiantiles, comercios, grandes empresas, profesionales y miles de familias se levantaron unidos bajo esta misma causa para ayudar a las localidades más críticas.
Los principales afectados: Volcán, Bárcena y Tumbaya se suman a un gran listado de lugares que padecieron el temporal.
Este trágico panorama precisó de la intervención de las autoridades locales pero también necesitó y aún necesita del corazón solidario que los jujeños no dudan en aportar. Fue así que una numerosa cantidad de instituciones privadas, públicas, deportivas, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, grupos de jóvenes, agrupaciones estudiantiles, comercios, grandes empresas, profesionales y miles de familias se levantaron unidos bajo esta misma causa para ayudar a las localidades más críticas.
Ropa, mercadería, calzados, elementos de limpieza y colchones fueron algunos de los donativos que llegaron a los afectados.
La manera de colaborar tomó diversas formas, algunos aportaron ropa y mercadería, otros pusieron a disposición lugares de recepción para las donaciones que la gente llevó, otros con vehículos para que esas donaciones lleguen a buen puerto y otros valientes realizaron el acto heroico de ir hacía Volcán, Bárcena o Tumbaya y ofrecer la mano de obra que sirve mucho para la reconstrucción de estos pueblos. Aportando fuerza y trabajo para sacar el barro de las casas y también palabras de contención para tantas familias que se encuentran muy dañadas.
Tiempo y energía
Una de esas personas que brindó su tiempo y energía fue Pablo Lamas, un estudiante de 20 años que durante la semana siguiente al temporal asistió en varias oportunidades al lugar llevando donaciones con diferentes grupos solidarios y de manera particular. Pasando por largas caminatas, días de lluvia y días de mucho calor pero con una gran predisposición para hacer esa loable tarea. "Primero fui con "Jujuy Ayuda con el Corazón'', luego con el "Perchero Social'', también fui con "Zoom'' y otro día fui solo. Las veces que fui colaboré llevando donaciones, trabajando con palas sacando el barro, clasificando las donaciones, cargando y descargando camiones, ayudando dentro de las casas y hablando con vecinos", comentó.
Agregó que "el mensaje que le doy a la población es que todos podemos ayudar poniendo un poquito de nosotros. A los hombres que se acerquen al lugar, hay controles estrictos pero sí se puede pasar a colaborar. Y los que no pueden ir, den una mano con donaciones de mercaderías, artículos de limpieza, de higiene personal o alimento balanceado para los animales. La gente damnificada necesita de nosotros y de una mejor organización por parte del Gobierno y las fuerzas de seguridad. Vimos malentendidos y algunas contradicciones por parte de las autoridades, pocos entraban al barro. La minoría se pone la camiseta y trabaja pero la mayoría está del otro lado y no los ví hacer nada".
Agregó que "el mensaje que le doy a la población es que todos podemos ayudar poniendo un poquito de nosotros. A los hombres que se acerquen al lugar, hay controles estrictos pero sí se puede pasar a colaborar. Y los que no pueden ir, den una mano con donaciones de mercaderías, artículos de limpieza, de higiene personal o alimento balanceado para los animales. La gente damnificada necesita de nosotros y de una mejor organización por parte del Gobierno y las fuerzas de seguridad. Vimos malentendidos y algunas contradicciones por parte de las autoridades, pocos entraban al barro. La minoría se pone la camiseta y trabaja pero la mayoría está del otro lado y no los ví hacer nada".
Un cruel panorama
La tristeza es abundante en tantos hombres, mujeres y niños que padecieron esta catástrofe. "Vimos un rostro muy triste en las personas del lugar, muchos estaban desesperados pidiendo ayuda y esa situación te desespera a vos también. Fue peor el día que llovió, había mucha gente corriendo por las calles que buscaba refugio en la carpa que puso Gendarmería del otro lado de la ruta. Nosotros en todo momento nos pusimos en el lugar de ellos, porque son ellos los que sufrieron lo peor, están muy dañados psicológicamente", relató Pablo.
Por su parte, Julieta Salvatierra, referente del "Perchero Social" que estuvo en Volcán, manifestó: "vimos a mucha gente limpiando sus casas, otras en la calles porque no quedaba nada de sus viviendas. Todos estaban nerviosos y angustiados. Había personas que entre ellas se unieron para hacer una olla común y así repartir las comidas en los que no tenían nada".
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El martes 10 de enero no será recordado como un día más en la provincia de Jujuy, será considerado como un día para el olvido, en el que la madre naturaleza arrasó pueblos mediante una feroz tormenta que provocó un alud devastador.
Los principales afectados: Volcán, Bárcena y Tumbaya se suman a un gran listado de lugares que padecieron el temporal.
