Le hizo reanimación cardiopulmonar y lo salvó de la muerte

Lucas Ferreira tiene 17 años, estaba durmiendo una siesta y como no se levantó a las 18.30 para ir al gimnasio, su mamá fue a despertarlo. Allí comprobó que estaba frío, no respiraba y tenía una tonalidad morada. "De inmediato llamé al 911 y al llegar un policía, Daniel Flores, comenzó a realizarle RCP (reanimación cardiopulmonar). En mi desesperación lo subimos a mi auto y mientras yo manejaba al hospital el agente nunca dejó de hacer las maniobras de resucitación y como a las 5 cuadras respiró.

Él le salvó la vida a mi hijo, nunca será suficiente nuestro agradecimiento para ese joven ángel que estuvo en el momento justo y que está plenamente capacitado para lo que hizo", relata Patricia Román, mamá del adolescente, que está en el primer año de la Tecnicatura en Informática en la UNSa y ahora se recupera en una clínica privada de la capital. Está consciente, se comunica normalmente, pero tiene dolor de cabeza y cuerpo.

Pero, ¿qué pasó?, es la pregunta de rigor. "Aún no tenemos un diagnóstico definitivo; los profesionales están realizando todo tipo de estudios y monitoreos. No tenía antecedentes cardíacos ni tomaba anabólicos. Hacía un mes había comenzado el gimnasio. Es deportista y muy sano, por eso sorprende lo que ocurrió", dice la madre.

Tímido y emocionado

El agente Flores llegó en un móvil junto a tres policías más al domicilio familiar en el barrio 20 de Febrero, y con la sirena acompañaron a la mujer que ya trasladaba a su hijo en su vehículo.

Tras lo ocurrido y mientras el adolescente se recuperaba, Flores contó que desde 2012 trabaja con base en el 911. Hombre de pocas palabras, solo dijo con profunda emoción: "Estoy muy feliz de que Lucas esté bien, Gracias a Dios estuve allí para poder ayudar; solo espero verlos y abrazarlo a él y a su familia".

Lucas Ferreira tiene 17 años, estaba durmiendo una siesta y como no se levantó a las 18.30 para ir al gimnasio, su mamá fue a despertarlo. Allí comprobó que estaba frío, no respiraba y tenía una tonalidad morada. "De inmediato llamé al 911 y al llegar un policía, Daniel Flores, comenzó a realizarle RCP (reanimación cardiopulmonar). En mi desesperación lo subimos a mi auto y mientras yo manejaba al hospital el agente nunca dejó de hacer las maniobras de resucitación y como a las 5 cuadras respiró.

Él le salvó la vida a mi hijo, nunca será suficiente nuestro agradecimiento para ese joven ángel que estuvo en el momento justo y que está plenamente capacitado para lo que hizo", relata Patricia Román, mamá del adolescente, que está en el primer año de la Tecnicatura en Informática en la UNSa y ahora se recupera en una clínica privada de la capital. Está consciente, se comunica normalmente, pero tiene dolor de cabeza y cuerpo.

Pero, ¿qué pasó?, es la pregunta de rigor. "Aún no tenemos un diagnóstico definitivo; los profesionales están realizando todo tipo de estudios y monitoreos. No tenía antecedentes cardíacos ni tomaba anabólicos. Hacía un mes había comenzado el gimnasio. Es deportista y muy sano, por eso sorprende lo que ocurrió", dice la madre.

Tímido y emocionado

El agente Flores llegó en un móvil junto a tres policías más al domicilio familiar en el barrio 20 de Febrero, y con la sirena acompañaron a la mujer que ya trasladaba a su hijo en su vehículo.

Tras lo ocurrido y mientras el adolescente se recuperaba, Flores contó que desde 2012 trabaja con base en el 911. Hombre de pocas palabras, solo dijo con profunda emoción: "Estoy muy feliz de que Lucas esté bien, Gracias a Dios estuve allí para poder ayudar; solo espero verlos y abrazarlo a él y a su familia".