Intensa la última jornada de debate en la causa “Avelino Bazán y otros” con los testimoniales de ocho testigos víctima y un testigo Teófilo Zurita, convocado por haber sido citado en testimonios anteriores. Todos propuestos por el Ministerio Público Fiscal.
En la décimo primera audiencia de ayer hubo valorables testimonios y duros recuerdos que marcó el dolor que sobrevivieron los exmineros detenidos por fuerzas represivas, donde no todos pertenecían al Sindicato Obreros Mina El Aguilar, y el sufrimiento de sus familiares.
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Intensa la última jornada de debate en la causa “Avelino Bazán y otros” con los testimoniales de ocho testigos víctima y un testigo Teófilo Zurita, convocado por haber sido citado en testimonios anteriores. Todos propuestos por el Ministerio Público Fiscal.
En la décimo primera audiencia de ayer hubo valorables testimonios y duros recuerdos que marcó el dolor que sobrevivieron los exmineros detenidos por fuerzas represivas, donde no todos pertenecían al Sindicato Obreros Mina El Aguilar, y el sufrimiento de sus familiares.
La entereza de los testigos por contar su verdad fue admirable, y también quedó sentado una vez más la complicidad de la Compañía Mina Aguilar con las fuerzas represivas durante la dictadura cívico militar.
En tanto que por videoconferencia el imputado Antonio Vargas siguió la audiencia desde el Penal de Ezeiza.
Las mayoría de los exmineros coincidieron que en los interrogatorios les preguntaban por Bazán, ”querían que dijéramos que Bazán era subversivo y que nos estaba armando” ninguno de ellos sabía qué significaba eso.
El primer testimonio fue de Olga Ovalle, viuda de Avelino Bazán, dirigente sindical minero, desaparecido el 26 de octubre de 1977, pidió ante todo “justicia, sé que está mi esposo acá -en la sala-y quiero justicia para vos, y los 30 mil desaparecidos”, invocó. Desde su silla de ruedas ante el TOF relató las dos detenciones que padeció su esposo. La primera vez fue detenido desde su lugar de trabajo en el Ministerio de Bienestar Social donde era director de Tierras Fiscales, en esta ciudad. Bazán ya había renunciado en el 70 a la Compañía Mina Aguilar. Luego pudo saber que Bazán estaba detenido e incomunicado en el Servicio Penitenciario de Gorriti y en octubre trasladado a la Unidad Penal 9 de La Plata junto a otros mineros.
Narró su pesar y angustia junto a sus tres hijas, mientras intentaba saber más de su marido. En Jujuy sólo pudo verlo una sola vez cinco minutos y luego el 24 de diciembre en La Plata. Ella tenía un kiosco de golosinas para solventar gastos de su familia. Por el diario “Pregón” se enteró que Bazán había sido puesto en libertad, el 20 de julio de 1978. Bazán regresó a Jujuy el 6 de agosto, “fue una alegría inmensa” dijo. Pero fue secuestrado y desaparecido el 26 de octubre por tres hombres de civil en un auto azul.
Días antes del secuestro, un hombre de piloto merodeaba en la calle de su casa, entró al kiosco a comprar golosinas. Luego por una vecina supo que era un “agente de investigaciones”. Recordó al exobispo Miguel Medina, a quien pidió por su marido y luego se enteró que era un entregador. También aseveró que el responsable del Penitenciario de Jujuy era “Vargas”, por otra parte destacó que Bulacios “nos trataba como a perros”. En reuniones con compañeras de detenidos, una fue atendida por un militar y en la mesa tenía expedientes, esa mujer -falleció- le había dicho que uno decía “Avelino Bazán, muerte blanca”.
Luego fue el testimonio de Teófilo Zurita, quien se desempeñaba como jefe de sección de la empresa en Tres Cruces, dijo que “nunca supo que hubo detenciones” el 24 de marzo. Destacó que “Gendarmería pasaba sin problema, prácticamente libre acceso a la mina”, dijo.
El acta de debate de su testimonio fue remitido a la fiscalía competente por falso testimonio, adjuntando las copias de los testimoniales de Díaz, Bejarano y Troncoso, exmineros.
@SUBTITULO:El Aguilar era otro mundo
Venancio Cárdenas relató su detención en su trabajo, por gendarmes “está detenido y a cargo del PEN”. Trasladado por camionetas de la empresa al Molino y en la comisaría se encontró con otros compañeros. “No sabíamos qué iba a pasar”, dijo. Luego llevados a Tres Cruces donde “Zurita” les entregó vales para almorzar, allí esperaron a los detenidos de La Quiaca. Luego al RIM 20 y al penal de Gorriti los alojaron. Fue liberado el 6 de agosto. El no perteneció a la comisión del sindicato, había estado 10 años antes como delegado.
El testimonio de Roberto Troncoso fue contundente, relató la política discriminatoria de la Compañía El Aguilar impulsada por el jefe de personal Eduardo López. Describió las diferencias sociales y la “esclavitud” en la mina. “Estábamos aislados El Aguilar era otro mundo”, sostuvo.
Troncoso era secretario de la obra social, el 25 de marzo, en la oficina de la empresa, se presentó para que lo lleven a la mina, dijo “estaba Zurita, quien por teléfono se comunicó con Gendarmería “acá está Troncoso”, e inmediatmanete fue detenido. Trasladado a la Federal, fue interrogado por Braga “Cara Cortada” y también lo interrogó en el penal de Gorriti. Fue trasladado a La Plata. Recordó que fue maltratado en el penal pero “más sufrió mi familia, hemos sido echados”. (Mariana Mamaní)