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“Cuando canto me vuelvo santiagueño”

Es solista de folclore pero comenzó cantando rock. Una colección de discos de su padre y una vieja guitarra, le marcaron el camino. Ayer se presentó en una peña céntrica, a la que regresa esta noche. Fue la voz del grupo de Ariel Ramírez, con el que realizó giras internacionales. También integró Los Carabajal, con quienes se enamoró de la chacarera. En su etapa solista, lleva grabados cuatro discos y un quinto en grabación.
Sabado, 13 de mayo de 2023 01:01

Carlos Cabral es una de las voces más potentes de nuestro folclore. Tintes de rock quedaron en sus melodías, pero canta y compone la música de raíz. Anoche brindó un show íntimo en nuestra ciudad, el cuál repetirá hoy.

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Carlos Cabral es una de las voces más potentes de nuestro folclore. Tintes de rock quedaron en sus melodías, pero canta y compone la música de raíz. Anoche brindó un show íntimo en nuestra ciudad, el cuál repetirá hoy.

¿Cuáles son los discos que te legó tu padre que te inspiraron a ser músico?

La Misa Criolla es uno de los discos que estaba en esa colección increíble de mi papá, que quedó en esa historia, en mi casa. Lo fui escuchado y me fui llenando el oído de esta música tan increíble y después la vida me llevó a cantar eso. Tenía 4 o 5 años. También discos de Eduardo Falú, de Los Chalchaleros, de Atahualpa, Cacho Tirao, Narciso Yepes, música clásica. Al principio de mi carrera me incliné por lo instrumental, tocaba, trataba de sacar obras, a mi manera, como podía, con el tiempo fui perfeccionando, aprendiendo, fui a profesores. Al principio fue así, empecé solito. Vi a alguien tocar, me senté con la guitarra a imitar los movimientos. Todo a partir de mi viejo, que dejó una colección increíble de discos. Él falleció cuando tenía dos años. Dejó una guitarra y la colección de discos.

¿Cómo fue la transición del rock al folclore?

Yo, en mis inicios, cuando recién me acerco a la música, tenía 22, 23 años, lo hago de manera rockera, canto muchos años rock, es más, yo hubiera sido rockero si no hubiese sido por amigos músicos que me dijeron vamos a presentarnos a un Pre Cosquín, ellos me escuchaban cantar folclore para mí, para mi gente y mis amigos. Era una época estática para el folclore, había artistas emblemáticos con mucha historia y no surgían nuevos valores. Muchos músicos nos acercamos al rock nacional. Yo canté rock en castellano y en inglés. Por el '97, '98, dos músicos de la vida, Alejandro Rodríguez y Marcelo Cesario me proponen presentarnos en ese certamen. Ganamos la sede, fuimos a Córdoba, llegamos a la final dos años consecutivos, después, en el 2000 fuimos al Festival del Ternero y Día de la Yerra y salimos ganadores y ahí empieza mi carrera y nunca más volví a cantar rock como profesional (si bien hay un disco dando vueltas por ahí en las redes, que es "Bajo sentencia"), mi camino por el folclore después de esos años continuó hasta ahora y seguiré por esta senda. Es mi música de raíz. Haber cantado rock durante tantos años me cambio el estilo, me dio otro color en la voz, otra influencia, que al principio era un rockero que cantaba folclore y con los años y con todo lo que fui aprendiendo, se hizo este híbrido que no se sabe de dónde soy. Los del norte piensan que soy de Buenos Aires, pero cuando estoy allá piensan que soy santiagueño.

¿De qué forma te marcó cantar con Ariel Ramírez?

Me marcó en la forma de cantar y me agarró en un momento que todavía era aficionado, estaba metiéndome de a poquito.

Julio Mahárbiz hace de padrino, me recomienda. Justo "el maestro" (Ariel Ramírez) se había quedado sin su primera voz. Yo en el 2000 me presento como profesional de la mano de Mahárbiz y automáticamente cuando vuelvo de la temporada, recibo el llamado de María Inés, la viuda de Don Ariel, convocándome a su casa para una prueba. Recuerdo que fue un sábado, en Almagro; fue una prueba de cantar todas sus canciones y La Misa Criolla. Llegué a los dos de la tarde y me fui a las diez de la noche. Estaba él sentado al piano, yo al lado cantando, un placer hermoso, lo disfruté mucho. Él probaba que capacidad vocal tenía yo, el registro vocal para sus obras. Tuve mucha suerte de estar en el momento correcto. A los pocos días me llama la señora María Inés para decirme que quedé como la primera voz. No tenía pasaporte, en esa época era muy difícil sacar uno. El maestro utilizó sus conexiones y me consiguió uno en quince días. Así como estaba y aprendiendo como se podía, viajamos a hacer una gira por Alemania, de repente, me encontré en uno de los mejores escenarios del mundo, cantando la Misa Criolla con coros.

