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La violencia de la explosión podría suponer el peor destino

Los esfuerzos de los 11 países que intervienen en las misiones de búsqueda y rescate continúan. 

Jueves, 23 de noviembre de 2017 18:22

“Un evento singular, anómalo, corto y no nuclear consistente en una explosión” fue el resultado que dio el evento “hidroacústico” detectado el miércoles a las 10.31, horas después del último contacto mantenido entre la Armada Argentina y el submarino ARA San Juan, por el cual se realiza una intensa búsqueda con la participación de 11 países.

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“Un evento singular, anómalo, corto y no nuclear consistente en una explosión” fue el resultado que dio el evento “hidroacústico” detectado el miércoles a las 10.31, horas después del último contacto mantenido entre la Armada Argentina y el submarino ARA San Juan, por el cual se realiza una intensa búsqueda con la participación de 11 países.

Los hidrófonos operados en el Atlático norte y en el océano Índico por el organismo encargado de supervisar las pruebas nucleares, dieron las precisiones del resultado. La explosión ocurrió a muy cerca del talud límite de la plataforma continental argentina.

Según publicó el diario La Nación,  “el dato trascendental acercado a la Armada por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE o en inglés CTBTO, ''Comprehensive Test-Ban-Treaty Organization'') confirma las peores presunciones: que el ARA San Juan sufrió un evento cataclísmico en plena navegación hacia Mar del Plata, a unas 30 millas náuticas al nor-noreste de su último punto de contacto radiofónico, a más de 400 kilómetros de la costa patagónica, frente al golfo San Jorge”.

Los sensores que detectaron el evento sonoro están a unos 7.000 y 10.000 kilómetros de distancia, lo que da cuenta de la violencia de la explosión.

Según el análisis del periodista Fernando Rodríguez (La Nación); se trata de un hecho trágico, “que cierra la puerta a la esperanza de encontrar con vida a los 44 tripulantes del San Juan”.

Por lo que, sin confirmación oficial, los esfuerzos de los países que intervienen en la búsqueda se “concentrarán en intentar ubicar dónde está el TR-1700. En caso de que haya ido a fondo más allá del talud de la plataforma continental, no se puede descartar que el casco resistente del buque haya colapsado irremediablemente. Veteranos marineros militares recuerdan el caso del Scorpion, un submarino nuclear norteamericano declarado perdido en junio de 1968, cuando navegaba con 99 tripulantes a unas 350 millas náuticas de las islas Azores, en el Atlántico norte. Terminó a 3000 metros de profundidad y allí yacerá eternamente”, indicó.

En coincidencia con el análisis realizado por diversos medios y lo atestiguado por los padres de los marinos que están en el ARA San Juan, la presunción es que “la detonación fatal se produjo cuando el San Juan navegaba en inmersión a unos 14 metros, es decir, a profundidad de periscopio. En esa situación pudo haberse producido una inesperada entrada de agua que haya llegado a la zona de baterías y, en consecuencia, haya generado un poderoso arco voltaico entre los bornes del tanque de generadores de estribor y el casco del buque, con resultado catastrófico”.

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