Valeria Alfaro
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Valeria Alfaro
Algunos dicen ya estar acostumbrados, otros ni siquiera pueden dormir dentro de sus hogares por el miedo. Son los habitantes de El Fuerte, localidad poco conocida hasta hace casi dos meses, en donde los movimientos sísmicos se producen constantemente luego de que en octubre se produjera el movimiento desencadenante.
Este lugar, en cuyas profundidades se produjo el epicentro del sismo más fuerte de los últimos tiempos en la provincia, no es el mismo desde octubre. Hoy los movimientos sísmicos siguen agravando los daños en esta localidad rodeadas de pinos y cerros.
Al ingresar a El Fuerte, en una de las primeras casas, doña Epifania Lamas expresó que sólo se acerca a su hogar para realizar algunas tareas de mantenimiento y luego duerme en una vivienda cercana, por miedo a que su casa construida con adobe, termine de desmoronarse como consecuencia de los recurrentes sismos que suceden casi día por medio. “El bramido todavía no se va del todo, desde el temblor fuerte, de noche y de día se repite, ayer fue el último que sentí”, dijo sobre los temblores.
Para ella y otros habitantes que residen en este pequeño poblado caracterizado por la gran cantidad de casas hechas de adobe, la palabra “apuntalar” ahora es un verbo al que recurren a cada instante. Se refiere al sostén construido por troncos que incorporó la población para evitar que un nuevo sismo termine por derribar su hogar.
Muchas instituciones, como la iglesia, aún siguen sin reparar. La antigua y pequeña capilla se encuentra totalmente rajada por los sismos, y los restos del vértice derecho de su estructura continúan desparramados por el suelo. Una de las cuidadoras del lugar, Otilia Flores, expresó que están pensando en recaudar fondos entre los pobladores o comunicarse con alguna población para poder reconstruir la iglesia.
Se suma a este relato el de otro habitante del lugar, Jorge Armella, quien indicó que Defensa Civil estuve presente brindando charlas, así como el Same, pero no visitaron casa por casa y tampoco dan muchas explicaciones de lo que ocurre en el lugar.
Por estos días se le informó que se realizará un simulacro.
Una nueva preocupación común y nueva, es que se avecina la época de lluvias. Desde enero se suelen producir deslizamientos y derrumbes, por esta razón, muchos temen que los caminos se corten y que los arreglos en las casas no lleguen a concluirse, viéndose obligados a dormir dentro cuando llueva, con la posibilidad de que un movimientos telúrico derrumbe sus casas mientras duermen.
¿Un volcán?
Ante un evento de tal magnitud en una localidad de tan pocos habitantes, las repercusiones fueron muchas. Actualmente afirman que un volcán se habría “despertado” en la zona.
Nadie supo decir con exactitud quién inició el rumor, pero lo cierto es que está instalado en el lugar. La mayoría expresó que la gente comenta que un volcán comenzó su actividad, por las aguas termales de la zona y el azufre que se encontraría en Palma Sola.
“Dice la gente más vieja que hay muchas aguas calientes por aquí, más el olor a azufre, sospechan que sea un volcán”, expresó la vecina Gladis Rodríguez. Lo que alimenta más este rumor, es que los vecinos observaron durante el mes a personal de numerosas instituciones recorrer el lugar, en helicópteros, caminando o a caballo. Incluso algunos pensaron que el volcán erupcionaría, y que las autoridades estaban analizando el lugar para evacuar la zona.
Por su parte el comisionado municipal Carlos Rojas, indicó que esta versión es imposible. Según Rojas el Gobierno ya realizó todos los estudios declarando el lugar como “zona sísmica”, pero no alertó sobre algún posible volcán.
También agregó que el Gobierno brindó materiales para reconstruir algunos hogares. Están reconstruyendo 10 viviendas, luego seguirán por etapas, estipulando construir casi 70 casas dañadas dentro de los mismos terrenos.
Dijo que se avanza progresivamente en la construcción de estas viviendas antisísmicas, empezando por quienes sufrieron mayores daños. Pero los pobladores siguen preocupados porque la mayoría sigue habitando la misma casa.