El hospital “Pablo Soria” celebró ayer 52 años de vida con un sencillo acto que tuvo lugar en el Salón Ateneo del nosocomio, en donde se congregaron directivos, médicos, enfermeros, personal de servicios generales y exempleados. El festejo fue austero, pero lleno de calidez y emoción, sobre todo al momento del reconocimiento a los que cumplieron 30 años de servicio, a los jubilados que pasaron por la institución y a los familiares de trabajadores fallecidos que hicieron su aporte para el engrandecimiento de la institución.
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El hospital “Pablo Soria” celebró ayer 52 años de vida con un sencillo acto que tuvo lugar en el Salón Ateneo del nosocomio, en donde se congregaron directivos, médicos, enfermeros, personal de servicios generales y exempleados. El festejo fue austero, pero lleno de calidez y emoción, sobre todo al momento del reconocimiento a los que cumplieron 30 años de servicio, a los jubilados que pasaron por la institución y a los familiares de trabajadores fallecidos que hicieron su aporte para el engrandecimiento de la institución.
El centro asistencial, el de mayor complejidad y cabecera de la provincia, fue inaugurado el 22 de agosto de 1960, bajo la dirección del doctor Antonio Abdala. Desde aquel año, el Soria -como lo define con simpleza la población- evidenció un crecimiento notable en cuanto a los servicios y a la demanda de asistencia por parte de la ciudadanía en general.
Sin la presencia de autoridades de primera línea de la cartera sanitaria jujeña, la ceremonia transcurrió en medio de un clima de camaradería y sin el acartonamiento típico de los actos protocolares. En ese contexto, el director del hospital, César Mulqui, resaltó la labor del personal en su conjunto y dijo que el objetivo de la actual administración es mejorar la atención de los pacientes y las condiciones de trabajo del personal puertas adentro.
Más adelante destacó la incorporación al nosocomio de equipamientos de última generación. En ese sentido, detalló la reciente entrega de un tomógrafo de alta resolución, por el que, dicho sea de paso, bregaron directores anteriores y una gran cantidad de profesionales del arte de curar que atienden en el Pablo Soria.
Mulqui contó también que a principios de este año se sumó un equipo de hemodiálisis nuevo y hace prácticamente un mes un ecógrafo también de alta resolución.
Anunció luego que en las próximas semanas se inaugurará una nueva sala de internación destinada a pacientes oncológicos adolescentes.
Otro de los trabajos que se encuentra llevando adelante la actual administración apunta a normalizar la situación de la planta del personal. “Tenemos mucha gente contratada y cumpliendo reemplazos, pero la idea es darle a todos la estabilidad laboral que se merecen”, puntualizó.
Entrega de reconocimientos
Recibieron una medalla los jubilados Filomena Cardozo, Marco Antonio Carrera, Teodora Cussi, Lelia Olga Matorras, Juan Murquite, Ana María Reyes y Celestino Torres. También se reconoció a los empleados fallecidos Luis Fernando Duhart, Marta Marcelina Jurado, Liliana Irene Maidana, Daniel Walter Narváez, Graciela de los Angeles Quispe, Margarita Zalazar y Carlos René Vilca. En tanto, por cumplir 30 años de antigüedad, recibieron su distinción Emma Aleman, Horacio Alemán, Leonarda Anagua, Yolanda Celina Canchi, Mariana Castello, Agustina Condorí, Nora Cruz, Teresita de la Puente, Carlos Ibarra, Elsa Lamas, Plácida Mamaní, Virginia Manzaraz, Marcelo Martiarena, Mirta Miranda, César Mulqui, Nicolás Nieva y Ana Romero. Los presentes entregados fueron previamente bendecidos por el cura Rubén Toconás. (Daniel Torrente).