POR MARIANA MAMANI:
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POR MARIANA MAMANI:
-¿Cómo trabaja este equipo de psicólogos que acompaña a familiares y testigos?
- El responsable a nivel nacional del equipo de psicólogos que acompaña a familiares y testigos es el psicólogo Martín Iturburu, justamente él esta viajando a Buenos Aires a una reunión sobre este tema. Nos hemos sumado varios psicólogos al equipo, nos acompaña Irene, Luciana Masaccessi, Soledad Nicodema y Mariana Villafañe. Trabajamos fuertemente, reuniéndonos, analizando y estudiando todo el material que va saliendo desde los organismos que trabajan este tema y sobre todo porque cada acompañamiento es un acompañamiento. En este momento no actuamos como terapeutas, sino actuamos como acompañantes, es importante aclarar este trabajo.
-¿Cuándo se inicia este programa?
- A partir de la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad se hizo necesario elaborar estrategias de protección integral a testigos y querellantes. En ese marco se creo el plan Nacional de acompañamiento y asistencia integral a los querellantes y testigos víctimas del terrorismo de Estado. El trabajo de los organismos es trabajar en las causas de lesa humanidad y lo que hacemos es acompañar a las personas que vana a testimoniar. Hacemos el trabajo previo a testimoniar y luego que declaren los acompañamos. Porque esto no esta cerrado, es un duelo que nunca se cerró. Es un duelo viviente y que esta en ellos, y que es la reactivación de este duelo. Cuando uno pierde un ser querido, puede elaborar el duelo porque realmente sabe que es lo que pasó o donde está, y pudo ver que la vida se termino para esta persona, El duelo se elabora de otra manera, acá esta la “desaparición” y esto crea una figura en cada uno de nosotros. Y realmente no poder elaborar un duelo, continuar con la angustia. Entonces cuando se presenta para cada familiar que tiene que ir declarar, es la reactivación de esta situación, es volver a enfrentar el temor, el genocida que fue aquel que tuvo en esto una importancia mayúscula.
-¿Cómo es la reacción de testigos ante este acompañamiento?
-Hay personas que han demandado un apoyo psicológico, una terapia; pero esto lo hacemos desde el lugar de demanda de los familiares. Lo que hacemos es el acompañamiento, el ofrecimiento a estar en esa situación y que sienta que no esta solo “él” y su situación, sino también que hay quienes pueden apoyar estos momentos.
-¿Cómo es el trabajo desde el Inadi?
-En realidad acompañamos en las reuniones que se desarrollan en el Inadi y estamos permanentemente con familiares. Ahora estamos viendo la posibilidad de hacer un curso con profesionales de salud de acá, porque queremos derivar a las personas que demandan terapia. Es decir no podemos mezclar roles, no podemos ser terapeutas de las personas que acompañamos.
- ¿Con cuantos testigos están trabajando?
-En realidad vamos acompañando a medida que van citando a testimoniar. Estamos trabajando con gente de Tumbaya, Ledesma, de capital, todavía no han llamado a San Pedro pero posiblemente lo van a hacer. Las situaciones que van saliendo vamos trabajando. Hace poco estuvimos en Tucumán un encuentro con los responsables nacionales y lo que se esta tratando de establecer son las redes de trabajo, que es fundamental. El año pasado estuvimos haciendo talleres intensivos con los equipos de psicólogos que trabajan en las provincias Córdoba, Tucumán, Catamarca y este año nos reuniremos en Tucumán y lo que hacemos es tratar, es debatir el tema porque requiere otra mirada, además las realidades tienen diferencias y así también los casos son particulares.
- El acompañamiento solo es familiares directos, testigos o también se trabaja con el resto de la familia?
-Si, esto afecto a todos, afecto a familias, al país, la sociedad toda creo que no hay nadie que no este afectado. Aquel que niegue esta realidad es no querer hacerse cargo de lo que paso en este país.
-Se escucha decir a grandes y jóvenes “eso ya paso”…
- Claro, eso es volver a reactivar lo que decían algunos milicos: el silencio es salud y eso es mentira. Sabemos bien los psicólogos que a través de la palabra y el poder decir uno garantiza mínimamente una salud mental.