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La cultura del aguante desde los 60, de la mano de Quique

Jueves, 27 de noviembre de 2014 00:00
A pocas horas de disputarse un nuevo superclásico, la barra de River protagonizó otra vez un capítulo de violencia con el único fin que nada tiene que ver con la pasión, sino más bien con el dinero.
Lamentablemente, la historia no es reciente y se remonta a la década del 60 en la vereda de enfrente, cuando Enrique Ocampo, más conocido como "Quique, el carnicero" (por su oficio), armó un choque de fuerza que hacía temer tanto a rivales como a propios, en el barrio de La Boca.
El motivo de la batalla del martes en la confitería del Monumental no fue otra que buscar quedarse con la totalidad de entradas de favor para el partido de hoy, para luego revenderlas y hacer un negocio millonario.
Lo de Quique fue algo similar: solía pedir entradas y viajes al por entonces presidente Alberto J. Armando.
Hoy, más de 50 años después de esa época, El Tribuno viajó hasta el lugar donde paraba Ocampo con sus secuaces; en Juan de Dios Filiberto y Brandsen, frente a la cancha de Boca.
Antes, se llamaba La Glorieta (un restaurante-bar) y hoy convertido en "Quique Center", un lugar de compras de todo tipo de merchandising.
Mientras atendía a turistas que se amontonaban en el mostrador, Fernanda, una de sus nietas, aceptó dialogar con este matutino y contar (poco), quién fue Quique.
"Era un tipo hecho y derecho, pero muy pasional", se anticipó, y más tarde desmintió uno de los mitos más grandes dentro de la hinchada del club xeneize: "A Quique nadie lo echó. Él se fue en el 80 porque empezó a cambiar la gente. Metieron armas, drogas y también empezaron los robos", agregó en clara referencia a La 12 del máximo sinónimo de las barras de Argentina: José Barrita, alias El Abuelo.
Sin embargo, en las gradas de la segunda bandeja no coinciden con Fernanda y cuentan que Quique fue desplazado por Barrita, porque éste se encandiló con el negocio.
Ahí nació la hinchada más sangrienta de todas y la cultura del aguante se expandió al resto del país. Hoy la violencia tiene un saldo de 297 muertes y parece no tener fin.

Un negocio redondo

En los alrededores de la cancha de Boca funcionan decenas de negocios relacionados, directa o indirectamente, al club de la ribera.
Quique Center es uno de estos y, además de ser explotado por los familiares del exbarra, pertenece a una cadena de locales (como el Museo de Quique).
En Quique Center uno puede encontrar: camisetas, banderas y fotos y por $5 se puede fotografiar con las estatuillas de Palermo y Maradona.

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A pocas horas de disputarse un nuevo superclásico, la barra de River protagonizó otra vez un capítulo de violencia con el único fin que nada tiene que ver con la pasión, sino más bien con el dinero.
Lamentablemente, la historia no es reciente y se remonta a la década del 60 en la vereda de enfrente, cuando Enrique Ocampo, más conocido como "Quique, el carnicero" (por su oficio), armó un choque de fuerza que hacía temer tanto a rivales como a propios, en el barrio de La Boca.
El motivo de la batalla del martes en la confitería del Monumental no fue otra que buscar quedarse con la totalidad de entradas de favor para el partido de hoy, para luego revenderlas y hacer un negocio millonario.
Lo de Quique fue algo similar: solía pedir entradas y viajes al por entonces presidente Alberto J. Armando.
Hoy, más de 50 años después de esa época, El Tribuno viajó hasta el lugar donde paraba Ocampo con sus secuaces; en Juan de Dios Filiberto y Brandsen, frente a la cancha de Boca.
Antes, se llamaba La Glorieta (un restaurante-bar) y hoy convertido en "Quique Center", un lugar de compras de todo tipo de merchandising.
Mientras atendía a turistas que se amontonaban en el mostrador, Fernanda, una de sus nietas, aceptó dialogar con este matutino y contar (poco), quién fue Quique.
"Era un tipo hecho y derecho, pero muy pasional", se anticipó, y más tarde desmintió uno de los mitos más grandes dentro de la hinchada del club xeneize: "A Quique nadie lo echó. Él se fue en el 80 porque empezó a cambiar la gente. Metieron armas, drogas y también empezaron los robos", agregó en clara referencia a La 12 del máximo sinónimo de las barras de Argentina: José Barrita, alias El Abuelo.
Sin embargo, en las gradas de la segunda bandeja no coinciden con Fernanda y cuentan que Quique fue desplazado por Barrita, porque éste se encandiló con el negocio.
Ahí nació la hinchada más sangrienta de todas y la cultura del aguante se expandió al resto del país. Hoy la violencia tiene un saldo de 297 muertes y parece no tener fin.

Un negocio redondo

En los alrededores de la cancha de Boca funcionan decenas de negocios relacionados, directa o indirectamente, al club de la ribera.
Quique Center es uno de estos y, además de ser explotado por los familiares del exbarra, pertenece a una cadena de locales (como el Museo de Quique).
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