Las conducciones nacionales de la CTA de los Trabajadores y de la CTA Autónoma se declararon hoy en "estado de sesión permanente" y convocará a la CGT y movimientos obreros a "coordinar un plan de acción" contra el proyecto de reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional para "profundizar el ajuste".
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Las conducciones nacionales de la CTA de los Trabajadores y de la CTA Autónoma se declararon hoy en "estado de sesión permanente" y convocará a la CGT y movimientos obreros a "coordinar un plan de acción" contra el proyecto de reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional para "profundizar el ajuste".
Así lo informaron el secretario General de la CTA autónoma, Pablo Micheli y su par de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, al encabezar una conferencia de prensa tras una reunión conjunta con la delegación visitante de la CGT de Francia.
Los dirigentes gremiales expresaron su "rechazo" a la propuesta "flexibilizadora" del Gobierno y tras señalar que no fueron convocados a la mesa de diálogo con el Ejecutivo aseguraron que solicitarán ser recibidos por los distintos jefes de bloque partidarios y que impulsaran una movilización‘paralela cuando el proyecto se trate en el Congreso.
Durante su exposición, Micheli se refirió al proyecto del Gobierno como un "duro proceso de flexibilización que apunta a deteriorar las condiciones laborales en Argentina y generar más ganancias a un sector"
Además, consideró que las propuesta para "terminar con los contratos por tiempo indeterminado" provocará una "situación crítica, triste y preocupante para nuestros jóvenes".
La indemnización por despido
Micheli cuestionó duramente la posibilidad de la eliminación de la "antigüedad y otros ítems para el cálculo de la indemnización, lo que se traducirá en un "festín para los empresarios".
"Esto es un ataque directo a la ley de contrato laboral. El Gobierno ha ido más allá incluso de lo que ha ido la dictadura militar en el plano laboral", reprochó.
Luego de expresar los fundamentos, su par de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, anunció que ambas organizaciones resolvieron declarar el "estado de sesión permanente para analizar la iniciativa que de manera unilateral impulsa el gobierno", al tiempo que llamaron a conformar "plenarios intersindicales para generar acciones en todo el país para rechazar la iniciativa".
En ese marco, el dirigente indicó que acudirán a los jefes de bloque de los distintos partidos que integran el Congreso para entregar un documento en el que expresarán "el rechazo a la flexibilización laboral y a este intento de vulnerar los derechos de los trabajadores".
Y convocaron a los "trabajadores del país, a los movimientos sociales y a los jubilados a participar de una movilización frente al Congreso en paralelo al tratamiento de la iniciativa impulsada por el Ejecutivo".
Por último resolvieron pasar a un cuarto intermedio para reanudar la sesión plenaria de las dos CTA para la próxima semana con el objeto de convocar a la CGT y expresiones de movimientos obreros y sociales a coordinar en forma conjunta el plan de acción "para enfrentar la ofensiva precarizadora al plan de ajuste que el gobierno profundiza a partir de los anuncios".
En ese punto, insistieron con que a diferencia de la CGT no fueron convocados a una mesa de diálogo con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, para discutir la reforma laboral que impulsa el Gobierno, aunque no descartaron la posibilidad de iniciar medidas conjuntas.
Con gremios de Francia y Brasil
Yasky y Micheli se reunieron con referentes de la CGT de Francia y la CUT de Brasil, que fueron invitadas al plenario para exponer sobre la reformas laborales que se implementaron en esos países.
"El proyecto de la reforma laboral ha sido redactado por los grupos empresarios, muy pocos puntos los redactó el Gobierno" denunció Yasky, quien alertó además que se trata de "una ofensiva que pretende arrasar con las conquistas de los trabajadores".
Por su parte, Micheli consideró que "es asombrosa la similitud" de la iniciativa del Gobierno de Mauricio Macri con las reformas laborales de Francia y Brasil, y planteó que de esa forma "ha ido más allá que la dictadura militar en materia laboral".
En rigor, las CTA aclararon que rechazan tanto la reforma laboral, con la reforma impositiva y la reforma previsional que alienta la Casa Rosada luego de su victoria en las elecciones legislativas del 22 de octubre: "Son tres proyectos en uno, no se pueden separar porque los tres apuntan al deterioro del sistema laboral", opinó Micheli.
También repudiaron que las dos CTA hayan sido marginadas de la mesa de negociación de la reforma laboral (participa sólo la CGT por el sindicalismo) bajo el criterio de mayor representatividad de la central que conduce el triunvirato, sobre lo que Yasky consideró que "es una violación de la libertad sindical estipulada por la OIT".
Los dirigentes de la CTA apuntaron especialmente contra los cambios que promueven "contrataciones por tiempo indeterminado, que generan preocupación en los trabajadores; "la eliminación del aguinaldo y otros ítems para calcular las indemnizaciones"; y "la destrucción de la representación colectiva en las discusiones con las patronales".