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La distribución de la riqueza, el país y la desigualdad en el mundo

Jueves, 11 de abril de 2013 22:19

Siempre ha sido tema de estudio cómo se distribuyen los ingresos o la riqueza en un país y en el mundo, debates sobre este tema se agudizan en épocas de elecciones, ya que cada candidato desde los sectores que lo apoyan plantean, entre otras, esta problemática, sugiriendo proyectos en sus propuestas, es decir ha sido, es y seguirá siendo tema de preocupación y análisis de todos los sectores de la sociedad.

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Siempre ha sido tema de estudio cómo se distribuyen los ingresos o la riqueza en un país y en el mundo, debates sobre este tema se agudizan en épocas de elecciones, ya que cada candidato desde los sectores que lo apoyan plantean, entre otras, esta problemática, sugiriendo proyectos en sus propuestas, es decir ha sido, es y seguirá siendo tema de preocupación y análisis de todos los sectores de la sociedad.

Podemos definir que la distribución de la riqueza o de los ingresos es la forma en la cual el producto total generado por un país se reparte entre los trabajadores y los empresarios. El modo en que se reparte está determinado por las políticas económicas que determina el Estado, que son las que influyen en las posteriores decisiones que toman las empresas y las conductas que adoptan los hogares.

Existen tres factores que inciden de mayor a menor en la distribución del ingreso o riqueza en un país: a) El Estado es el que determina la política económica que se debe seguir; b) Las empresas, que también deciden con la facultad autónoma que les corresponde, y c) Los hogares, en su carácter de unidades de consumo.

De los tres el que mayor gravitación tiene en la distribución de la riqueza es el Estado, que a través del dictado de normas, como las que priorizan la inversión productiva o especulativa, incide en la determinación de salarios mínimos, determina los impuestos que gravan las ganancias y su distribución, impone trabas a las importaciones de bienes o servicios para favorecer la producción local, congela precios de la canasta básica de alimentos y de combustibles, entre otras, que inciden en esta ecuación.

La capacidad autónoma de decisión de las empresas también tiene límites y los mismos los fija el Estado, cuando las políticas implementadas priorizan y estimulan el salario o ejercen una altísima presión tributaria que no les permite a los empresarios iniciar procesos de reinversión productiva

También el Estado incide directamente orientando el consumo de los hogares mediante la implementación de políticas fiscales (impuesto a las ganancias) que se adapten a sus objetivos, ya sean incentivando o desalentando el mismo.

La masa salarial

La participación de los salarios en la distribución de los ingresos entre los años 1950 a 1974 en nuestro país se ubicó en una media del 44,5%, es decir del total de la riqueza o los ingresos en estos períodos, un promedio del 44,5% de los mismos le correspondió a los trabajadores, destacando que en el año 1974 este porcentaje ascendió al 48% (tercer gobierno de Perón antes de su muerte). A partir de ese año (1974) se inicia un descenso en la participación de la masa salarial en los ingresos del país que llegó al 22,56% en el año 1982, este período se caracterizó por la aplicación de políticas de fuertes ajustes en la economía y la represión de los movimientos sindicales y sociales.

A partir del gobierno democrático del doctor Ricardo Alfonsín comienza nuevamente a crecer la participación del salario de los trabajadores respecto al ingreso del país, las mediciones se sitúan en una media del 30% entre 1983-1989.

En el período 1989-1999 (Menen) las mejoras no son significativas, situando la participación en un mínimo del 28% y un máximo del 33%.

Durante el gobierno del doctor De la Rúa (1999-2001) la participación se mantuvo por debajo del 30%, período en el que no se notó ninguna reactivación.

Y el período 2001-2003, con la crisis que padecimos, este porcentaje bajo al 20,92, para iniciar una recuperación a partir del gobierno del doctor Néstor Kirchner, que llego a superar el 25% en el 2006.

A partir del año 2007 la economía de nuestro país siguió creciendo y por supuesto la participación de la riqueza lo hizo de la misma forma, pero en estos dos últimos años el crecimiento fue disminuyendo con pocas posibilidades de volver a crecer a las tasas que lo hicimos anteriormente.

Son muchos los analistas que opinan que si la redistribución de la riqueza se hace bien, la misma contribuye al crecimiento, y es en estos momentos que nuestra economía no está creciendo lo suficiente, es necesario analizar las causas por las que a pesar de existir una agresiva política redistributiva no logramos aumentar el crecimiento.

Recientemente dos economistas del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefidar), Jorge Gaggero y Darío Rosignolo publicaron un ensayo en el que analizan distintas variantes para mejorar la redistribución de los ingresos, sugiriendo realizar modificaciones fiscales, titulado: “Simulación de los efectos distributivos de cambios en el gasto público y los impuestos”. En este estudio analizan cómo los diferentes impuestos y gastos que realiza el Estado modifican la distribución primaria del ingreso, por ejemplo: demostraron que el 20% de personas más ricas de nuestro país recibe el 42,6% de los subsidios a la electricidad y el gas y al 20% más pobre le corresponde solamente el 6,4%.

Si vamos a hablar de redistribuir los ingresos es necesario que el Estado comience por mejorar a los que menos tienen.

Simetrías entre ricos y pobres

EEUU representa el 6% de la población mundial, pero consume el 48% de la riqueza total del planeta.

La cuarta parte de la población del Norte consume el 70% de la energía mundial, el 75% de los metales, el 85% de la madera y el 60% de la comida

Entre 2,5 y 3 miles de millones de personas (sobre)viven con menos de US$ 2 diarios y 1,2 mil millones con menos de US$ 1 diario.

El 15% de la población mundial, que vive en los países ricos, consumen el 56% del total mundial, mientras que el 40% más pobre consume solo el 11% del total (Africa consume 20% menos de lo que consunía hace 25 años)

 

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