Con esta actividad regresa Mamoré, una galería que supo abrirse un espacio propio en Salta, de la mano de su gestor Juan Blanco. Anteriormente en Tres Cerritos, ahora comienza en el centro de la ciudad, con un mural que estamparán los autores Isbelio Godoy y Lolo Fernández. Una dupla que ya trabajó en conjunto en otras oportunidades y que en la muestra que hoy habilitan tratan de fusionar sus propias visiones estéticas. “Hemos compartido muchas cosas juntos, hemos trabajado juntos en Córdoba por muchos años, pero sobre todo compartimos una buena amistad. Y en lo que respecta a la pintura, mi visión es retratar la naturaleza y el ser humano. En eso la visión nos iguala un poco, porque si bien él se dirige a las plantas sagradas y yo más a una relación onírica, confluimos en un ser humano en un entorno natural. Aunque la mayoría de mis figuras humanas son de ciudades, se enfrentan a la profundidad de la naturaleza”, dice Fernández. “El hombre retrata su entorno, lo significa, lo eleva a símbolo. El contacto con la naturaleza envuelve al hombre de sentido y le da sostén a todas sus manifestaciones. El dibujo como expresión lo acompaña como genuino lenguaje a través de la construcción de su historia”, dice Godoy. Lolo también apunta a la supremacía del dibujo: “Es inicio de todo por más que se trate de pintura abstracta. Una línea esconde la composición”.
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Con esta actividad regresa Mamoré, una galería que supo abrirse un espacio propio en Salta, de la mano de su gestor Juan Blanco. Anteriormente en Tres Cerritos, ahora comienza en el centro de la ciudad, con un mural que estamparán los autores Isbelio Godoy y Lolo Fernández. Una dupla que ya trabajó en conjunto en otras oportunidades y que en la muestra que hoy habilitan tratan de fusionar sus propias visiones estéticas. “Hemos compartido muchas cosas juntos, hemos trabajado juntos en Córdoba por muchos años, pero sobre todo compartimos una buena amistad. Y en lo que respecta a la pintura, mi visión es retratar la naturaleza y el ser humano. En eso la visión nos iguala un poco, porque si bien él se dirige a las plantas sagradas y yo más a una relación onírica, confluimos en un ser humano en un entorno natural. Aunque la mayoría de mis figuras humanas son de ciudades, se enfrentan a la profundidad de la naturaleza”, dice Fernández. “El hombre retrata su entorno, lo significa, lo eleva a símbolo. El contacto con la naturaleza envuelve al hombre de sentido y le da sostén a todas sus manifestaciones. El dibujo como expresión lo acompaña como genuino lenguaje a través de la construcción de su historia”, dice Godoy. Lolo también apunta a la supremacía del dibujo: “Es inicio de todo por más que se trate de pintura abstracta. Una línea esconde la composición”.