En tiempos de pocas expresiones de cariño y contacto virtual a través de redes sociales, un grupo de jóvenes se instaló ayer en la peatonal Belgrano con una propuesta simpática.
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En tiempos de pocas expresiones de cariño y contacto virtual a través de redes sociales, un grupo de jóvenes se instaló ayer en la peatonal Belgrano con una propuesta simpática.
“Abrazos gratis” decían los carteles que exhibían a los apurados transeúntes y no se enrolaba con ninguna bandería política o de otra índole, según aclaraban.
Simplemente daban a conocer que compartir un abrazo libera endorfinas, que podrían llamarse son las moléculas de la felicidad porque son las que permiten a las personas disfrutar de la vida, sentirse deleitados por muchas cosas y resurgir con facilidad de las crisis personales sin demasiadas cicatrices emocionales.