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?La música me regaló muchos e inolvidables amigos?

Miércoles, 27 de febrero de 2013 23:03

 Una nueva presentación en su carrera de amplia trayectoria…

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 Una nueva presentación en su carrera de amplia trayectoria…

Voy a viajar a la ciudad de Camargo para realizar un nuevo espectáculo donde voy a actuar con un montón de conjuntos como Los Kjarkas y grupos de Bolivia. Aunque ya me siento un poco cansado, pero siempre trato de estar ocupado. Tuve muchas actuaciones junto a la gente mayor, sólo hago mi música con pistas y a la gente todavía le gusta. Hay muchos que preguntan por Mario Camacho y dicen que ya no está o “qué le pasa que no se lo ve en el escenario” o “Mario Camacho está con bastón, pobrecito”…

Pero sigue trabajando…

Sí, yo sigo trabajando, la gente mayor me agradece muchas veces por la música. Me he dado cuenta que no sale la gente, ya quien va a salir porque ahora la música joven es la que está marginando a la música nuestra como la de los ´60, ´70 , ´80, cuando se tocaban los pasodobles, bayones, foxtrot, tango, cha cha cha, mambo, en fin, de todo. Ahora la música es diferente a lo que fueron esos tiempos y es porque ahora está pasando como antes. Primero vino el bayón, gustó mucho y mató al mambo, después vino la cumbia y el bayón quedó atrás, ahora vino el reggaetón pero creo que la cumbia todavía está ahí. He notado el crecimiento de este género y la llegada de muchos músicos que se inclinan para ese lado.

¿Cuál será el repertorio elegido para la ocasión?

En el festival voy a tocar tango, rumbas y foxtrot, música de grandes. Y voy a recordar esos tiempos, estoy llevando música compuesta por mí, para que algunas canciones salgan a la luz. Tengo tantas composiciones que están guardadas, pero algunas por supuesto, las comparto con los músicos de aquí, como Norma de América.

¿Cuántos materiales editados posee en su discografía?

Tengo tantos trabajos discográficos que ya perdí la cuenta. Todos tienen un montón de boleros, baladas que he dedicado a amigos, a mi familia; por ejemplo “Mario y Juan” es para mi hermano que vive en Chile, también hay algunas canciones famosas como “Caballo viejo”, “A mi manera” y “Ave de cristal”, entre muchas más como “Barrilito de cerveza”, “Jambalaya”, “El silencio”, “La cumparsita”. Antes, “La malagueña” era mi fuerte porque la cantaba con todos los falsetes, “Cucurrucu paloma”, “Tata Dios” y “Crucifijo de piedra”.

Las canciones que presentó en encuentros y festivales…

Sí, fui a muchos, últimamente estuve en Río Hondo, en Cochabamba, en Chile y ahora en Camargo, estoy seguro que van a ir muchos jujeños. Estuve en Cochabamba con Julio de los Ríos, un buen músico, en Buenos Aires, en el barco “El Dolphin” con el recorrido de Miami a las Bahamas con una orquesta de jazz. Siempre recuerdo que en esa ocasión, porque los norteamericanos no sabían castellano y yo tampoco sabía hablar inglés, entonces marqué las primeras notas de “Begin the begin” y empezaron a tocar, después marqué otro tema “Night and day” y nos entendimos mediante la música. En Bolivia estuve con tantos músicos, en “Qué pachanga” un programa. A todos los lugares que he ido me sentí feliz de representar a Jujuy.

¿Recibió muchas distinciones a lo largo de su carrera?

Tengo tantos reconocimientos, como para empapelar un departamento. Uno de Artes y Letras que me ha entregado la esposa de Jorge Luis Borges, también me entregaron la cinta azul de la popularidad y me siento bien por eso. He tocado para los señores amigos que se reúnen en San Pedro y que también me obsequiaron un diploma, no me olvido de la Asociación Jujuy Cultural que me obsequió el premio “Jorge Cafrune” a la trayectoria. El homenaje del año pasado en la estación de trenes donde hubo mariachis, Dani con su saxo, Norma de América, el cantante Sergio Morales, el “Bagual”, un montón más que adornaron el escenario con flores, como si fuera yo alguien importante… le doy gracias al municipio por el homenaje.

