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Silvina Diaz: “Es necesaria una ley que proteja a los animales de laboratorio”

Lunes, 20 de noviembre de 2017 21:46

Silvina Diaz es investigadora adjunta de Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y trabaja en el área de neurociencia con modelos animales. La experta dictó hace días una capacitación en la UNSa sobre “Actualización en conceptos de investigación con animales de laboratorio”.
En diálogo con El Tribuno, planteó la necesidad de regular los métodos de estudio científico. “Debemos poner siempre el bienestar animal por encima del objetivo de nuestras investigaciones”, afirmó.
El curso, que se dictó durante una semana, contó con un plantel docente de especialistas que llegaron desde Buenos Aires y se complementó con profesionales del Instituto de Patología Experimental (IPE ) y de la UNSa. Asistieron más de 50 alumnos de distintas provincias de la Argentina, Chile, Colombia y Perú.

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Silvina Diaz es investigadora adjunta de Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y trabaja en el área de neurociencia con modelos animales. La experta dictó hace días una capacitación en la UNSa sobre “Actualización en conceptos de investigación con animales de laboratorio”.
En diálogo con El Tribuno, planteó la necesidad de regular los métodos de estudio científico. “Debemos poner siempre el bienestar animal por encima del objetivo de nuestras investigaciones”, afirmó.
El curso, que se dictó durante una semana, contó con un plantel docente de especialistas que llegaron desde Buenos Aires y se complementó con profesionales del Instituto de Patología Experimental (IPE ) y de la UNSa. Asistieron más de 50 alumnos de distintas provincias de la Argentina, Chile, Colombia y Perú.

¿En qué consistió el curso que dio en Salta?
Es un curso de posgrado que apunta a formar gente que hoy o en el futuro va a emplear modelos animales, específicamente ratas y ratones, para hacer investigación en ciencias biomédicas. Los animales son muy empleados en estas áreas y uno debería tener una formación básica. 
Quiero resaltar la predisposición y el interés tanto del IPE, en particular de la médica veterinaria María Celia Mora, quien actuó como coordinadora del curso, así como de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNSa. Realizar una capacitación lleva mucho trabajo y ambas instituciones se comprometieron muchísimo, fueron excelentes anfitrionas y facilitaron todo. 

¿Cómo deberían usarse los animales en investigación?
Nosotros debemos poner siempre el bienestar animal por encima del objetivo de nuestras investigaciones. Eso parte de la Declaración de Helsinki, que rige la investigación con humanos, ya que después de las atrocidades cometidas durante de la Segunda Guerra Mundial se planteó que los intereses de la investigación nunca deberían estar por encima del bienestar del humano. Para los animales se considera algo similar. 
Nosotros tenemos en cuenta todas las variables que pueden afectar su bienestar: el ambiente en que están, los tratamientos que se les administran, si tienen un nivel mínimo de confort y, si tienen dolor, cómo mitigarlo. 
Los animales son empleados en investigación porque hoy hay pocas alternativas, al menos en ciencias biomédicas, al uso de animales. Mas allá de que tengan que vivir en una jaula, procuramos que puedan satisfacer todas sus necesidades básicas.

¿Por qué es importante la capacitación en estos temas?
Para no hacer sufrir a los animales. A partir del momento en que nos otorgamos el derecho de trabajar con ellos, debemos saber que son seres que sienten la angustia y, sobre todo, el dolor. 
Si los empleamos porque estudiamos algo que pensamos que puede tener proyección para tratar una enfermedad o para conocer el origen de otra, nunca podemos dejar de lado su bienestar.

¿Eso lo hacen por buena voluntad o alguna legislación lo estipula?
En principio debería ser por buena voluntad. A nosotros tendrían que formarnos en las carreras básicas para comprender esta idea. Tenemos el privilegio de emplear animales para trabajar, o sea que por propia voluntad deberíamos tratarlos bien. 
Hoy en nuestro país no hay ninguna legislación que nos exija nada, pero hace unos años trabajamos en un proyecto de ley de protección a animales de laboratorio, que está bastante avanzado en la Cámara de Diputados. 
Hay normativas y regulaciones internacionales pero no estamos obligados a cumplir. Por eso es alentador ver el interés y la motivación de la gente que, en una situación en la que no es obligatorio, quiere trabajar bien con los animales y no hacerlos sufrir.

