El prestigioso artista plástico, reconocido a nivel nacional e internacional, Guillermo Roux, quien falleció semanas atrás en Buenos Aires, recibió un merecido homenaje en Jujuy, tierra que eligió para vivir en algún momento de su vida, y para dejar un legado de gran valía.
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El prestigioso artista plástico, reconocido a nivel nacional e internacional, Guillermo Roux, quien falleció semanas atrás en Buenos Aires, recibió un merecido homenaje en Jujuy, tierra que eligió para vivir en algún momento de su vida, y para dejar un legado de gran valía.
Se hizo un acto en el Nido de barrio Cuyaya, que lleva su nombre, dado que allí vivió antes de irse de Jujuy, que fue presidido por el intendente de San Salvador de Jujuy, Raúl "Chuli" Jorge.
El mandatario encabezó un emotivo acto homenaje donde se recordó con un video que sintetizó su vida, sus principales obras y además su paso por la ciudad de San Salvador de Jujuy en la década del 60. El encuentro fue en este marco, Jorge expresó su admiración por Roux, reconociéndolo como un gran artista, único e irrepetible y lamentó su partida, "este gran pintor vivió varios años en el barrio Cuyaya. Llegó a Jujuy desde Roma y durante sus años en la ciudad, desarrolló obras importantísimas como el mural en el Ministerio de Salud definido mediante un concurso que ganó y, con ese dinero pudo viajar a New York en donde trabajó 5 años y triunfó en esa meca del arte, para luego volver a Buenos Aires y convertiste en un referente de la pintura argentina", comenzó contando el mandatario. Recordó que el Nido de Cuyaya lleva su nombre, y que ese fue un homenaje en vida, realizado por el municipio y el Concejo Deliberante capitalinos en el año 2018, aunque lamentó no haberlo podido traer para que conozca este espacio. Además, el intendente detalló que artistas allegados a Guillermo Roux acercaron una importante donación de libros para la biblioteca que allí funciona con la intención de seguir ampliando la variedad de bibliografía relacionada con el arte y la cultura.
También habló en este emotivo acto, el presidente del Concejo Deliberante, Lisandro Aguiar, quien expresó que es una obligación para los jujeños recordarlo en el barrio de Cuyaya como un pintor esencial del arte argentino: "Guillermo Roux vivió en San Salvador de Jujuy y en Cuyaya varios años, muchos jujeños lo recuerdan por su paso por Jujuy como docente y fue un gran maestro y creo que es una obligación moral del Concejo Deliberante y del municipio rendirle tributo ante su reciente fallecimiento".
Seguidamente, Sergio Cruz, quien es director de arte de la Fundación Pasaje 865 (Cipac) en Buenos Aires y París, manifestó que durante el tiempo que trabajaron juntos y al saber que era de Jujuy, el vínculo laboral viró hacia uno más humano: "Siempre hablábamos de Jujuy, de los amigos y de cómo era Jujuy en los años 60, en varias oportunidades hablábamos durante horas de Cuyaya, en todo momento recordaba Jujuy y el barrio, eran momentos muy emocionantes como si fuera el primer día que había llegado a Jujuy, quería mucho a Jujuy y su gente. Por un Zoom que hicimos me contó las anécdotas de cómo conseguía pinturas y siempre quiso volver y exponer en esta ciudad".
Estuvieron presentes, también, el secretario de Planificación, a cargo de Cultura y Turismo, Luciano Córdoba; el concejal, José Rodríguez Bárcena; e invitados especiales del ámbito cultural y artístico.
Su vida y su lazo con Jujuy
Guillermo Roux partió de este mundo a los 92 años rodeado de familiares y afectos cercanos, a causa de una repentina enfermedad que lo obligó a internarse. Sin embargo, aún en estas circunstancias, no dejó de producir arte.
Hijo del guionista y dibujante de historietas uruguayo Raúl Roux, Guillermo nació en 1929 en el barrio porteño de Flores. Observando a su padre hasta los 16 años, Roux aprendió el oficio que lo iniciaría en las artes plásticas. Tras dejar la escuela inició su prolífica obra en el sello de historietas de Dante Quinterno. Pasó por la Escuela Nacional de Bellas Artes, en 1948. A los 24 años realizó su primera muestra en la extinta galería Peuser. A los 27 años se fue a Europa estableciéndose en Roma donde trabajó como ayudante en obras de decoración y restauración, aprendió técnicas medievales y renacentistas.
A su regreso al país en 1960, se radicó en nuestra provincia de Jujuy donde vivió hasta 1966; primero en Ledesma y después en barrio Cuyaya de nuestra ciudad. Aquí alternó entre la pintura y la docencia, y participó con otros artistas en la fundación de la Escuela de Arte y Oficios. Fue entonces que descubrió su interés por el arte contemporáneo y afianzó su oficio de pintor en la realización de pintura de paisajes, dejando a su paso múltiples huellas, particularmente en el mural emplazado en el Ministerio de Salud, y una presencia importante a través de obras integradas a colecciones privadas de nuestro medio, que subsisten hasta la actualidad. Las pinturas de Jujuy hechas en arpillera -de las bolsas de papas que los padres de sus alumnos de la escuela le regalaron para que pueda pintar- son obras que nos traen un paisaje profundo de nuestro país y una paleta que no se repetiría en sus obras posteriores. Las acuarelas tuvieron la mejor de las recepciones posibles en Europa: museos alemanes, coleccionistas privados, galerías londinenses y parisinas y hasta el Pompidou agotaron la producción de esos años.
Su regreso a la Argentina marca el inicio de su carrera profesional. Roux ya había incursionado en una variedad de formatos, desde los grafitos, pasando por las acuarelas, los dibujos con birome, los cuadros al óleo, hasta los grandes murales. Entre sus más recordadas obras figuran los murales que pintó en las Galerías Pacífico y su obra monumental, "La Constitución guía al pueblo", realizada para decorar la Legislatura de Santa Fe.
Su última gran muestra la realizó en 2017 en el Museo Nacional de Bellas Artes. Diario Gráfico reunió una selección de 290 dibujos realizados en birome y en cuadernos personales, entre agosto de 2015 y diciembre de 2017.
El último año lo pasó entusiasmado con una serie que prometió mostrar en 2022 en el Museo Nacional de Bellas Artes, carbonillas y collages con motivos de balsas de náufragos que hablaban de la vida, la salvación, las migraciones, las luchas, las tragedias, el raro mundo en que vivimos y ese otro mar hacia donde surcaremos cuando ya no estemos más acá. Trabajó en este proyecto hasta el último día de su vida.
En mayo de 2018, la Municipalidad de San Salvador de Jujuy y el Concejo Deliberante capitalino realizaron un homenaje en vida al prestigioso y prolífico artista plástico al imponerle su nombre al Nido de Cuyaya, barrio donde vivió 6 años de su vida dejando un importante legado artístico y vocacional en nuestra ciudad.