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Con prácticas agroecológicas tuvieron éxito en frutillas

Aplicaron lo académico al campo y aunque perdieron algo por sequía, lograron rendimiento y calidad.
Sabado, 16 de septiembre de 2023 00:00
COSECHA | NO SE VEN LAS FRUTILLAS PORQUE ESTÁN PROTEGIDAS POR LA PASTURA

LILIANA ALFARO

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LILIANA ALFARO

Mientras los consumidores eligen cada vez más alimentos sanos, la producción agroecológica suma adeptos en el país y Jujuy se sube a la ola también con la frutilla. Tres jujeños comenzaron a incursionar como productores en el cultivo y la experiencia les significó un segundo año de cosecha de "primicia" con éxito en su calidad pese a la sequía y tropiezos en la técnica.

Se trata de una significativa apuesta de los agrónomos Omar Daniel Medina y Javier Bautista, quienes se lanzaron a producir frutilla agroecológica en Santo Domingo, Perico, probando sus conocimientos académicos, en sociedad con su contador Jeremías Tóffolo. "Este es el segundo año, es decir ya tenemos plantas que van viviendo el doble de lo que generalmente viven", explicó Medina, ingeniero agrónomo y productor, y explicó que se diferenciaron de la mayoría de productores, que suele comprar plantas cada año.

Con ello ya pudieron tildar un ítem de rentabilidad, ya que se ahorraron un gran gasto debido a que son plantas que llegan de Neuquén y son patentadas, además del costo de preparación del suelo, gran cantidad de combustible, una cobertura de plástico y mano de obra para plantar. "Entonces mientras más haces vivir las plantas, más diluís los costos", precisó Medina. Así se evidenció la diferencia del sistema agroecológico pese a las dificultades.

Uno de los factores más determinantes fue la sequía. Aseguró que este año fue el más seco y cálido de los últimos sesenta y llovió menos de la mitad de lo que habitualmente precipita. Entonces al tener el cultivo al final de la distribución de agua, cola de riego, se quedaron sin el líquido elemento luego de Nochebuena, volviendo a tener lluvia el 20 de enero. Esos 22 días de calor y sin agua impactaron y la mitad de las plantas se secaron.

Para su sorpresa, las plantas que sobrevivieron rebrotaron en marzo y siguen siendo cosechadas desde julio, más tarde de lo que quisieran por falta de riego, pero les permitió seguir produciendo. La calidad del suelo fue clave, 2,5% de materia orgánica que permitió que las plantas hayan durado un segundo año y cosechar tres meses antes una producción de primicia de más alto precio.

SURCO DE RIEGO CON HIERBAS.

Aunque cosecharon en julio, lograr producción de primicia les permitió a los novatos productores un significativo ahorro en costos de implantación, manejo y mano de obra. Para que duren tres años las plantas la estrategia de protección durante el verano fue cubrirlas con pastura, incluso durante la cosecha.

Con un tiempo como el actual, de calor y sequedad, si la planta está expuesta al sol se puede llenar de polvo y quedar apestada con arañuelas, pero con las hierbas se puede protegerla del polvo y de los pájaros. Esto ya lo implementaron, repitiendo la del año pasado por el buen resultado, de modo que al final de la temporada dejarán que la hierba lo cubra totalmente y esperan que en febrero llueva para cortarlas.

Es la primera experiencia de los tres jóvenes, debido a que si bien tienen conocimientos por su formación, nunca habían manejado un tractor ni plantado frutillas. De hecho, Medina reconoció que tuvieron muchos errores de principiantes que incidió en el rendimiento; por ejemplo que plantaron mal, con las raíces dobladas por fabricar herramientas cortas para plantar, y eso hizo que disminuyera 30% el rendimiento.

OMAR MEDINA Y JAVIER BAUTISTA

"Esa reducción de rendimiento no es porque sea un sistema ecológico sino porque hemos cometido errores de mala praxis", ratificó. "Este segundo año rinde menos que el primero, porque la planta va perdiendo un poco de vigor productivo", agregó, y explicó que podrán saber el rendimiento real cuando se terminen las plantas.

Regaron cada dos semanas y eligieron la variedad Camino Real, del gusto del mercado, y si lo hubieran hecho con una criolla, más adaptada, tenían un riesgo comercial que no debían dejar al azar porque deben recuperar lo invertido y pagar el préstamo dolarizado. El año pasado lograron una gran cartera de clientes luego de publicar en redes sociales para comercializar, y este año la clientela se triplicó aunque no se promocionó debido al 30% de la producción perdida a causa de la sequía.

Usan técnicas de bajo impacto ambiental

"Es más sabrosa, si bien no son enormes, el sabor está más concentrado. Es más dulce, tiene otro aroma, dura más, se conserva mejor", describió Omar Daniel Medina sobre la producción lograda. Explicó que otra estrategia fue contar con diversidad en el predio, no solamente frutilla, por lo que plantaron hierbas y flores que generan nichos para los controladores biológicos, insectos que consumen otros y les permite mejorar.

Además usaron como insumo biológico, biofertilizante orgánico, llamado supermagro, que permite alimentar a la planta. Esto se produce con heces frescas y leche de vaca, azúcar, cenizas y agua, que se deja fermentar y forma parte de un recetario antiguo entre los productores, que ya se había probado. "Eso como un complemento, pero lo fuerte para evitar las plagas son un suelo bueno para evitar el ambiente diverso", precisó, agregando que además se regó cada dos semanas, lo que permitió un ahorro en ese líquido elemento ya escaso.

Debido al cultivo de menor impacto ecológico el precio es alto, pese a que este año la vendieron a menor costo, inicialmente a $2.000/kilo para las provincias de Tucumán, Salta y Córdoba, donde la demanda les permite comercializarla a uno mayor, y cuando bajó se la comercializó en Jujuy a $1.500, pero aclarando que al final de la temporada quedaría en 500 pesos más, también con buena demanda.