Con el dinamismo y deseos de conversión que el Viernes Santo despierta en la feligresía, ayer marcharon gran cantidad de personas hacia la cruz de Cerro Las Rosas como muestra de fe. La mayoría de los peregrinos fueron jóvenes y no se presentaron inconvenientes en el camino.
En el día de pasión y muerte de Jesucristo, alrededor de 70 personas transitaban por minuto camino a la cruz, y según estimaciones de las fuerzas de seguridad, alrededor de 50 mil personas peregrinaron durante la mañana y la tarde. La mayoría inició su peregrinación durante las primeras horas de la mañana, para evitar el calor que reinó sobre el mediodía.
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Con el dinamismo y deseos de conversión que el Viernes Santo despierta en la feligresía, ayer marcharon gran cantidad de personas hacia la cruz de Cerro Las Rosas como muestra de fe. La mayoría de los peregrinos fueron jóvenes y no se presentaron inconvenientes en el camino.
En el día de pasión y muerte de Jesucristo, alrededor de 70 personas transitaban por minuto camino a la cruz, y según estimaciones de las fuerzas de seguridad, alrededor de 50 mil personas peregrinaron durante la mañana y la tarde. La mayoría inició su peregrinación durante las primeras horas de la mañana, para evitar el calor que reinó sobre el mediodía.
En los primeros calvarios fueron característicos los puestos de ferias que se extendieron en el lugar, vendiendo desde comidas hasta películas y discos de audio que bajaban su precio a medida que se ascendía a la cruz.
Luego del cuarto calvario y pasando la reja de acceso al camino principal a la cruz, la caminata se tornaba más reflexiva y la mayoría de las personas comenzaba a visitar cada una de las catorce estaciones dejando una vela o claveles, y realizando las oraciones que les permitía realizar un descanso en medio del agobiante calor que iba en aumento al llegar a la mitad de la jornada. El camino se encontraba en excelente estado, y personal del Municipio realizaba la limpieza general.
La mayor cantidad de peregrinos fueron los jóvenes, reunidos en grandes grupos, que se dirigieron directamente hacia la cruz, el elemento de adoración de los fieles que en esta oportunidad no contaba con la imagen del tradicional Cristo. Muchos de los adolescentes subían cortando camino, y otros grupos se dispusieron a acampar en los sitios más extensos.
También estuvieron presentes grupos de oración de las diferentes parroquias de la provincia. Uno de los grupos que peregrinaron cerca del mediodía fue el de los feligreses de la parroquia Santa Bárbara de Palpalá, que junto a la Virgen de los Dolores y las bandas de sikuris recorrieron el camino de la fe con la imagen al hombro como cada año.
Llegados a la cruz, luego de la oración y teniendo de fondo a un grupo que rezaba constantemente el Rosario, los jóvenes descasaban en los alrededores aprovechando la excelente vista del lugar. Siempre en grupo y algo tímidos al demostrar su fe, uno de los grupos de adolescentes que rezaba indicó que su objetivo es "renovar la fe", y también expresaron sus integrantes que son concientes de que muchos otros jóvenes peregrinan para cumplir y no por Cristo.
Entre los adultos, muchos optaron por participar del sacramento de la reconciliación, confesándose con los sacerdotes que se encontraban dispuestos en los alrededores de la cruz.
Este año Agua de los Andes acompañó con la provisión de agua en el lugar, personal de Protección Ciudadana recorrió el lugar y apagó pequeños focos de incendios provocados por las numerosas velas encendidas por los peregrinos, y el Same brindó atención general, sin registrar accidentes graves en quienes emprendieron la subida durante la mañana de ayer.
Recordando al padre Marcelo
Entre las largas filas de confesiones en la cruz, habían numerosos sacerdotes que se encontraban bajo el fuerte sol escuchando a los feligreses. Además de recordar la importancia del día, en donde se asocia el dolor de Cristo camino hacia la cruz con las peregrinaciones, se recordó a monseñor Marcelo Palentini. "Estábamos acostumbrados al padre Marcelo, él estaba presente durante toda la mañana y hasta la tarde a veces, bendiciendo a la gente, que no se iba hasta recibir su bendición" expresó el padre René Ruiz mientras confesaba en el lugar.
Según su relato, monseñor Paletini decía durante la jornada de Viernes Santo que aquellos que no pueden recibir el sacramento de la Eucaristía o de la reconciliación, por lo menos pueden sentir que reciben la bendición por parte de Dios a través de sus manos.
Con respecto a la cantidad de presentes que concurrieron ayer, el padre René indicó que notó la participación general de fieles, tanto jóvenes como adultos, que concurren luego de un largo lapso de mantenerse lejos de Dios por motivos dolorosos, como la muerte de algún familiar y que vuelven a Dios. "Estos lugares son propicios para la reconciliación, muchos vuelven pidiéndole a Dios que los perdone, y ellos también de alguna manera "perdonan" a Dios, por los sufrimientos que creyeron que fue su culpa.