Este trágico panorama precisó de la intervención de las autoridades locales pero también necesitó y aún necesita del corazón solidario que los jujeños no dudan en aportar. Fue así que una numerosa cantidad de instituciones privadas, públicas, deportivas, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, grupos de jóvenes, agrupaciones estudiantiles, comercios, grandes empresas, profesionales y miles de familias se levantaron unidos bajo esta misma causa para ayudar a las localidades más críticas.
Los principales afectados: Volcán, Bárcena y Tumbaya se suman a un gran listado de lugares que padecieron el temporal.
Este trágico panorama precisó de la intervención de las autoridades locales pero también necesitó y aún necesita del corazón solidario que los jujeños no dudan en aportar. Fue así que una numerosa cantidad de instituciones privadas, públicas, deportivas, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, grupos de jóvenes, agrupaciones estudiantiles, comercios, grandes empresas, profesionales y miles de familias se levantaron unidos bajo esta misma causa para ayudar a las localidades más críticas.
Ropa, mercadería, calzados, elementos de limpieza y colchones fueron algunos de los donativos que llegaron a los afectados.
La manera de colaborar tomó diversas formas, algunos aportaron ropa y mercadería, otros pusieron a disposición lugares de recepción para las donaciones que la gente llevó, otros con vehículos para que esas donaciones lleguen a buen puerto y otros valientes realizaron el acto heroico de ir hacía Volcán, Bárcena o Tumbaya y ofrecer la mano de obra que sirve mucho para la reconstrucción de estos pueblos. Aportando fuerza y trabajo para sacar el barro de las casas y también palabras de contención para tantas familias que se encuentran muy dañadas.
Tiempo y energía
Una de esas personas que brindó su tiempo y energía fue Pablo Lamas, un estudiante de 20 años que durante la semana siguiente al temporal asistió en varias oportunidades al lugar llevando donaciones con diferentes grupos solidarios y de manera particular. Pasando por largas caminatas, días de lluvia y días de mucho calor pero con una gran predisposición para hacer esa loable tarea. "Primero fui con "Jujuy Ayuda con el Corazón'', luego con el "Perchero Social'', también fui con "Zoom'' y otro día fui solo. Las veces que fui colaboré llevando donaciones, trabajando con palas sacando el barro, clasificando las donaciones, cargando y descargando camiones, ayudando dentro de las casas y hablando con vecinos", comentó.
Agregó que "el mensaje que le doy a la población es que todos podemos ayudar poniendo un poquito de nosotros. A los hombres que se acerquen al lugar, hay controles estrictos pero sí se puede pasar a colaborar. Y los que no pueden ir, den una mano con donaciones de mercaderías, artículos de limpieza, de higiene personal o alimento balanceado para los animales. La gente damnificada necesita de nosotros y de una mejor organización por parte del Gobierno y las fuerzas de seguridad. Vimos malentendidos y algunas contradicciones por parte de las autoridades, pocos entraban al barro. La minoría se pone la camiseta y trabaja pero la mayoría está del otro lado y no los ví hacer nada".
Agregó que "el mensaje que le doy a la población es que todos podemos ayudar poniendo un poquito de nosotros. A los hombres que se acerquen al lugar, hay controles estrictos pero sí se puede pasar a colaborar. Y los que no pueden ir, den una mano con donaciones de mercaderías, artículos de limpieza, de higiene personal o alimento balanceado para los animales. La gente damnificada necesita de nosotros y de una mejor organización por parte del Gobierno y las fuerzas de seguridad. Vimos malentendidos y algunas contradicciones por parte de las autoridades, pocos entraban al barro. La minoría se pone la camiseta y trabaja pero la mayoría está del otro lado y no los ví hacer nada".
Un cruel panorama
La tristeza es abundante en tantos hombres, mujeres y niños que padecieron esta catástrofe. "Vimos un rostro muy triste en las personas del lugar, muchos estaban desesperados pidiendo ayuda y esa situación te desespera a vos también. Fue peor el día que llovió, había mucha gente corriendo por las calles que buscaba refugio en la carpa que puso Gendarmería del otro lado de la ruta. Nosotros en todo momento nos pusimos en el lugar de ellos, porque son ellos los que sufrieron lo peor, están muy dañados psicológicamente", relató Pablo.
Por su parte, Julieta Salvatierra, referente del "Perchero Social" que estuvo en Volcán, manifestó: "vimos a mucha gente limpiando sus casas, otras en la calles porque no quedaba nada de sus viviendas. Todos estaban nerviosos y angustiados. Había personas que entre ellas se unieron para hacer una olla común y así repartir las comidas en los que no tenían nada".