El 13 de octubre se cumple un mes del fallecimiento de Carla Virginia Torres, una adolescente de 16 años que murió en el hospital Público Materno Infantil luego de que los médicos no lograran detenerle una hemorragia posparto. Su madre, Isabel Pastrana, denunció al hospital Papa Francisco por mala atención.
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El 13 de octubre se cumple un mes del fallecimiento de Carla Virginia Torres, una adolescente de 16 años que murió en el hospital Público Materno Infantil luego de que los médicos no lograran detenerle una hemorragia posparto. Su madre, Isabel Pastrana, denunció al hospital Papa Francisco por mala atención.
La historia comenzó el 6 de septiembre. Carla tenía un embarazo a término y una hija de dos años. Su novio estaba en Seclantás, donde vivía ella también hasta hace poco. Esa tarde empezó con contracciones y estaba sola porque Isabel había salido a trabajar. Gabriela, su hermana mayor, estaba con su pareja en la casa de al lado. Todo fue tan rápido que Carla no tuvo tiempo de trasladarse al hospital y terminó teniendo a su hijo en la vivienda de Finca Valdivia que compartía con su madre.
Antes de que se desencadenara el parto Carla había ido al hospital Materno Infantil con un dolor de garganta, según contó su familia. Pero tras la consulta volvió a su barrio.
"Mi hija era una niña sana. Tuvo a su bebé aquí en la casa y salió perfecta de acá, consciente. Llegaron bien al hospital Papa Francisco. Antes de irme a trabajar le había preguntado cómo estaba y ella me dijo que se encontraba bien. Le dije "cualquier cosa avisale a Gaby, que ella me va a decir a mí'. A las siete Carla llamó a su hermana y le dijo que le dolía la panza. Mi hija mayor estaba por llamar un remise, pero no dio tiempo. Mi yerno (Fernando), el marido de mi hija, cuando fue a verla, ya vio la cabecita del bebé", expresó la madre, de 38 años.
Gabriela tuvo que llamar dos veces a la ambulancia porque tardaba. Isabel denunció que, al llegar el vehículo, empezó la mala atención a su hija. "Uno de los enfermeros le dijo a mi yerno que le ponga el pañal y que la higienice porque ellos no se iban a ensuciar las manos, ya que no tenían guantes. Un chico de 23 años le tuvo que poner el pañal a su cuñada. Nunca tuvieron buena atención. La cuestión es que logran llevarse a Carla al Papa Francisco y mi hija mayor fue con ella, llevando el bebé", relató Isabel.
Según la madre, cuando ingresaron en el hospital la adolescente que acababa de dar a luz fue trasladada a una habitación en la que quedó sola, sin un cuidado constante. Según explicó, una doctora dijo que estaba perdiendo sangre pero que era por "un resto" que le había quedado y que lo iba "a despedir".
A las 21.45 Isabel llegó al Papa Francisco para ver a su hija. Entonces Gabriela le comunicó que los médicos habían decidido derivarla al Materno Infantil porque tenía una hemorragia que no podían parar.
"En realidad está mal"
"Yo llegué y al rato salió una doctora de la sala de neonatología a explicarme el tema de mi hija. Cuando se fue, yo pedí hablar con alguien más y me dijeron que tenía que esperar. Habrán pasado 25 minutos y recién me hicieron hablar con un médico. Me dijeron que iban a trasladar a mi hija porque no había lugar y que se podía pescar alguna infección porque no le podían parar la sangre. "Tu hija en realidad está mal', me dijo", relató la mujer.
En ese momento la desesperación se apropió de Isabel y tuvo un ataque de nervios. Carla fue trasladada al hospital Materno Infantil en código rojo, en grave estado. "En ese momento no entendía nada. Ahora voy recordando las cosas que pasaron. Lo único que pensaba es que no era tan grave. Después, con el transcurso de los días, lo único que quería era que mi hija salga. Estuvo tres días, casi cuatro, perdiendo sangre con hemorragias que ellos no sabían cómo parar. Cuando la mandaron desde el Papa Francisco entró directamente en el quirófano y salió a las 3 de la madrugada", narró la madre de Carla.
Después de varias operaciones para detener la hemorragia, al cuarto día Carla dejó de sangrar. Los médicos le avisaron a Isabel que le iban a bajar las dosis de medicamentos para que se despierte, pero nunca recuperó la conciencia.
"Empezó a hacer un paro y ahí se dañó su cerebro en un 90%.Ya no había más nada que hacer", comentó la madre. Solo un milagro podía salvarla e Isabel esperaba que sucediera. Después de varios minutos, la adolescente tuvo otro paro con el que acabó su vida.
"Yo pido justicia por mi hija, por este bebé y por la nena de dos años a los que dejaron sin su mamá. Que no quede impune. Quiero que, en primer lugar, el Estado vea a ese hospital. Yo me dije que tengo que ser fuerte y salir adelante por ellos", expresó a El Tribuno.
Hoy los dos hijos de Carla están en cuidado de Isabel, quien le pidió al padre de los nenes hacerse cargo de la crianza porque cree que es lo que su hija hubiera querido.
"No tenía ánimos de nada, estuve remal. Salía a la puerta y todos me preguntaban por mi hija, no tenía consuelo. No quería nada. El día que la enterré, me dije "voy a hacer la denuncia para que se haga justicia'", finalizó.