El próximo 31 de octubre celebraremos con mucha alegría un nuevo aniversario de la coronación pontificia de la imagen de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya. Se realizó con mucha solemnidad el 31 de octubre de 1920, último domingo de octubre de ese año, en un solemne acto que se llevó a cabo a las 10.30 de la mañana. Participaron más de 5.000 personas, conforme a las crónicas de la época.
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El próximo 31 de octubre celebraremos con mucha alegría un nuevo aniversario de la coronación pontificia de la imagen de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya. Se realizó con mucha solemnidad el 31 de octubre de 1920, último domingo de octubre de ese año, en un solemne acto que se llevó a cabo a las 10.30 de la mañana. Participaron más de 5.000 personas, conforme a las crónicas de la época.
Vinieron desde Buenos Aires muchas personalidades ilustres, entre ellas el Nuncio Apostólico de su Santidad Benedicto XV , monseñor Alberto Vasallo de Torregrossa , quien tuvo a su cargo el solemne pontifical en el cual se coronó la imagen. También monseñor Miguel D'Andrea, famoso predicador de la época, a cargo de la homilía.
Participaron delegaciones de Buenos Aires, Salta, Tucumán, Santiago del Estero y de otras regiones, así como representantes del Gobierno nacional y provincial.
En qué consiste
Cuando una imagen de la Virgen es reconocida como imagen que concentra la devoción de los fieles y a quien acuden con amor y confianza desde hace mucho tiempo y cuya devoción está fuertemente arraigada en el pueblo, como lo es la de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, que desde mediados del siglo XVII concita la devoción de los jujeños, esa imagen puede ser "coronada" de manera "pontificia", es decir, reconocida por el Papa , es decir, oficialmente por la Iglesia, como una imagen venerada por el pueblo y centro de gran devoción.
Así pasó con la imagen de nuestra patrona, una imagen de 65 cm de alto, muy bella en su talla (seguramente de origen español), y que es una imagen "de vestir", es decir, una imagen para ser vestida con la vestimenta adecuada y con los colores que fueron reconocidos. Así la vestimenta de nuestra patrona es rosada y con capa celeste y mantilla blanca.
Dicen las crónicas que los vestidos con los que vistieron a la imagen para su coronación fueron realizados por la comisión de damas de Jujuy y también la fabricación de las coronas, tanto del niño como de la Virgen, se hicieron con las joyas que donaron las damas jujeñas de la época, y que fueron fabricadas por un orfebre en Buenos Aires. Dichas coronas las trajo a Jujuy una comisión de damas de Buenos Aires. Las coronas son de oro y piedras preciosas.
La coronación es un acto muy solemne en el cual se impone la corona de oro a la imagen como un reconocimiento oficial de la Iglesia de la imagen que concentra el amor de los jujeños.
Este reconocimiento implica que la Iglesia aprueba y favorece la devoción a la Virgen bajo esta advocación y con esta imagen.
Para guardar la imagen se construyó en la Catedral el camarín, que luego fue remodelado en 1995, a los 75 años de la coronación, construyendo la escalera que permite llegar a los pies de la imagen.
Fue monseñor José de la Iglesia, quien era el vicario foráneo, es decir, el encargado de la Iglesia de Jujuy, el que llevó a cabo esta obra.
Es de notar que en esa época Jujuy no era diócesis, sino que dependíamos de Salta.
El obispo de Tucumán, monseñor Padilla, y el de Salta, monseñor Romero, fueron los que impulsaron, junto a toda la comunidad jujeña y a sus autoridades, la coronación pontificia, que monseñor Romero no pudo ver concretada porque falleció antes.
Los jujeños desde hace más de 300 años somos herederos de esta devoción que hace a la cultura y a la identidad de nuestro pueblo.
No se puede entender Jujuy sin Río Blanco.
Horacio Carrillo decía: "Honrar a la Virgen del Rosario es honrar a Jujuy".
El segundo obispo de Jujuy, monseñor Miguel Medina, en un escrito de 1980 propuso que a la Virgen de Río Blanco la llamemos "Nuestra Señora de Jujuy".