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Con la suba de impuestos a gaseosas, alcohol y cigarrillos: ¿impactará en la salud?

Los requisitos que deben cumplir para que se cumpla con el objetivo de desincentivar el consumo, según la Fundación Interamericana del Corazón.

Jueves, 09 de noviembre de 2017 16:34

La reforma tributaria, que la semana que viene será presentada como proyecto de ley, contempla elevar impuestos a bebidas alcohólicas y azucaradas, y modificaciones en lo que pagan los cigarrillos. La medida busca, según se anunció oficialmente, desincentivar el consumo de estos productos. Desde la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) celebran que el tema esté en agenda, pero sostienen que para que una suba impositiva tenga impacto en la salud pública debe cumplir ciertos requisitos.

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La reforma tributaria, que la semana que viene será presentada como proyecto de ley, contempla elevar impuestos a bebidas alcohólicas y azucaradas, y modificaciones en lo que pagan los cigarrillos. La medida busca, según se anunció oficialmente, desincentivar el consumo de estos productos. Desde la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) celebran que el tema esté en agenda, pero sostienen que para que una suba impositiva tenga impacto en la salud pública debe cumplir ciertos requisitos.

“El consumo de productos perjudiciales para la salud tiene costos individuales y costos sociales (daños a terceros, gastos del sistema de salud). Proponemos desincentivar su consumo a través del aumento de impuestos a las bebidas alcohólicas y bebidas con azúcar agregado”, fundamenta el Ministerio de Hacienda.

El titular de la cartera, Nicolás Dujovne, anticipó la semana pasada las modificaciones. Los cambios planteados contemplan una alícuota de hasta el 29% en bebidas blancas como whisky y coñac, entre otras, (hasta ahora ese porcentaje es del 20%); el gravamen pasaría del 8% al 17% en cervezas; en espumosos y champañas, de 0% a 17%; mientras que vinos y sidras, que en la actualidad no están alcanzados, comenzarían a pagar un 10%. No obstante, a raíz de la presión ejercida por productores y gobernadores, el Gobierno podría dar marcha atrás con el impuesto al vino. En cuanto a las gaseosas y otras bebidas sin alcohol que hoy tienen una alícuota de entre el 4% y el 8%, el proyecto estipula un 0% para las bebidas sin azúcar añadido y 17% para las que sí lo tienen. Para los cigarrillos, por su parte, el proyecto establece un impuesto mínimo y una alícuota del 70%.

“Si bien durante el anuncio el ministro señaló que la medida está en consonancia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, es necesario conocer detalles de la norma para poder evaluar si realmente tendrá impacto en la reducción del consumo de los productos alcanzados”, señaló Belén Rios, codirectora de FIC Argentina. “A partir de la información disponible hay cuestiones que nos preocupan. En el caso de los cigarrillos, por ejemplo, se propone una baja de los impuestos del 75% al 70%, lo cual implicaría un retroceso en la protección de la salud”, agregó.

El consumo de tabaco, la mala alimentación, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol son los principales factores de riesgo para las enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y los ataques cerebrovasculares.

A través de un comunicado, desde la FIC subrayaron que “es necesario avanzar con políticas públicas efectivas que prevengan estos factores y promuevan la creación de entornos saludables”, pero advirtieron que para que una medida fiscal logre desincentivar el consumo de los productos señalados debe haber sido diseñada con un objetivo de salud pública y contemplar ciertos requisitos. “En primer lugar, el incremento de impuestos debe trasladarse a un aumento de los precios, tal como lo establecen los estándares internacionales. De lo contrario, se trataría de una política meramente recaudatoria y no de salud”, alertaron. Asimismo, apuntaron que estas medidas deben contemplar un sistema de control y actualización de los precios para evitar que la inflación y el crecimiento de los ingresos licuen su impacto.

Enfatizaron, además, que “un eje clave de las medidas fiscales que persiguen objetivos de salud pública, es que su proceso de diseño e implementación debe estar libre de la interferencia de las industrias involucradas para evitar torcer el rumbo de la política”. Y destacaron que es necesario “promover políticas integrales” que incluyan otras medidas como, por ejemplo, reducir la exposición constante a publicidad de alimentos no saludables, la exhibición de paquetes de cigarrillos en los kioscos, entre otros.

“Celebramos que sea un tema en discusión en la agenda del gobierno y quedamos a disposición desde la sociedad civil para colaborar con el diseño de una política efectiva que se proponga reducir el impacto del tabaquismo y del consumo excesivo de bebidas azucaradas y alcohólicas en nuestra población”, manifestó Ríos.