El asesor de la Pastoral de la Salud Diocesana, presbítero Santos Gutiérrez, invitó a la comunidad jujeña a participar de la conmemoración del Día Mundial del Enfermo, a realizarse hoy con misa y unción a las 17, en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes ubicada en el barrio Campo Verde de esta capital.
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El asesor de la Pastoral de la Salud Diocesana, presbítero Santos Gutiérrez, invitó a la comunidad jujeña a participar de la conmemoración del Día Mundial del Enfermo, a realizarse hoy con misa y unción a las 17, en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes ubicada en el barrio Campo Verde de esta capital.
Mencionó que la concentración tendrá lugar hoy a las 14.30 en la iglesia Catedral para comenzar la procesión a las 15. Gutiérrez pidió a las personas que concurran con movilidad colaboren acercando a los enfermos que tengan problemas para llegar a la parroquia. Asimismo recomendó a quienes vayan caminando no olviden llevar sombrilla y agua.
Asimismo solicitó la colaboración con alcohol, algodón y pañales para adultos.
La Virgen
El 11 de febrero de 1858, en la villa francesa de Lourdes, a orilla del río Gave, se produjo la primera aparición de la Virgen ante una niña de 14 años llamada Bernadette (Bernardita) Soubirous.
La historia de la aparición empieza cuando Bernardita, nacida el 7 de enero de 1844, salió, junto a dos amigas, en búsqueda de leña en la Roca de Masabielle. Para ello, tenía que atravesar un pequeño río, pero como sufría de asma no podía meter los pies en agua fría, y las aguas de aquel riachuelo estaban muy heladas. Por eso ella se quedó a un lado del río, mientras las dos compañeras iban a buscar la leña.
Fue en ese momento en que experimentó el encuentro. "Sentí como un fuerte viento que me obligó a levantar la cabeza. Volví a mirar y vi que las ramas de espinas que rodeaban la gruta de la roca de Masabielle se estaban moviendo. En ese momento apareció en la gruta una bellísima señora, tan hermosa, que cuando se le ha visto una vez, uno querría morirse con tal de lograr volverla a ver. Ella venía toda vestida de blanco, con un cinturón azul, un rosario entre sus dedos y una rosa dorada en cada pie. Me saludó inclinando la cabeza. Yo, creyendo que estaba soñando, me restregué los ojos; pero levantando la vista vi de nuevo a la hermosa Señora que me sonreía y me hacía señas de que me acercara. Pero yo no me atrevía. No es que tuviera miedo, porque cuando uno tiene miedo huye, y yo me hubiera quedado allí mirándola toda la vida. Entonces se me ocurrió rezar y saqué el rosario. Me arrodillé. Vi que la Señora se santiguaba al mismo tiempo que yo lo hacía. Mientras iba pasando las cuentas de la camándula ella escuchaba las Avemarías sin decir nada, pero pasando también por sus manos las cuentas del rosario. Y cuando yo decía el Gloria al Padre, ella lo decía también, inclinando un poco la cabeza. Terminando el rosario, me sonrió otra vez y retrocediendo hacia las sombras de la gruta, desapareció".
Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858 hubo 18 apariciones.