Luego de haber sido recibidas en la Catedral jujeña el domingo pasado, anoche las reliquias de María Antonia de San José -Mama Antula- visitaron la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en La Quiaca. De esta manera la devoción de quien será la primera santa argentina se continúa difundiendo en la provincia.
inicia sesión o regístrate.
Luego de haber sido recibidas en la Catedral jujeña el domingo pasado, anoche las reliquias de María Antonia de San José -Mama Antula- visitaron la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en La Quiaca. De esta manera la devoción de quien será la primera santa argentina se continúa difundiendo en la provincia.
La misionera laica salteña, que reside en Buenos Aires a metros de la casa de ejercicios espirituales creada por Mama Antula, María Cristina Fernández también estuvo presente en la conmemoración del día de los Mártires de Yavi que se recuerda el 15 de noviembre.
Vale recordar que el domingo pasado el obispo Daniel Fernández recibió las reliquias y aseguró que la futura santa "fue una mujer de la misma madera nuestra y con un amor inmenso a la gente". La entrega estuvo a cargo del comandante mayor Maximiliano Hüter, junto con personal de Gendarmería apostado en Jujuy y la misionera que lleva desde hace dos años las reliquias de Mama Antula desde las periferias del país hacia Buenos Aires, ya que la próxima santa fue -en su tiempo- una peregrina que caminó por varias provincias del NOA y Córdoba.
Monseñor Fernández señaló en la homilía que "el NOA se siente bendecido por el reconocimiento de la santidad y las virtudes heroicas del Cura Brochero, los beatos mártires del Zenta, los beatos de La Rioja, Fray Mamerto Esquiú y ahora con la pronta canonización de Mama Antula".
Asimismo recordó que la futura santa "llevó la herencia de los ejercicios espirituales a todos lados. Fue una mujer de la misma madera nuestra y con un amor inmenso a la gente. Que sea un regalo muy grande en la preparación de los 90 años de la creación de esta Diócesis".
A la misa asistió gran cantidad de fieles que al finalizar tomó gracia de las reliquias, depositando sus ruegos para su intercesión.
Mama Antula comenzó a trabajar con los jesuitas, colaborando en particular en la organización de ejercicios espirituales. Cuando la Compañía de Jesús fue expulsada del Virreinato, ella inició un peregrinaje por varias provincias difundiendo los ejercicios ignacianos y finalmente llegó a Buenos Aires donde falleció en 1799.