CARLOS A. FERRARO
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CARLOS A. FERRARO
La semana que pasó quedará marcada, obviamente, por la brutal agresión que un grupo de patoteros perpetraron en contra de un equipo periodístico que trabajaba en un barrio de Jujuy recogiendo imágenes para un programa de TV de Buenos Aires. Ya se ha dicho mucho acerca del lamentable episodio, tanto, que ni siquiera vale la pena volver sobre esa noticia, ni mencionar siquiera a los supuestos agresores ni a sus inspiradores intelectuales si es que los hubo, ni a tratar de discernir si se sigue tolerando o estimulando la vigencia de algunos individuos tan extremadamente desubicados, violentos y descontrolados o son simplemente deseosos de ser más papistas que el Papa.
Tampoco vale la pena puntualizar desde el lugar de los agredidos, cuáles eran los motivos, si empresariales, políticos o cuáles otros, que los tenían trabajando en nuestro suelo. (¡Nuestro suelo, siempre tan necesitado de que se ocupen de Jujuy por tantas cosas maravillosas que le dio y le da al país y que tan poco se reflejan en la llamada "prensa nacional"!). Las palabras certeras y concretas llegaron con el compromiso del gobernador de la Provincia. Eduardo Fellner rotuló el hecho que se comenta como repudiable y auguró una investigación hasta "las últimas consecuencias". Puso en la tarea al procurador general del Gobierno, Dr. Gustavo Toro. Mientras, la Justicia ordinaria también inició acciones para clarificar lo que caratuló en un primer momento como "robo en poblado y en banda contra personas a establecer". También será importante "desyuyar" del episodio las marañas de "aportes" innecesarios para permitir -y exigir que la Justicia no lo planche entre todos los temas que se planchan indefinidamente- y que políticamente, si fuera necesario, se lo desguace dentro del marco de la gravedad y seriedad que merece. Sin chicanas, sin golpes bajos. Y habrá que tratar de evitar hervir en el fárrago de versiones, de aprovechadores de situaciones, y los eternos repudiadores, criticadores o exaltadores que aparecen de repente y se prenden según sea el sitio desde donde les calienta el sol, en procura de llevar agüita para sus molinos. La clave será no perder de vista que lo ocurrido fue un feroz golpe al trabajo de un grupo de periodistas, que le asestó a la prensa un cachetazo imposible de justificar, y en apariencia concretado organizada y arteramente. Para que no naufrague en la impunidad, que sea investigado a fondo, y cortado de raíz. De no ser así, dejará las puertas abiertas para que los mismos personajes, u otros peores, se sientan en libertad de repetir los procedimientos con cualquier medio de comunicación o grupo de medios, o simplemente cualquier periodista que a ellos les parezca indigno de disfrutar de los derechos de trabajar, pensar y opinar.
El lado B
Como contracara de todo lo comentado, en la semana Jujuy se levantó con toda su potencia en el Salón Azul del Senado de la Nación, para mostrar la epopeya del Éxodo Jujeño. Allí, en la caja de resonancia del parlamento nacional, se dijo de la gloria del pueblo provinciano, se levantó una tribuna desde la que fuertes voces y mejores presencias, mostraron la esencia de una patria chica a la que la Nación todavía le debe los tributos de la historia, la cultura, y más allá de lo meramente enunciativo, la reparación económica y social por haber sido la más alta entre las altas, la más sacrificada entre las sacrificadas, la Abanderada de la Patria Grande. El vicepresidente de la Nación, ministros, senadores, diputados nacionales, autoridades provinciales encabezadas por el titular del Ejecutivo, sin banderías políticas, sin aprovechamientos de segundo orden, aplaudieron a valiosas personalidades que llevan en sus genes y en sus vivencias, el modelo de aquellos que, siguiendo a Manuel Belgrano, fueron capaces de pensar en los demás, y puestos en puntas de pie, pudieron mirar por sobre el muro perimetral de la inmediatez, el horizonte que había más allá, e imaginar el futuro digno de ser vivido. La evocación del Éxodo y el homenaje a un puñado de jujeños destacados laureados con el premio "Domingo Faustino Sarmiento" reverdeció las glorias de una Provincia maravillosa. Todo un símbolo, y quizá, un ícono para replicar periódicamente, donde las futuras generaciones puedan encontrarse con su heredad y enriquecerla. La fiesta de Jujuy en Buenos Aires, feliz idea, mejor concreción, mostró esa otra cara que deja en el cesto de la basura a todas las otras manifestaciones de la violencia, la intolerancia y el desamor a la tierra.
