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Las reformas de Macri ¿Necesarias?, ¿suficientes?

Miércoles, 15 de noviembre de 2017 00:00

Las reformas anunciadas: el presidente Mauricio Macri ha planteado en días recientes un conjunto de iniciativas que, asegura, se requieren para lograr más competitividad, contribuir a bajar la inflación, a la vez que, con ellas, se le otorgaría mayor sustentabilidad a la economía argentina, logrando, además, reducir la pobreza estructural por la vía de la generación de mayor empleo.

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Las reformas anunciadas: el presidente Mauricio Macri ha planteado en días recientes un conjunto de iniciativas que, asegura, se requieren para lograr más competitividad, contribuir a bajar la inflación, a la vez que, con ellas, se le otorgaría mayor sustentabilidad a la economía argentina, logrando, además, reducir la pobreza estructural por la vía de la generación de mayor empleo.

¿Cuáles reformas son necesarias?

Probablemente nadie cuestione la necesidad de reformas, o cuanto menos, el sustento que proponen, toda vez que no puede negarse la existencia de severas distorsiones en términos de las relaciones entre los trabajadores y los empresarios, la endémica e indomable inflación, el gigantesco gasto público, la estructura regresiva y distorsiva de los impuestos, la insostenibilidad del sistema jubilatorio, y así sucesivamente.

Sin embargo, una cosa es echar una mirada sobre las graves y extensamente prolongadas deformaciones de la economía y otros sectores de la administración -como el también destacado por el Presidente, el sistema judicial- y otra muy diferente es ponerse de acuerdo con la naturaleza y alcance de tales distorsiones, para no hablar de la forma de instrumentar algunos -cuanto menos- correctivos.

No obstante, no sería justo no destacar que, escuchar a un presidente hablar aunque sea en forma parcial de los endémicos y arraigados padecimientos de la mayor parte de los sectores de la Argentina es, de suyo, un avance inconmensurable, esfuerzo que en nuestra Salta es inimaginable y probablemente lo será por muchísimas décadas más.

Algunos interrogantes

Como se decía, no está en discusión, en términos generales, lo señalado por el presidente Macri, pero puede seguramente plantearse si mucho de lo hasta ahora puntualizado compone un diagnóstico ajustado y completo.

Por ejemplo, ¿por qué deberían existir menos gremios?

Si la preocupación se relaciona con los aportes a las respectivas obras sociales, el problema podría resolverse a través de algún tipo de superintendencia o algo similar, que coordine y recaude- los fondos de los aportantes, los que, claramente, deberían estar en manos austeras y con un manejo financiero inobjetable.

Si este no es el problema, no queda claro cómo "menos" gremios pueden dar respuesta a problemas que los "muchos" gremios existentes no solucionan -cuando no agravan- como la centralización de las discusiones paritarias basadas en "a igual trabajo, igual retribución", como si el trabajo que se realiza en un ambiente amigable y confortable fuera "igual" que el ejercido con mayores restricciones que debilitan la productividad de los trabajadores, sin que esto suponga que unos trabajadores sean menos "iguales" que otros, dada su idéntica condición de humanos.

¿Las reformas son suficientes?

Aceptando con algunas reservas -como se puntualizó- la pertinencia y necesidad de las reformas, cabe seguidamente preguntarse si estas son suficientes, y en este punto se plantean también varias observaciones al respecto.

Por una parte, las reformas no mencionan, por ejemplo, un problema estructural no menos grave de la Argentina cual es el de las asimetrías de desarrollo regional. Por supuesto, se dirá que el desarrollo, o su carencia, en cada provincia, es una competencia -o más rigurosamente, una incompetencia- de los respectivos gobernadores y allí están las pruebas cuando se comparan provincias como nuestra Salta y San Luis, ambas gobernadas desde toda su historia, o muy poco menos, por el justicialismo, con prácticamente idénticos rasgos autoritarios y feudales, pero con clarísimas diferencias de desarrollo y su equivalente en términos de ingreso por habitante.

Sin embargo, no es menos cierto que, aunque Salta y otras provincias similares tuvieran gobernantes más comprometidos con su bienestar, hay cuestiones que trascienden sus límites, como el desarrollo ferroviario o la integración con otras economías, y que por lo tanto requieren del concurso de la Nación que, por otra parte, justo es decirlo, es la primera vez en muchos años que toma nota de estas graves asimetrías entre regiones, aunque con una mirada unilateral y no en coordinación con las provincias involucradas.

Agenda pendiente

Las falencias señaladas no agotan la cortedad del diagnóstico propuesto por el presidente Macri, porque tampoco se habló de la necesidad de una profunda reforma política que vaya más allá de la cosmética del voto electrónico, o del imperativo de federalizar la famosa "industria nacional".

Concentrada en pocos kilómetros cuadrados, esta obliga a toda la Argentina a consumir productos obsoletos y caros, sin que esa Argentina marginal pueda, al menos, disfrutar de las ventajas del empleo que esas industrias generan, distorsión grave e igualmente endémica además de perversa que, claro está, no es inocente: concentrar la población en pocos kilómetros cuadrados simplifica el esfuerzo de mantener indefinidamente el poder y obviamente no requiere, al contrario, de grandes desarrollos de infraestructura particularmente ferroviaria o de hidrovías.

En resumen, el presidente Macri ha planteado un diagnóstico correcto, aunque incompleto e insuficiente, pero, al menos, un diagnóstico al fin, y, claramente, algo es mejor que la nada a la que estábamos acostumbrados los argentinos, por no decir definitivamente resignados...

 

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