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El arte en deidades femeninas con luz y encanto propio

Domingo, 21 de diciembre de 2014 00:00
<p>PROTECTORA DE LAS AVES/ LA MAMITA QUE CUIDA DE LA FAUNA Y FLORA SILVESTRE.</p>

A través del tiempo, los momentos se transforman en recuerdos que quedan guardados en la vida de una persona para permanecer arraigados en el corazón y en el pensamiento.Cuando se es niño, el mundo es el espacio a explorar y descubrir, luego en la juventud, los ideales y las metas nacen y renacen una y otra vez pero preservando las raíces para no perder identidad. El conocer más de una cultura a través de la historia, también motiva a perseguir nuevas ideas y hacen que luego se materialicen en realidades a la vista de todos.

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A través del tiempo, los momentos se transforman en recuerdos que quedan guardados en la vida de una persona para permanecer arraigados en el corazón y en el pensamiento.Cuando se es niño, el mundo es el espacio a explorar y descubrir, luego en la juventud, los ideales y las metas nacen y renacen una y otra vez pero preservando las raíces para no perder identidad. El conocer más de una cultura a través de la historia, también motiva a perseguir nuevas ideas y hacen que luego se materialicen en realidades a la vista de todos.

Y, para que eso suceda, la magia creativa cobra más valor en los procesos y la maduración de aquél boceto que primero se traduce en verdad.

Entonces se mezclan los elementos esenciales para crear,pero sobre todo, lo ya vivido potenciado con una imaginación prodigiosa. Esta combinación de misticismo y realidad, se puede disfrutar en cada una de "Las mamitas" de Cecilia Espinoza.

El arte que llena de colores los cuadros y de encanto las esculturas, se exhibirá en el centro cultural "Héctor Tizón" hasta el 23 de este mesyse ofrece en una muestra dedeidades que realzan la figura femenina con energías sagradas que se mixturan en una.

Y allí, una a una, se acompañan. Y la belleza de todas fue extraída del pensamiento de una artista dedicada, de una hija de Calilegua apasionada por las creencias ancestrales de su tierra. Allí aparecen entonces, con brillo propio, sus piezas originales dueñas inevitables de un magnetismo especial.

La galería de protectoras del universo se apodera de todos los sentidos. Y la mamita primera es acaso la anfitriona de esta suerte de festival de encanto visual. Por eso "La protectora de las aves" florece en un cuadro donde el verde predomina y donde cinco tucanes adornan a la mamita destacada.

A la "Señora de las lagrimitas de oro" se la puede ver con los ojos cerrados. Con la mirada hacia adentro y con el maíz en sus manos. Esta mamita representa al sol y resplandece con su vestido dorado entre rosas y ocres.

La dulce "Protectora de la panacea" tiene en sus manos aquella esencia que a todos sorprende. Detrás de ella, el rosa coronando elcuadro se presenta como el escenario ideal.

A su lado, casi dormida, "La niña de las Yungas". Esta mamita y ganadora del Salón de Pintura Ledesma que fue La inspiración para Cecilia."La niñaà" nació en el mismo tiempo que su pequeña Candela. Fruto de ese momento tan especial y el reencuentro con la maternidad, hace cuatro años se despertó en la creativa el sueño de ser autora de una nueva serie de obras. Y he aquí lo imaginado. La idea puesta en acción y realizada en piezas únicas que se expone al mundo para hipnotizar miradas través del entramado de vivos colores y flores alrededor.

En la "Mamita de los Valles" dos ríos confluyen en su manto, las flores amarillas se encuentran sobre su cabeza y el verde justo a sus pies.

Para la "Protectora de la agûita de la lluvia" todo es posible. De ella se desprende una magia espacial, legado de una creencia antigua. Con la luna en sus manos anuncia las buenas nuevas y las regala en forma de maravillosa lluvia.

En "Madre selva" el homenaje a la tierra está presente. Esta mamita multicolor contiene en sí misma el espíritu propio de ese lugar desbordante de fauna y flora. Esta protectora silvestre lleva en su vestido una cascada de agua que deja caer y que se hace río, también deja ver perfiles de aves y piel de yaguareté, sapos y libélulas, serpientes y mariposas que se imponen desde los pies de esta figura. En el fondo el verde siempre verde que la acompaña en la pintura.

Cuánto color en la "Mamita del viento norte". La risueña que se eleva, tiene rombos como corona y colores de cerros con líneas multiformes en su manto cubierto de llamas y cactus, quebradas y ríos. Finalmente, la "Mamita del cerro" desprende de sí la paz que enternece el alma.

En la exposición las esculturas son luminosas obras creadas para conmover miradas. Están basadas en las pinturas de las protectoras y se erigen como deidades sublimes que cautivan.

Así es como la concepción de arte vive en Cecilia Espinoza. En recuerdos de vivencias que no desaparecen con el paso del tiempo, sino que se transformaron en manifestaciones artísticas dignas de admirar.

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