Un nuevo sismo en la madrugada de ayer asustó a los jujeños que a esa hora no habían conciliados el sueño, o para quienes se despertaron por el suceso. En esta ocasión se registró a las 2.28, y aunque se sintió en esta capital su epicentro fue a 40 kilómetros al este noreste, en cercanías de San Pedro, con una magnitud de 3.9 en la escala de Richter.
Según los datos aportados por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) de San Juan el sismo ocurrió a las 2.28.17, cuya magnitud fue de 3.9 grados y una intensidad en la escala Mercalli Modificada que alcanzó el grado III a IV en San Pedro y III en San Salvador .
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Un nuevo sismo en la madrugada de ayer asustó a los jujeños que a esa hora no habían conciliados el sueño, o para quienes se despertaron por el suceso. En esta ocasión se registró a las 2.28, y aunque se sintió en esta capital su epicentro fue a 40 kilómetros al este noreste, en cercanías de San Pedro, con una magnitud de 3.9 en la escala de Richter.
Según los datos aportados por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) de San Juan el sismo ocurrió a las 2.28.17, cuya magnitud fue de 3.9 grados y una intensidad en la escala Mercalli Modificada que alcanzó el grado III a IV en San Pedro y III en San Salvador .
Según los datos, el epicentro se ubicó a 40 kilómetros al este-noreste de San Salvador de Jujuy, en cercanías de la ciudad de San Pedro.
Consultado sobre el tema, el director del Instituto de Geología y Minería de Jujuy, Waldo Chayle, explicó que el sismo se situó en el blanco oriental, al pie de la Sierra de Zapla, cercana a San Pedro, cuyo foco estuvo a 14 kilómetros.
“La característica de nuestra región es que los sismos ocurren a unos 20 o 25 kilómetros normalmente, lo más profundo que llega es a unos 40 km aproximadamente, porque a los 45 km existe una superficie que por arriba es más rígida y por debajo menos rígida. El problema en nuestra región es que al ser de poca profundidad, aunque sean de poca intensidad igualmente se pueden sentir los movimientos, e igualmente pueden generar problemas porque están cerca de los focos”, precisó.
Explicó por ello que este tipo de movimientos sísmicos son de esperar porque desde la época de la colonización en esta región, en que existen registros históricos se habla de esto, y que van a continuar. Es que aclaró que desde “hace aproximadamente 200 millones de años que comenzó la tectónica de placas, a moverse una debajo de la otra, y como es un fenómenos que no para, esto del movimiento, es de esperar que va a continuar con movimientos sísmicos que estarán dentro de la magnitud e intensidad que tenemos hasta ahora”, aseguró.
De hecho dijo que como el sismo de la zona de El Fuerte, se presentan en las serranías de Zapla, del Chañi y otras que existen en la Puna son paralelas entre sí, con la Cordillera de Los Andes y con el frente donde hacen contacto las dos placas. Explicó que las serranías son consecuencia del movimiento de estas placas, por lo que mientras continúen es de esperar que sigan los movimientos.
Sobre consecuencias, Chayle explicó que si hubiera movimientos de mayor intensidad de 5 ó 6 las construcciones precarias podrían sufrir destrucción. Dijo que la gente suele asentarse en lugares planos, pero algunos no son aptos por el tipo de sedimentos.
Esto se debe a que algunos son rellenados por el hombre y otros porque naturalmente son rellenados por la naturaleza, aunque pasen miles hasta millones de años. “Por ejemplo donde está asentada San Salvador de Jujuy tiene un relleno que está hecho por la naturaleza, porque originalmente no existían las serranías de Zapla, las sierras del Chañi, había una superficie plana y después se eleva las serranías que tenemos alrededor y queda una depresión que se va rellenando por el material que viene de los sectores más elevados”, dijo.
Aseguró que a su vez cuando se elevan las serranías lo hacen a lo largo de fracturas y quedan como un bloque elevado y como un bloque bajo los valles que caracteriza a la provincia en la cordillera oriental y sierras subandinas del Ramal.
En Jujuy hay sectores donde tenemos pendientes muy pronunciadas donde el material tiene un frágil equilibrio, y ante un sismo puede llegar a desplazarse. (Liliana Alfaro)