"Queremos unirnos a una de las alegrías grandes que tuvimos este año, no sólo por la posibilidad de renovar este templo para celebrar sus 250 años, sino también para agradecer a Dios por la vida de la Iglesia. En estos años sintetizamos todo. Toda la vida de la Iglesia, de nuestro caminar como Iglesia a los que hoy estamos aquí. Ninguno viene de hace 250 años atrás, pero lo que hemos recorrido, lo que hemos caminado, lo ponemos aquí junto al altar".
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"Queremos unirnos a una de las alegrías grandes que tuvimos este año, no sólo por la posibilidad de renovar este templo para celebrar sus 250 años, sino también para agradecer a Dios por la vida de la Iglesia. En estos años sintetizamos todo. Toda la vida de la Iglesia, de nuestro caminar como Iglesia a los que hoy estamos aquí. Ninguno viene de hace 250 años atrás, pero lo que hemos recorrido, lo que hemos caminado, lo ponemos aquí junto al altar".
"Yo no tengo más que palabras de gratitud para ustedes mis hermanos sacerdotes, los fieles laicos de esta Diócesis, porque realmente, a pesar de las cosas que tenemos que acusarnos, de tantas veces no hacer bien o porque nos falta crecer, somos una Iglesia unida, una Iglesia en la que no se encuentra divisiones por motivos doctrinales o políticos o de opciones pastorales. Caminamos juntos, cada uno con el pueblo suyo, pero ciertamente, la familia está unida".
Fue parte de la homilía pronunciada por monseñor César Daniel Fernández, durante la misa concelebrada por los sacerdotes de la Diócesis de Jujuy, que, en la jornada, eligieron como punto de encuentro la ciudad de San Pedro de Jujuy, para la reunión del Presbiterio, la última de este año y como una forma de celebrar junto a la comunidad sampedreña, el Jubileo de los 250 años de la Creación de la Parroquia San Pedro de Río Negro.
"Es nuestro deseo de acompañar al padre Daniel (Alberto Baca) en este aniversario, en esta fecha muy significativa donde se habla de la acción de la Iglesia y de tantos hombres que fueron los sacerdotes que acompañaron y laicos y laicas que se consagraron, que han puesto tanto de si en estos 250 años para que la luz de la fe no se perdiera, sino, que creciera en medio de ustedes. Muy contento, muy agradecido. Estamos en un proceso sinodal y la Iglesia nos invita a poner el centro de la actividad y de la vida de la Iglesia, en la misión con el interés de acercarnos sobre todo a los más necesitados", dijo el obispo.
Cuarenta y dos sacerdotes junto al obispo concelebraron la misa en el templo renovado en su faz edilicia, trabajo que demandó esfuerzo y sacrificio por parte del párroco Daniel y de toda la comunidad.
La obediencia
En otro tramo de su menaje, el padre obispo resaltó la figura de San José y su obediencia a Dios. "La obediencia es la capacidad de escuchar a Dios y José lo realiza como María de una manera tan fiel. Todos somos hijos de la obediencia. No sólo los presbíteros prometen obediencia, los obispos también deben obediencia al Papa. Lo más difícil es obedecer la voluntad de Dios. Lo que Dios quiere, lo que nos presenta, las circunstancias de la vida, cuando hay que arremeter a momentos difíciles y hay que sobrellevar a veces circunstancias que todos tenemos en nuestra parroquia o comunidades, uno no puede dar un portazo, echar a todos, quedarse con los que les gusta, o hacer lo que le parece. Es allí donde necesitamos de mucha paciencia, respetar los procesos, discernir, escuchar la voz de Dios. El trabajo de obediencia lo hacemos todos. La fe, en definitiva, es la obediencia a la confianza en Dios", expresó monseñor Fernández.
El padre Daniel Baca, refirió que en horas de la mañana tuvieron la recepción de 42 sacerdotes junto a monseñor César Daniel Fernández y mantuvieron la reunión en el Populorum y luego participaron de la misa concelebrada. "Dimos gracias por la vida de esta Parroquia de San Pedro de Río Negro, por todo el camino transitado en estos siglos que va evangelizando. La jornada finalizó con un almuerzo comunitario donde cerramos este año junto al presbiterio. Nos acompañaron algunas instituciones, los comedores de la parroquia, servidores de la parroquia, que han dicho presente recibiendo a nuestros pastores", concluyó.