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Un informe presentado por Prefectura indica que no habían rastrillado el lugar 

Es último y único documento presentado por esa fuerza de seguirdad sobre los rastrillajes. La abogada de la familia había hablado de tres búsquedas previas en el mismo lugar. 
Jueves, 19 de octubre de 2017 15:04

 

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Es último y único documento presentado por esa fuerza de seguirdad sobre los rastrillajes. La abogada de la familia había hablado de tres búsquedas previas en el mismo lugar. 

El último y hasta hoy único informe elaborado por Prefectura Naval sobre los rastrillajes en el río Chubut indica que no fue rastrillada el área en la cual encontraron el cuerpo de quien con cada vez más fuerza de especula es Santiago Maldonado. Según informó la fiscal Silvina Avila, el cadáver apareció a 300 metros río arriba tomando como referencia la llamada Zona Cero del Pu Lof, ubicada en línea recta de la casilla de vigilancia que está cerca de la entrada al predio, según publicó diario Clarín. 

Ayer, la abogada de Verónica Heredia indicó, en el marco de una conferencia de prensa que brindó la familia Maldonado en la Universidad de la Patagonia en Esquel, que el sector del hallazgo ya había sido rastrillado en tres ocasiones previas. Esto abona la teoría de que el cuerpo pudo haber sido ‘plantado‘, como agregó la propia defensora. Pero el dato sobre los antecedentes de la búsqueda no coinciden con el informe elaborado a partir de los trabajos de los buzos, en especial de los integrantes de la Estación de Salvamento y Buceo de Bariloche.

¿Qué dice el documento de 29 páginas? Básicamente que la geografía a la que se abocaron va desde la llamada Zona Cero río abajo hacia Esquel, recorriendo una extensión de 60 kilómetros. De acuerdo a este texto oficial al que tuvo acceso Clarín no hicieron foco río arriba. En otras palabras, en las siete jornadas que duraron las pesquisas fluviales no rastrillaron en dirección a El Bolsón.

“La búsqueda subácua fue efectuada en un área de 30 m de ancho aproximadamente por 400 m de largo aproximadamente en una profundidad que variaba de 1m a 1,50 m.”, indica el informe respecto del 5 de agosto, cuando comenzó la actividad.

Este día el juez federal Guido Otranto lideró un operativo en el interior de Cushamen que terminó frustrado ante la resistencia de los propios mapuches a que se avanzara por “Territorio y Aguas Sagradas”. Los buzos dejaron constancia del momento: “A esta altura no se pudo continuar con la actividad debido a la negativa de la comunidad mapuche que considera a las aguas del río como sagradas”.

Las siguientes fechas en el caudal fueron el 16 de agosto, 8, 12, 13, 15 y 16 de septiembre. El documento abunda en que el rastrillaje arrancó en la Zona Cero y hacia la izquierda en el sentido de la corriente. ¿Por qué no se buscó del otro lado a lo largo de varios kilómetros? Básicamente por dos motivos.

- El primero es que la correntada hacía suponer que si una persona se había ahogado para quedar flotando, esta sería empujada sectores abajo. La lógica física predominaba sobre cualquier intuición opuesta, según hicieron entender especialistas 
- Y segundo, porque de acuerdo a lo que indican voces de la propia fuerza, las órdenes eran precisas y claras: la búsqueda debía hacer acento río abajo y no lo contrario. Los buzos de Prefectura Naval al fin de cuentas integran una estructura y siguen las consignas que les marcan sus superiores, señaló una alta fuente.

Los baqueanos y buzos coincidían en que los 3.000 metros que van de la Zona Cero hacia Esquel podían resultar claves para encontrar el cuerpo por factores tales como la fuerza de la corriente, la profundidad del agua y de pozos de hasta tres metros; también, debido a la espesa vegetación capaz de enganchar cuerpos y objetos con gran facilidad.
Aunque, en un análisis más apretado, estaban dispuestos a aceptar que el área “crítica” estaba compuesta de un radio de 500 metros. La forma geométrica de este imaginario espacio sería un círculo que, partiendo de la Zona Cero, se pronuncia río abajo y deja un margen de unos 100 metros río arriba. Según pudo averiguar este diario, los buzos nunca quedaron del todo conformes con el trabajo desarrollado enfrente del Pu Lof. La conflictividad con los mapuches resultó un factor importante para concretar un trabajo más amplio y tranquilo, opinan.

En su informe, Prefectura Naval insistía en que había que recorrer el río nuevamente. Recomiendan: “Continuar la búsqueda subácua, siendo aconsejable al menos una longitud de aproximadamente 16 km del cauce agua abajo”.

Uno de los buzos le indicó a Clarín que su vocación era volver a la Zona Cero y trabajar con ímpetu allí. Otro avezado conocedor del río Chubut, aseguró que en el punto en que fue visto Maldonado por última vez, hay una vegetación tan profundamente enraizada que no debía descartarse que estuviera allí hasta estar completamente seguros. Y los buzos declararon que no tenían un certeza del 100%.

El basto operativo de rastrillaje de Prefectura Naval abarcó 60 kilómetros y una superficie de 1.800.000 de m2. Los efectivos soportaron temperaturas de 5 grados en el agua y corrientes que les impedían mantenerse en un lugar.

“El lecho o fondo era de consistencia rocosa (canto rodado de diferentes volúmenes y arcilla en algunos sectores aislados), con profundidades que variaban entre 0,30 m a 2,50 m”, explica el documento. “Se intensificaron los buceos en aquellas zonas en donde existían ramas, raigones y elementos factibles de enganche de objetos”, subraya.

En privado, los buzos aceptaban que la posibilidad de que un cuerpo estuviera atrapado entre raíces y maderas sueltas o ramas, existía. Y no era menor.
 

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