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El jujeño Alejandro Carrizo presenta su primer libro de novela,El embudo

Martes, 14 de agosto de 2012 21:20

El autor de "Jujuy Mujer", esa bella zamba que nos identifica en otros lares, y que todos piden en las peñas y festivales a cuanto folclorista jujeño se presenta, reaparece en medio del mes del Bicentenario del Éxodo Jujeño, para presentar una nueva obra. Mañana, Alejandro Carrizo dará a conocer su primera novela. Sí, recordemos que Carrizo lleva publicados nueve libros de poemas, y esta es la primera vez que edita un trabajo en prosa.

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El autor de "Jujuy Mujer", esa bella zamba que nos identifica en otros lares, y que todos piden en las peñas y festivales a cuanto folclorista jujeño se presenta, reaparece en medio del mes del Bicentenario del Éxodo Jujeño, para presentar una nueva obra. Mañana, Alejandro Carrizo dará a conocer su primera novela. Sí, recordemos que Carrizo lleva publicados nueve libros de poemas, y esta es la primera vez que edita un trabajo en prosa.

Lo cierto es que cada tanto, el artista desparece de la escena, se pierde unos meses largos, años tal vez, y cuando vuelve ya trae bajo el brazo alguna nueva obra terminada, que cada vez sorprende con un rasgo original.
En este caso, la novedad es el producto de cuatro años de arduo trabajo, la novela, en este nuevo rumbo que toma su camino de escritor. El título del libro es "El Embudo", y se presentará en las instalaciones de la librería La Maga, ubicadas en Senador Pérez 440, mañana a partir de las 20.30.
La presentación de la obra estará a cargo del artista plástico Lito Demuro, y cabe mencionar que la bella obra que ilustra la tapa del libro es una pintura del maestro Héctor Alemán.

Carrizo define este libro como una novela de rasgos autobiográficos que surge de su necesidad de hablar del terruño y de la infancia. Alejandro Carrizo vivió hasta los doce años en la ciudad de Libertador General San Martín.
Quizás, para clarificar un poco la esencia de esta novela, haya que transcribir el epígrafe que menciona la obra, que es una frase del cuentista riojano Daniel Moyano: "La única patria es la infancia, todo lo demás es exilio". Dice Carrizo: "Hablo del mundo de la infancia, con toda su carga mágica y de asombro, y el paso hacia el mundo adulto".
En conversación con nuestro diario, se adentra en su creación y asegura que es una novela nostálgica que plantea el conflicto como muerte. Y va más allá y nos dice que se refiere a "la muerte permanentemente amenazante, la que está latente en todos los aspectos, en la pérdida del asombro, en la magia de los relatos, o del mudo maravilloso de la naturaleza y su relación con la cultura. La muerte que está amenazante en los preceptos, en las represiones, en los miedos".

La novela plantea "el desgarramiento que sufre la persona al pasar de la infancia al mundo adulto", continúa.
Por otra parte, hay que decir que tiene una gran carga de humor, y que además deja ver los estereotipos de los pueblos, que son como la mayoría de los pueblos latinoamericanos, la curandera, el peluquero, la orquesta de Jorge Arduh, los bailes de los clubes de barrio".
A su vez, el autor nos cuenta que también incluye "una mirada muy singular del amor, enfrentado la pureza de un niño contra la falsedad de un mundo adulto".

Por otra parte, explica que hay un eje central que es el relato oral. Hay un narrador, Don Martínez, que es muy importante en esta obra, de quien cuenta que "es tal vez el personaje principal, porque es el significante del mundo imaginario y simbólico de los niños, con sus valores sus preceptos, sus reglas sus lógicas, y con mucha ternura; que hace como guía del niño para ingresar al mundo adulto".
Teniendo en cuenta su vida en Ledesma durante esta infancia, y el lazo que siempre lo unirá con esta tierra, aparece muy clara la cultura ava guaraní, con su horizonte cultural y cosmogónico. "Aparece la mezcla criolla, la opresión de la gran empresa fabril que es Ledesma, los mitos antiguos y los mitos modernos", dice Carrizo.
Sin embargo, sigue habiendo poesía, más alá del nuevo género: "La hay en la descripción del entorno, la de la psicología de los personajes, las situaciones como puesta en escena".
 

La diferencia

Le pregunto qué satisfacción o sensación tiene con esta obra terminada, tratando de entender su cambio, el nuevo rumbo (puesto que ya está escribiendo su segunda novela), y él me explica que "el placer de escribir novela es como hacer una casa, son diferentes momentos, que se van construyendo. Te hace trabajar más sistemáticamente, disciplinadamente. La poesía es casi una punción. La narración no está tan en el inconsciente como la poesía".
Y me imagino la magia que describe: "Los personajes van adquiriendo vida propia y superan al autor, demandan acciones, y definiciones, que superan al plan, aunque siempre haya uno. En sí, la prosa requiere mucho esfuerzo, mucha disciplina, es una nueva etapa en mi vida".
 

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