Educación: paso firme
Otros temas se lanzaron en la semana que pasó y que merecen, al menos la mención que los fije en una agenda que oportunamente deberá reflotarse con mayores precisiones. La diputada Rivarola, presidenta de la comisión de Educación de la Legislatura, lanzó el compromiso de tener listo en septiembre el proyecto final de la Ley de Educación de la Provincia que se analiza en el seno de su comisión. Norma Vilma salió así al cruce de versiones que denunciaban supuestos atrasos interesados y hasta malintencionados, y fue más allá: declaró que los pasos lentos se deben a la intención de generar un proyecto abarcativo, democrático y con participación de todos los sectores involucrados. Sería ésta, según la legisladora, la garantía de éxito de una Ley que hasta siempre fracasó, precisamente, por haber sido alumbrada desde la intimidad de algunos despachos oficiales y algunas mentes supuestamente iluminadas para manejar verdades absolutas. Esta Ley, es efectivamente, demasiado trascendente para la vida de una sociedad, como para menearla entre gallos y medianoche. Claro, también hay que pensar que se llevan muchos años esperando un marco legal educativo que logre hacer zafar al sector de las recurrentes turbulencias y la opacidad que lo caracteriza. Pero, en el equilibrio, seguramente, estarán todas las respuestas.
Producción en vista
En la sede del quincho de la Cooperativa de Tabacaleros de Jujuy, se presentó la idea de crear una cuenca lechera en la zona de los valles, como alternativa diversificadora a la producción de tabaco. El interesante proyecto se encuentra en estado de larva en la Dirección de Producción y Medio Ambiente y pretende ser el eje concentrador de esfuerzos públicos y privados. Es verdad que el sector tabacalero deberá ir pensando cada vez con mayor dedicación en estos modelos de diversificación, porque no es menos cierto el acoso permanente que sufren desde los sempiternos problemas de interpretaciones y entendimientos con el Fondo Especial del Tabaco, y de la Organización Mundial de la Salud, empeñada en hacer desaparecer la producción, sin pensar en generar una alternativa a la producción agroindustrial y a millones de familias en el mundo que viven de ella. Hace pocos días, cuarenta países productores de tabaco, reunidos en Brasil repudiaron la actitud de la OMS, a la que definieron con exactitud como una aplanadora conducida por un ciego. Los jujeños sabemos que los tabacaleros son conocedores de esa situación, y la han manejado siempre responsablemente. Han ordenado serios estudios por la diversificación, hacia granos, flores, frutos de carozo, tunas, y otras alternativas, pero hay que reconocer que a lo largo de los años, el planeta tabaco de la zona de los valles, terminó creando una región con toda su infraestructura preparada, adecuada y optimizada para producir tabaco, por sus redes de caminos, de energía, de gas, sistemas de comercialización y hasta una "cultura del tabaco" que no será fácil cambiar. Por otra parte, la alternativa de cuenca lechera no es nueva, y por diferentes motivos, ya fracasaron en la misma región, proyectos -algunos serios, otros demenciales- de instalación de región lechera, usinas lácteas y modelos de exportación. También quedaron a medias, proyectos parecidos en la zona de Quebrada -en este caso una cuenca lechera caprina-. Pero quizá -ojalá- en este nuevo proyecto, estén asimiladas todas las experiencias anteriores y se pueda avanzar firmemente en esta alternativa.
Buenas nuevas
Caminamos Agosto, y el mes que muchos definen con el más aciago del año, para los jujeños, se presenta como abanico de buenas noticias. Es el mes de la Madre Tierra, la Pachamama, dadora de vida. Es ahora, cuando los jujeños, inclinados respetuosamente sobre el hueco que abrimos en la tierra para darle de comer y agradecerle su protección, pedimos por la bienaventuranza de la familia, los sombrados, las cosechas, salud, etc., etc. La tierra, desde ese hueco espacio temporal responde siempre con bendiciones inagotables. Ese gesto está como un mandato de los genes que nos llega desde el remoto pasado de estas comarcas. Y en Agosto, hoy, precisamente, honraremos a San Salvador, el patrono de la ciudad, que junto a la Patrona de la Provincia, la Virgen de Río Blanco y Paypaya, bendecirán la asunción del nuevo Obispo Diocesano Católico, monseñor César Daniel Fernández. Y allí, también, los creyentes jujeños inclinarán su cabeza ante Dios, para agradecer y rogar por el éxito de una nueva misión pastoral. Y ambas vertientes, conforman esta personalidad provinciana que nos distingue de todas las demás: somos la síntesis de culturas, respetuosos, convivientes, esperanzados. Somos el resultado de un sincretismo que llevamos marcado en la frente, y es ahora, en Agosto, mes de siembras y expectativas, un buen momento para plantar las semillas que nos aseguren las espigas y los frutos de un futuro con un lugar digno para todos.