¿Los Carabajal te llenaron de chacareras?

Sí. Allá por el año 2005, yo venía de cantar con el maestro cada vez que él viajaba, cada vez que hacía giras (hicimos cuatro). En 2005 se retira de los escenarios por problemas de salud y yo a la par venía construyendo mi carrera solista, había sacado dos discos y el tercero acababa de salir. A pesar de eso, era un artista subterráneo.

Salgo revelación de la peña la "Casa de los Carabajal" en Cosquín, en 2005 y cuando termina la temporada, regreso a mi casa, yo ya no estaba cantando con Ariel Ramírez, y me llaman "Kali" y "Musha" Carabajal para invitarme a ser parte de la historia del conjunto, de la familia. Empezaba una historia de viajar constantemente a Santiago y es ahí donde me empapé de chacareras, de raíz, de conocer, de compartir con ellos. Yo amaba la música santiagueña y siempre la había cantado leyendo las letras, pero ahí me di el gusto de ver el paisaje, de conocer cada cosa que dice una chacarera, de que habla, del quechua que representa cada cosa que dice ahí y cantarlo mientras vas mirando el paisaje. Para mí fueron cinco años de un aprendizaje increíble. Los viajes fueron inolvidables por las vivencias, porque son gente muy especial, te tratan como si fueras un hijo. Me emociono cuando recuerdo mi paso por el grupo, porque la pasé increíble y porque cuanto festival hay en el país estuvimos y también visitamos España, Uruguay, Bolivia y la verdad fue una experiencia increíble que quedó plasmada en cuatro discos, "Cien años de chacareras" (2006/2007), "Cuarenta años en vivo en el Ópera" (2007/2008), "Tierra milenaria" (2009) y "Cincuenta años en el Luna Park", cuando fui invitado.

¿Fue un desafío vocal ocupar el lugar por el que pasaron Mario Álvarez Quiroga, Luis Paredes, Franco Barrionuevo y Lucio Rojas?

Sí, me marcó muchísimo, sobre todo en el estilo. Yo venía cantando de una manera, con el maestro había aprendido muchísimas cosas, venía con mucha influencia rockera. La voz me cambió, el estilo, el vibrato, la forma de pronunciar. No soy santiagueño, pero cuando canto me transformo, arrastro la ere y digo "io".

¿Y el Hard Rock donde quedó?

En arreglitos, en sonidos, en introducciones, en colorcitos y de repente salimos con chacareras y con folclore. Quedó en el arreglo, en el clima, en la forma de arrancar un tema. Yo soy fanático de Pink Floyd, todo eso me quedó en la cabeza y esa es mi influencia. Los Carabajal tienen muchísimo de eso.

¿Qué ventajas tiene ser solista?

Podés utilizar todo lo que aprendiste en beneficio, cantar tus canciones y composiciones. Quizás por una cuestión de estilo, de idiosincrasia, de la raíz, que tenían, por ejemplo Los Carabajal, mis composiciones no tenían lugar en el grupo. Si bien me grabaron dos canciones increíbles, que se los agradezco hasta hoy, que son "Ruta del tiempo" y "Si no estás"; están en el disco "Cien años de chacareras". Yo tenía muchas canciones dando vueltas y que necesitaban un lugar donde canalizarse y ahí surge la inquietud. Me retiro del grupo en 2010 con toda la impronta de querer imponer esa canciones y de mostrarlas. Ahí aparece el disco "Estados del alma" en el que me doy el gusto de grabar con Raly Barrionuevo, Nacho Prado y Daniel Campos, Pipo Valdez, "El Mono" Banegas, Facundo Toro.

Un disco increíble que se grabó en Córdoba, en el estudio de Facundo Toro, con dirección artística de Diego Pietri. Empezó a sonar en 2011 y me abrió las puertas como solista, después se fueron sumando los años y el estilo no volvió a ser como antes de Los Carabajal. Había una marcada tendencia hacia la chacarera. A mi estilo nunca lo abandoné, hay canciones con mucho rock nacional, pero donde hago una chacarera, me voy para ese lado y busco eso. Trato de ser un poco de todos lados. El porteño o el bonaerense no tienen una raíz marcada. No hago nada de música de mi provincia. Me decidí a hacer todo lo que es del norte.

¿Qué espectáculo vas a ofrecer?

Será íntimo y acústico. Solo con la guitarra, me voy a permitir hacer canciones de artista solista y clásicos, chacareras, para que el público cante. "El diablo" Escobar estará en percusión. Wado Ferreyra y "Obama" Villarubia están de invitados.