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Rituales en la Puna jujeña

Martes, 31 de julio de 2012 21:45

LUIS BELTRAN

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LUIS BELTRAN

Actualmente formamos parte de un mundo globalizado y constantemente estamos consumiendo valores, modismos, música, etcétera, de otras culturas tan lejanas que por la magia de los medios de comunicación nos parece tan cercana.
Esa aproximación atenta muchas veces contra nuestra identidad, hay momentos donde cuesta visualizar qué es lo verdaderamente nuestro y lo ajeno.

Desde tiempos inmemorables el hombre de la Puna basó su vida en torno a la Pachamama, el respeto y constante devoción han generado una variedad de ritos que perduran hasta nuestros días.
Para los puneños la Pacha es algo sagrado en realidad para la gran mayoría, claro también están los escépticos que siempre afirman “no creer en esas cosas” como país democrático todas las posturas son respetadas.
La tierra durante agosto al igual que sus hijos come, bebe, respira y descansa llena de vida pero para recibir su protección debemos protegerla y alimentarla.
La Pachamama en toda la región andina donde la mayoría de los pueblos indígenas de América es venerada como la Madre Naturaleza.

Desde muy niños los más pequeños aprenden de sus abuelos o padres, a medida que crecen reafirman y transmiten ese sentimiento.
Es común que los puneños se expresen de la siguiente manera “la Pacha nos cría y la Pacha nos come, así como cuida castiga, nos mantiene sanos o nos conduce a la enfermedad”.
Chayar para el habitante de esta zona es rociar bebidas, chicha, alcohol, cerveza, entre otros, en un homenaje sincero de agradecimiento, por supuesto el primer trago es para ella inclinándose para convidar a la Tierra, pagar a la Pacha se hace con comidas preparadas preferentemente con productos del lugar además le ofrece cigarrillos y coca.
 

La corpachada

Durante agosto se lleva a cabo dicha ceremonia en cada hogar puneño destinado a la Pachamama que se haya señalado con piedras para que todos los años se abra al momento del ritual.
Una vez reunida la familia y algunos invitados se procede a descubrir el pozo ceremonial, en el cual se van depositando hojas de coca que significa esperanza, la chicha, el pire, vino, comidas en abundancia y también se le da de fumar.

Así de “corpacho” es decir se da de comer y beber a la madre tierra arrodillados junto al mojón, al mismo tiempo se pronuncian frases rituales como “que sea buena y tranquila nuestra vida, que no falte el pan de cada día, que se alejen los males y desaparezcan las enfermedades”.
Al tiempo que se sahuma las dependencias del hogar con la coa para ahuyentar los malos espíritus, una vez que la Pacha fue saciada con los dones ofrecidos se tapa el hoyo que encierra tanta expectativa.
 

Al costado de las aguadas

En las zonas rurales la corpachada también se realiza a los costados de las aguadas que poseen en el terreno, siempre pidiendo, agradeciendo el pasto y agua brindada a la hacienda. Después del ceremonial en honor a la Pachamama los dueños de casa invitan comidas, bebidas cantan y bailan.
 

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