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Pérdidas de agua subterránea afecta viviendas de Chalala

Jueves, 16 de octubre de 2014 00:00
RUBÉN TOLABA, LEOPOLDO PUCA Y NELSON MONTOYA. 
PURMAMARCA (Corresponsal). Vecinos que integran la comunidad indígena de Chalala denunciaron una grave situación que atraviesan en las construcciones de sus viviendas debido a una pérdida de agua subterránea que data de hace varios años.
Distintas familias de aquel pueblo, ubicado a 3 kilómetros de la localidad de Purmamarca, solicitaron una respuesta urgente al pedido que vienen realizando hace tiempo atrás a la empresa Agua de los Andes.
La problemática se debe a las grandes pérdidas de agua potable que sufren las cañerías, que según expresaron los vecinos están rotas desde hace varios años. "Si uno cava un metro y medio se puede ver cómo corre el agua por debajo de nuestras casas como si fuera una acequia", comentó uno de los afectados.
La comunidad indígena de Chalala formó el pequeño pueblo con 40 familias en el año 2004, actualmente son más de 80 familias que viven en la zona y poco tiempo después de instalados en ese lugar notaron cómo las viviendas construidas con gran esfuerzo sufrían un gran deterioro, como humedad, rajaduras y hasta en algunas casas las paredes se abrieron en las uniones.
En un primer momento pensaron que por debajo de las mismas corría agua de los pozos ciegos o incluso de ojitos de agua, como en la zona lo llaman, pero poco después en un estudio realizado se determinó que efectivamente era agua potable y que provenía de las roturas de las cañerías.
Los vecinos realizaron incesantes pedidos de forma verbal y escrita a la empresa Agua de los Andes sin respuesta alguna. En junio pasado, al iniciar las obras de excavaciones para el saneamiento cloacal, los trabajadores y vecinos constataron nuevamente como fluía el agua debajo de sus hogares.
Entonces pidieron nuevamente la presencia de Agua de los Andes para una solución, trabajadores se hicieron presentes a fines del mes de julio, donde instalaron nuevas cañerías pero éstas aún no fueron habilitadas a la red que reciben los vecinos, por lo tanto las viejas cañerías continúan con las grandes pérdidas que afectan peligrosamente las edificaciones.
Varias familias tuvieron que modificar las construcciones o invertir en muchas oportunidades en materiales para reparar los daños como la humedad y las rajaduras y así evitar que los daños pasen a mayores.
Una de las vecinas más perjudicadas comentó: "Ya no tengo dinero para seguir reparando los daños que causa la pérdida del agua, ya hice muchos arreglos y todo se volvió a arruinar, hoy mis hijos y yo corremos peligro de que las paredes se vengan abajo porque en las esquinas las uniones se abrieron, así como el piso, en el baño y muchos lugares más".
Finalmente, Rubén Tolaba, Leopoldo Puca y Nelson Montoya en representación de las familias afectadas, expresaron el pedido urgente a Agua de los Andes para que efectivamente habilite la nueva instalación de cañerías de agua potable, que realizaron en el mes de julio, para que la red que actualmente pierde en gran cantidad el líquido elemento deje de funcionar y deje de afectar las construcciones de sus hogares.


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PURMAMARCA (Corresponsal). Vecinos que integran la comunidad indígena de Chalala denunciaron una grave situación que atraviesan en las construcciones de sus viviendas debido a una pérdida de agua subterránea que data de hace varios años.
Distintas familias de aquel pueblo, ubicado a 3 kilómetros de la localidad de Purmamarca, solicitaron una respuesta urgente al pedido que vienen realizando hace tiempo atrás a la empresa Agua de los Andes.
La problemática se debe a las grandes pérdidas de agua potable que sufren las cañerías, que según expresaron los vecinos están rotas desde hace varios años. "Si uno cava un metro y medio se puede ver cómo corre el agua por debajo de nuestras casas como si fuera una acequia", comentó uno de los afectados.
La comunidad indígena de Chalala formó el pequeño pueblo con 40 familias en el año 2004, actualmente son más de 80 familias que viven en la zona y poco tiempo después de instalados en ese lugar notaron cómo las viviendas construidas con gran esfuerzo sufrían un gran deterioro, como humedad, rajaduras y hasta en algunas casas las paredes se abrieron en las uniones.
En un primer momento pensaron que por debajo de las mismas corría agua de los pozos ciegos o incluso de ojitos de agua, como en la zona lo llaman, pero poco después en un estudio realizado se determinó que efectivamente era agua potable y que provenía de las roturas de las cañerías.
Los vecinos realizaron incesantes pedidos de forma verbal y escrita a la empresa Agua de los Andes sin respuesta alguna. En junio pasado, al iniciar las obras de excavaciones para el saneamiento cloacal, los trabajadores y vecinos constataron nuevamente como fluía el agua debajo de sus hogares.
Entonces pidieron nuevamente la presencia de Agua de los Andes para una solución, trabajadores se hicieron presentes a fines del mes de julio, donde instalaron nuevas cañerías pero éstas aún no fueron habilitadas a la red que reciben los vecinos, por lo tanto las viejas cañerías continúan con las grandes pérdidas que afectan peligrosamente las edificaciones.
Varias familias tuvieron que modificar las construcciones o invertir en muchas oportunidades en materiales para reparar los daños como la humedad y las rajaduras y así evitar que los daños pasen a mayores.
Una de las vecinas más perjudicadas comentó: "Ya no tengo dinero para seguir reparando los daños que causa la pérdida del agua, ya hice muchos arreglos y todo se volvió a arruinar, hoy mis hijos y yo corremos peligro de que las paredes se vengan abajo porque en las esquinas las uniones se abrieron, así como el piso, en el baño y muchos lugares más".
Finalmente, Rubén Tolaba, Leopoldo Puca y Nelson Montoya en representación de las familias afectadas, expresaron el pedido urgente a Agua de los Andes para que efectivamente habilite la nueva instalación de cañerías de agua potable, que realizaron en el mes de julio, para que la red que actualmente pierde en gran cantidad el líquido elemento deje de funcionar y deje de afectar las construcciones de sus hogares.