Justina Lo Cane, de 12 años, esperaba algún corazón que compatible para dejar atrás la cardiopatía congénita que le fue diagnosticada a al año y medio. Si bien hubo la posibilidad de que se encuentren donantes, la compatibilidad del corazón con lo que requería Justina había impedido esa posibilidad.
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Justina Lo Cane, de 12 años, esperaba algún corazón que compatible para dejar atrás la cardiopatía congénita que le fue diagnosticada a al año y medio. Si bien hubo la posibilidad de que se encuentren donantes, la compatibilidad del corazón con lo que requería Justina había impedido esa posibilidad.
Por más de tres meses Justina estuvo a la espera de un corazón que sea compatible. La campaña lanzada por su familia para divulgar su pedido había llegado a distintos puntos del país, despertando una solidaridad ejemplar en gran parte de la ciudadanía. Desgraciadamente no se pudo dar con un corazón acorde para salvaguardar la salud de la niña.