"Creo que en esta época es el momento para los frutos secos. Hay un buen momento para las nueces, sobre todo las de Salta que ahora han tenido una buena cosecha. No así con las almendra, que están muy caras. Los vegetales tienen mucho que ver con las Fiestas. No es por nada el Viernes Santo y la inhibición de comer carne. Después ocupó el lugar central en la mesa porque se da como algo más consumista que en el sentido profundo que tiene la Navidad. Es que una dieta con carnes es más estimulate, propensa a los excesos. Una dieta vegetariana propone una energía más reflexiva, más calma, que ayuda a mirar para adentro. Con el cristianismo el sentido de la Navidad es mucho más profundo y las verduras son el verdadero sabor de las fiestas, no el hecho de "tirar la casa por la ventana'', u otro sinónimo de descontrol. El nacimiento de Jesús es una oportunidad para una búsqueda más profunda y el año nuevo tiene alegrías renovadas. Todos nos renovamos con el año que nace nuevo y hay que comer con ese espíritu. En esta época están saliendo duraznos, las clásicas sandías. Y se acaban las frutillas. Las que vienen ya no están buenas. Hay que tener cuidado al comprarla porque se pueden llevar chascos... Ya está en oferta la frutilla del sur que no es de calidad. También aparecen mangos chiquitos, que vienen de Tartagal o de Orán. Son muy distintos a los mangos de los mangos del Brasil que son mucho más grandes. Pero me gustan más, son más sabrosas, más dulces", explica Juan Blas.
Fiestas veganas, para el alma
19 DE Diciembre 2014 - 00:10 El espíritu de las Fiestas tiene la energía de los vegetales, que nos permiten una fuerza especial para la restrospección y la tranquilidad. Esta es la propuesta vegetariana del chef Juan Blas Bergesi para Navidad y fin de año.


"Creo que en esta época es el momento para los frutos secos. Hay un buen momento para las nueces, sobre todo las de Salta que ahora han tenido una buena cosecha. No así con las almendra, que están muy caras. Los vegetales tienen mucho que ver con las Fiestas. No es por nada el Viernes Santo y la inhibición de comer carne. Después ocupó el lugar central en la mesa porque se da como algo más consumista que en el sentido profundo que tiene la Navidad. Es que una dieta con carnes es más estimulate, propensa a los excesos. Una dieta vegetariana propone una energía más reflexiva, más calma, que ayuda a mirar para adentro. Con el cristianismo el sentido de la Navidad es mucho más profundo y las verduras son el verdadero sabor de las fiestas, no el hecho de "tirar la casa por la ventana'', u otro sinónimo de descontrol. El nacimiento de Jesús es una oportunidad para una búsqueda más profunda y el año nuevo tiene alegrías renovadas. Todos nos renovamos con el año que nace nuevo y hay que comer con ese espíritu. En esta época están saliendo duraznos, las clásicas sandías. Y se acaban las frutillas. Las que vienen ya no están buenas. Hay que tener cuidado al comprarla porque se pueden llevar chascos... Ya está en oferta la frutilla del sur que no es de calidad. También aparecen mangos chiquitos, que vienen de Tartagal o de Orán. Son muy distintos a los mangos de los mangos del Brasil que son mucho más grandes. Pero me gustan más, son más sabrosas, más dulces", explica Juan Blas.