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Reglamentaran lengua de señas como patrimonio cultural

Domingo, 12 de agosto de 2012 20:02

Las personas sordas crean a través de la lengua de señas su propia identidad cultural pero falta una norma en la Argentina que la reglamente como patrimonio cultural, lo que equivaldría a que hubiera más intérpretes en la sociedad, dijo la investigadora María Massone.

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Las personas sordas crean a través de la lengua de señas su propia identidad cultural pero falta una norma en la Argentina que la reglamente como patrimonio cultural, lo que equivaldría a que hubiera más intérpretes en la sociedad, dijo la investigadora María Massone.

La investigadora recordó que el artículo 66 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual "introduce la accesibilidad para las personas sordas, como en los discursos de la Presidenta donde hay una intérprete", pero todavía falta mucho.

"Cuando hay dos personas sordas se crea una comunidad que tiene una cultura propia y que se comunica a través de ese tipo de lenguaje, lo que constituye su patrimonio y su identidad", explicó a Télam Massone, investigadora independiente del CONICET que estudia hace 25 años las lenguas de señas.

Sin embargo, la falta de intérpretes "los empuja a la marginación ya que no se pueden comunicar y la sociedad los va aislando. No pueden acceder a las universidades y tampoco encuentran un buen lugar en los geriátricos, donde los viejos sordos no hablan con nadie porque no saben cómo hacerlo", subrayó Massone.

 

Igual situación se vive por ejemplo en juzgados "donde no se pueden hacer entender y en los hospitales les resulta muy difícil poder comunicarse con los médicos, mientras que en los museos tampoco hay guías para sordos", explicó.

 

La investigadora opinó que la sociedad "provocó un genocidio lingüístico con la lengua de señas, que existe desde la Edad Media, que se fue recuperando a partir de los años 60 en Estados Unidos y en los 80 en América Latina".

 

"En Uruguay hay una ley que reconoce la existencia de la lengua de señas y los países más avanzados en este aspecto son los del norte europeo como Suecia, en los que existe una educación bilingüe en casi todas las escuelas".

 

Massone explicó que "en general existe una lengua de señas por país, pero en algunos casos hay dos, como en México, Brasil, Bali o los Estados Unidos. Una es la urbana, y por lo general la segunda es la propia de la comunidad de pueblos originarios, como la Maya. Cada comunidad, por necesidad, desarrolló la propia".

 

La especialista aseguró que la comunidad sorda en la Argentina, unos 300.000 en todo el país, "es muy combativa y tiene líderes muy importantes que pelean para que en las universidades haya intérpretes, pero en la actualidad sólo la de Cuyo los tiene".

 

Aprender a ser intérprete "no es sencillo, se requiere estudio y convivir con personas sordas para conocer su identidad. Es una lengua muy difícil y para una persona sorda que la aprende de adulto lo es todavía más", aseguró Massone.

 

La especialista explicó que la estructura básica entre el español y la lengua de señas argentina es diferente. "En vez de `sujeto, verbo, objeto` (el perro corre la pelota), en la lengua de señas el verbo va al final (el perro a la pelota corre)".

 

"Existe confusión entre aquello que es gesto y aquello que es lingüístico. Los movimientos manuales y corporales que hacen las personas sordas no son gestos, son señas que conforman una gramática", explicó.

 

Una seña a veces se puede interpretar por una palabra, a veces por más de una y en algunos casos es muy difícil de traducir porque son de uso íntimo. "Es muy complicado trasladarlas al español porque tienen usos muy específicos", dijo.

 

Las lenguas de señas tienen una base corporal muy amplia.

 

"Como lengua tiene muchos articuladores: además de las dos manos se usa todo el resto del cuerpo, todo de la cintura para arriba. Hay muchos rasgos no-manuales que son propios de cada seña, como por ejemplo en el caso de la seña de mate. Es necesario fruncir la boca y llevar el pulgar hacia ella, pero si no se frunce la boca no significa nada", ejemplificó.

 

La investigadora anticipó que la página web del Conicet tendrá próximamente una interpretación en lengua de señas, lo que la convertirá en la primera del país en ser accesible para personas sordas.

 

La necesidad de un reconocimiento oficial por una ley de la lengua de señas argentina como patrimonio lingüístico y cultural, permitiría que "todas las instituciones educativas tengan intérpretes, así como también las distintas organizaciones de la sociedad".