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Ricardo, "Ricky", o "El duende" Rodríguez, como lo apodan, hace 16 años sufrió un grave accidente que provocó que se quiebre la columna y no pueda caminar; pese a eso logró superarse y hoy es instructor del staff de "Siente y baila" secundando al kinesiologo, Ariel Gonzalvez.
"En un minuto la vida cambia" dijo Ricardo Rodríguez, de 44 años de edad, cómodamente instalado en un sillón, en el jardín de la propiedad que comparte con su madre, su hermano menor y su familia, en un rincón maravillosos del barrio Sargento Cabral donde el agua que circula velozmente por el canal y los eucaliptus que rodean el terreno, le brindan al lugar una inmensa sensación de paz y tranquilidad.
Pasaron 16 años desde aquel fatídico 13 de febrero cuando, en su necesidad de brindarle lo mejor a su familia, justo él, el jardinero de las mejores casas de Los Perales y La Viña, decidió atender el pedido de un amigo y concurrir a una vivienda a cortar un viejo palto de varios metros de alto. "Nada hacía prever que esa mañana perdería el equilibrio y que cayera de unos cuatro metros de espalda", comentó Ricky a la vez que agregó "ahí sentí que mi vida cambiaría para siempre".
Recordó que al ingresar al hospital "fui abandonado por la persona que me contrató, quien jamás me ayudó en nada pese a haberlo perdido todo, porque yo era un trabajador independiente". Detalló que a los tres días de estar internado un médico residente entró a su sala y le dijo: "Tenés un 99,9% de posibilidad de no volver a caminar".
"Tenía 28 años y a partir de ese momento decidí que debía saber la verdad, fuera cual fuera, incluso le dije a mi señora que prefería que me deje en ese momento y no después o que se quede a mi lado por lastima", acotando Ricky: "Ella me dijo que siempre me acompañaría y pase lo que pase estaría a mi lado, ya cumplimos 25 años juntos y tenemos a Franco de 24 y Camila de 9".
"Siente y baila"
"Mi llegada a Appace y mi férrea voluntad hicieron que hoy los médicos se sorprendan por mi evolución, yo hoy camino con andador y puedo estar incluido en la sociedad a partir de mi trabajo como carpintero; yo construyo muebles, camas, sillas, mesas, armarios en mi pequeño taller que me ayuda a sobrevivir ya que mi pensión es vergonzosa, cualquiera que tenga un plan gana más del doble que yo", dijo con dolor.
Ricardo Rodríguez agradeció el empuje brindado por el licenciado en kinesiología, Ariel Gonzalvez, quien a partir de su rehabilitación en Appace y por su carácter dicharachero y alegre le permitió estar junto a los chicos del programa "Siente y baila" aclarando que "fue el profesor Ariel quien me impulsó a realizar está actividad inclusiva que nos permite confraternizar con mucha gente que necesita de nuestro ejemplo".
"Estar en el Teatro Mitre mostrando lo que hacemos es realmente reconfortante, esto me permite saber que se puede, con mucha voluntad, esfuerzo, dedicación y el acompañamiento de la familia que no nos permite bajar los brazos", remarcó Ricardo Rodríguez.
"Esta actividad se debiera realizar en diferentes lugares porque es terapéutica, ayuda a las personas a olvidar sus problemas, sean físicos o espirituales y lo dije en una oportunidad a los funcionarios municipales que nos fueron a ver al 'José Hernández'", concluyó.