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El acusado por el crimen del enfermero cayó por el celular

Jonathan Corvalán es juzgado desde ayer por el asesinato de Federico Núñez. Según los investigadores, lo habría ultimado para ocultar un robo.
Miércoles, 19 de abril de 2017 00:00

Los familiares de Leopoldo Federico Núñez, el enfermero de 36 años asesinado hace ocho meses, lloraron y se contuvieron unos a otros en la primera jornada del juicio por el crimen, ayer en la Sala de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial. Hubo extensos abrazos entre ellos.

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Los familiares de Leopoldo Federico Núñez, el enfermero de 36 años asesinado hace ocho meses, lloraron y se contuvieron unos a otros en la primera jornada del juicio por el crimen, ayer en la Sala de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial. Hubo extensos abrazos entre ellos.

Con mirada fría, el único detenido por el homicidio, Franco Jonathan Corvalán, de 28 años, parecía inmutable. Se abstuvo de declarar. Vestía una campera y jean gris y zapatillas blancas. Se supo que tiene dos condenas, una de ellas por homicidio en ocasión de robo.

El primer testimonio fue de Pedro Alejandro Gutiérrez, hermano de la víctima, y se refirió a la situación personal del joven enfermero y cómo fue el día del hallazgo del cuerpo.

Le siguió Alberto Andrés Moya, sobrino del enfermero. Dijo entre lágrimas que halló el cuerpo sin vida de su tío tras ingresar por la ventana de la casa de Castañares. Muy conmovido relató que encontró el cadáver ensangrentado tirado en el piso. Toda la casa estaba desordenada.

En tercer lugar declaró el policía Rafael Alexis Silvestre y finalmente el subcomisario de la División Homicidios, Sergio Costello. El testimonio de este último fue uno de los más importantes, ya que estuvo a cargo de la investigación de la cual brindó detalles precisos.

"En los accesos a la vivienda no había violencia lo cual daba cuenta de que no era una persona ajena. Faltaba una computadora, un microondas, dos televisores, una notebook, una play, una tablet, una heladera pequeña, una billetera, las llaves de la casa y el auto. Federico había planeado un viaje al exterior. El homicida presumió que tenía plata. Había ropa desordenada. Buscó dinero", manifestó Costello.

"La víctima solía relacionarse a nivel sexual con hombres ocasionales", dijo, y empezó a ahondar en detalles tan íntimos que el juez Guillermo Pereyra, vocal de la Sala VI del Tribunal de Juicio, le pidió que se circunscribiera a los datos válidos para el juicio.

Entonces Costello siguió: "El cuerpo estaba solo con una remera. En la escena había un preservativo. La data de muerte es entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves".

"El auto de Federico, un Renault Megane, aparece el 19 de setiembre en el canchón municipal. Había sido levantado por tránsito en la calle Alvarado entre Buenos Aires y Córdoba. Había protagonizado un choque tras lo cual fue abandonado. Haciendo un relevamiento de domos, aparece corriendo una persona. En el coche se secuestra un arma blanca con sangre de Federico, cuyo cuerpo presentó dos heridas en el cuello y heridas defensivas en las manos", indicó.

"Teníamos en número de IMEI del celular de Federico. Un domingo a las 17.31 una persona prendió el aparato y le colocó un nuevo chip que estaba asociado a Franco Corvalán. Se detectó por su cuenta de Facebook. La Policía Federal le secuestra a Corvalán el teléfono en el momento de su detención en Buenos Aires", explicó.

 

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