El Día del Padre es una de esas jornadas que, siempre que se pueda, se debería disfrutar en familia. Las familias grandes aprovechan el día para disfrutar juntos de una buena comida, ya sea en la casa o fuera. Si se trata de una familia pequeña, no hay nada como celebrar el Día del Padre con una buena comida en casa. Aunque está claro que a papá le va a gustar cualquier comida que haya sido hecha por sus hijos con cariño, hay una gran variedad de propuestas gastronómicas entre las que se puede elegir. Recordemos que todo lo que los niños hagan en la cocina, deben contar con la supervisión adulta.
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El Día del Padre es una de esas jornadas que, siempre que se pueda, se debería disfrutar en familia. Las familias grandes aprovechan el día para disfrutar juntos de una buena comida, ya sea en la casa o fuera. Si se trata de una familia pequeña, no hay nada como celebrar el Día del Padre con una buena comida en casa. Aunque está claro que a papá le va a gustar cualquier comida que haya sido hecha por sus hijos con cariño, hay una gran variedad de propuestas gastronómicas entre las que se puede elegir. Recordemos que todo lo que los niños hagan en la cocina, deben contar con la supervisión adulta.
Sobre todo si son muy chicos, es muy importante mantener a los niños alejados del fuego y los cuchillos. Si alguien mayor se encarga del fuego y los cortes, ellos pueden colaborar con el resto de la preparación de la comida. A la hora de plantear el menú, tampoco hace falta complicarse demasiado. Lo primero es pensar cuál es el plato favorito del progenitor y si sus gustos no son demasiado refinados o complicados, todo puede salir a flote más fácilmente. Un niño no posee las habilidades suficientes para preparar una paella, por poner un ejemplo, pero si se opta por este plato él puede colaborar echando el arroz, lavando y pelando las verduras o eligiendo los ingredientes.
El postre es algo que no puede faltar en el menú. Además, en esto pueden participar los más pequeños de la casa con recetas dulces donde pueden amasar, revolver y jugar na los sabores. Así se puede elaborar cupcakes, una tarta, un flan o una fondeau de chocolate. También pueden decorar en postre elegido, lo que dará ese toque personal que lo hará encantador. Pero recordemos que el éxito de la comida del Día del Padre no depende sólo del menú: lo que importa es el detalle puesto con cariño. Por ejemplo, se puede decorar la mesa, labor que puede hacer un niño sin ningún peligro. Un bonito mantel, servilletas, los platos y cubiertos, un centro de mesa, pueden disponerse con cuidado y buen gusto. También pueden elaborar tarjetas personalizadas con el nombre de los comensales y el menú que van a disfrutar y colocar velas y adornos por la mesa. La cuestión es divertirse y que se el sentimiento se transmita.
Un paseo de fin de semana por los hoteles y comedores de las bodegas de los Valles Calchaquíes, son sin dudas una buena propuesta para pasar el Día del Padre, ya sea con la única compañía de mamá o con toda la familia. Hay actividades, cosas para ver y hacer. Y por supuesto, para llevarse los mejores vinos de esta parte del país.