¿Los animales de laboratorio tienen derechos hoy en la Argentina?
En realidad hay una ley de 1954, mal llamada Ley Sarmiento, contra actos de maltrato y crueldad para con los animales. Esa ley es viejísima pero de alguna manera los protege. Hoy en todo el mundo desarrollado hay leyes específicas porque las condiciones en que viven y se emplean estos animales son específicas. Por eso es necesaria una ley que acompañe el desarrollo de las ciencias que se valen de animales.

¿Quién promueve esta ley?
La gente que trabaja en este medio vinculado con animales de laboratorio hace más de 20 años quiere generar una ley. En los últimos años, a través de la Asociación Argentina de Ciencia y Tecnología de Animales de Laboratorio (AACYTAL), que nuclea a los especialistas del sector, se dio más fuerza a ese proyecto de ley. 
Se lo trabajó, se lo discutió y se lo presentó ante un diputado, vicepresidente de la comisión de Ciencia y Tecnología. Entonces empezó a avanzar y tuvo muy buena repercusión, porque surgió de la propia comunidad de animales de laboratorio y está en sintonía con las leyes que ya existen en Brasil, en Uruguay y en el primer mundo sobre el tema.

¿En la carrera de Veterinaria se ven estos contenidos?
No, lamentablemente. La carrera de Veterinaria en nuestro país tiene una orientación más hacia el agro, entonces la parte de animales de laboratorio no se cubre. Solo en la Universidad de La Plata se da Animales de Laboratorio como materia obligatoria y tres facultades, de la UBA, de la Universidad del Litoral y de la Católica de Cuyo, la dan como optativa.
La verdad es que los veterinarios no tenemos formación específica en animales de laboratorio. Nunca ha habido un interés particular y quizá menos de los veterinarios. Por ahí el interés siempre ha sido más de los biólogos y de quienes han hecho investigación con animales. Sin embargo, pienso que de a poco en las currículas se va a ir incorporando...

¿Es posible hacer investigación biomédica sin experimentar con animales?
En Europa hace más de 20 años se decidió desarrollar métodos alternativos al uso de animales, sobre todo para el testeo de cosméticos, que era bastante crítico, y se invirtió millones de euros para esto. Hoy en Europa no se vende ningún cosmético que haya sido testeado en animales de laboratorio, pero en ciencias biomédicas suena imposible prohibir la experimentación con animales porque no contamos con métodos alternativos validados. Está bueno que de a poco se trabaje más y más en eso y que los gobiernos y empresas privadas inviertan en estos desarrollos.

Hay críticas de proteccionistas por el uso de animales para investigación...
En realidad hay mucha gente que es protectora o animalista, y diferencia el uso de animales en investigación de, por ejemplo, las carreras de galgos o los animales que se usan para tracción a sangre en la ciudad, que pueden ser reemplazados por otros medios o eliminados. Estoy de acuerdo con los protectores en ese sentido.
En la investigación con animales pienso que hay que ser un poco más cauto, porque el testeo de la seguridad de vacunas, de drogas y de numerosos productos que usamos a diario, si no se hiciera en animales, representaría un riesgo para la salud humana. 
Hay que ser más racionalista y, en todo caso, estimular, ayudar e impulsar todo lo que tienda a usar la menor cantidad de animales, en las mejores condiciones y que el Estado decida promover el desarrollo de los métodos alternativos, lo cual, no hay que dejar de decir, es muy costoso. 

¿Qué propone usted?
Prohibir la investigación con animales es frenar un caudal de investigaciones que está en marcha. Gracias a los animales se han desarrollado vacunas y medicamentos y se han conocido mejor las enfermedades. Ellos han aportado al progreso de nuestra sociedad en temas de salud. 
Deberíamos concentrarnos en reducir gradualmente el uso de animales. Por ello, considero que está muy bien que los animalistas tengan un ojo puesto en los investigadores y que estén al tanto de lo que hacemos. Mi ideal sería el trabajo conjunto para reemplazar el uso de los animales en investigación y, en el camino a lograrlo, que la sociedad nos siga exigiendo que hagamos un uso ético de los mismos.
 

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