Es merecido el reconocimiento para su obra… ¿qué lo motivó a estar en el camino del arte?

Son tantos años que estoy con la música. Mis comienzos fueron más de cincuenta años atrás. Ahora vivo del recuerdo, creo que hay que recordar lo vivido siempre porque de eso está hecho uno, de historias. Cuando era muy joven, tenía diez años empecé a estudiar la música, tengo 84, así que ya llevo 74 años tocando. Al principio me acompañó el clarinete requinto y un clarinete chiquitito que se llama en mi bemol, después seguí con el clarinete en si bemol y después me pasé al saxo tenor y el saxo alto. Me interesó aprender más y tomé clases de acordeón y piano. Aquí, por ejemplo tengo tres teclados con los que compongo todos los días. Eso me quita el stress, es como una terapia porque a veces me siento decaído y con la música me siento acompañado. En estos carnavales no he podido salir ni siquiera, porque le tengo miedo a la soledad en el escenario, ya no están los amigos que siempre estuvieron conmigo cuando tenía orquesta.

¿Qué es lo que le da la música?

La verdad es que la música me regaló muchos e inolvidables amigos. Humberto Cisneros, Carlitos Márquez, Jorge Falcón, Hugo del Carril también, recuerdo que quiso llevarme a Buenos Aires, cuando cantaba canciones mexicanas. Yo cantaba en el Ideal Park en la radio Lw8 y mi programa era “Vaya al rancho grande canta Mario Camacho”. Hermosas eran esas audiciones. Después tuve un grupo con Marcelino Ochoa en bajo, Prudencio Loaiza en trompeta, Néstor Flores en batería, ellos fueron los muchachos que me acompañaban y ahora me dejaron solo. Sin embargo es gracias a la música que estoy viviendo porque quiero tocar todo el tiempo, eso me da vida.

¿Realizó presentaciones en escenarios no convencionales?

Hoy en día voy a tocar en los geriátricos, en los hogares de ancianos y me encuentro con mi gente. El otro día estuve en el hogar “San Antonio” me es grato como experiencia ver que a ellos les gusta y están felices. Les toco tangos, vals, pasodobles, les canto con la poquita voz que tengo. Siento que ellos valoran mucho las presentaciones, a ellos sí les gusta mi música porque lo demuestran con su entusiasmo, hacen coronación. A la vuelta de Camargo voy a ir de nuevo, también me gustaría ir al hospital “San Roque” y tocar para los enfermos, es muy bonito tocar para ellos, porque necesitan. Lo sé porque, por ejemplo, una vez, una señora del geriátrico de Los Perales no podía levantarse de su cama para ver la presentación y fui a tocar para ella, con el saxo. Ella eligió “Jambalaya”, vi su emoción, eso es muy lindo para mí, saber que uno llega a las personas con la música. Después me enteré que había fallecido, pero creo que fue lindo, fue un acto de amor al prójimo a través de lo que sé hacer. Siempre estoy dispuesto a ofrecer mi música, siempre a la espera de algún llamado.

Los amigos que no se olvidan…

He conocido en El Carmen a Jorge Cafrune siempre con su palabra amable, con “Yerbita”, con Máximo Puma también éramos amigos, tocamos juntos en Humahuaca, La Quiaca y Abra Pampa, le prestaba mi gorra de la banda policial y le decía el Almirante Rojas. Con Máximo compartíamos el gusto por la música, él en el género folclórico y yo más bien tropical aunque hago de todo. A Tomás Lipán lo conocí cuando recién estaba empezando y hoy es una súper estrella que recorrió el mundo, conozco al “Chango” Toconás, “El Burro” La Madrid, recuerdo a Elías Abalos que vino a mi cumpleaños a tocar con sus cuatro músicos y tengo mucho cariño con los hermanos Chañi también, muy buenas personas y es excelente que formen músicos desde niños, es una hermosa labor y se las reconozco porque enseñan a los artistas del mañana.

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