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Investigan en Francia si el ataque a policías fue un acto terrorista

Lunes, 22 de diciembre de 2014 00:00
El sábado, poco después del mediodía, Bertrand Nzohabonayo, francés nacido en Burundi en 1994 convertido al Islam hace cuatro años, según el diario Le Figaro, ingresó a la comisaría de Joué-les-Tours.

Al grito de "Allah Akbar" ("Alá es grande" en árabe), el joven hirió a tres policías antes de ser abatido.

El ministro del interior, Bernard Cazeneuve, condenó ayer la "brutal agresión" y remarcó la "sangre fría y el profesionalismo" de los policías que "utilizaron su arma reglamentaria".

Entretanto, el primer ministro francés, Manuel Valls, prometió hoy en su cuenta de Twitter "la máxima severidad del Estado contra quienes ataquen a policías".

El diario Libération afirma que el atacante había puesto en su cuenta de Facebook la bandera de la agrupación Estado Islámico (EI) dos días antes del hecho.

La investigación, dirigida por la Dirección Antiterrorista de la policía judicial, se orienta hacia un ataque terrorista por "ser similar al modo de acción preconizado por EI de atacar a las fuerzas de seguridad", afirmó una fuente judicial del derechista Le Figaro.

La intervención militar francesa en Irak, comandada por el presidente socialista Francois Hollande, le valió reiteradas amenazas de EI, grupo que llamó a matar franceses en cualquier rincón del mundo.

A fines de septiembre, el alpinista Hervé Gourdel fue decapitado en Argelia por un grupo ligado a EI.

Otro problema que deben afrontar las autoridades francesas es el regreso al país de los numerosos jóvenes que partieron a realizar la guerra santa en Siria e Irak.

A pesar de poseer una de las legislaciones antiterrorista más severas del mundo, endurecida por ley en noviembre, que incita a los ciudadanos a la delación y permite a las autoridades confiscar el pasaporte de un sospechoso, la partida de jóvenes franceses se incrementó un 80% desde enero, reconoció la semana pasada el ministro del interior Bernard Cazeneuve.

En tanto que el Fiscal de París estimó en noviembre que de los más de 3.000 jóvenes europeos integrando las filas del EI y otros grupos en Siria e Irak, 1.100 son franceses.

La participación activa de los jóvenes galos dentro de EI sorprendíó a los franceses a fines de noviembre, cuando Maxime Hauchard, un francés convertido musulmán, de 22 años, participó del video de decapitación de soldados sirios.
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El sábado, poco después del mediodía, Bertrand Nzohabonayo, francés nacido en Burundi en 1994 convertido al Islam hace cuatro años, según el diario Le Figaro, ingresó a la comisaría de Joué-les-Tours.

Al grito de "Allah Akbar" ("Alá es grande" en árabe), el joven hirió a tres policías antes de ser abatido.

El ministro del interior, Bernard Cazeneuve, condenó ayer la "brutal agresión" y remarcó la "sangre fría y el profesionalismo" de los policías que "utilizaron su arma reglamentaria".

Entretanto, el primer ministro francés, Manuel Valls, prometió hoy en su cuenta de Twitter "la máxima severidad del Estado contra quienes ataquen a policías".

El diario Libération afirma que el atacante había puesto en su cuenta de Facebook la bandera de la agrupación Estado Islámico (EI) dos días antes del hecho.

La investigación, dirigida por la Dirección Antiterrorista de la policía judicial, se orienta hacia un ataque terrorista por "ser similar al modo de acción preconizado por EI de atacar a las fuerzas de seguridad", afirmó una fuente judicial del derechista Le Figaro.

La intervención militar francesa en Irak, comandada por el presidente socialista Francois Hollande, le valió reiteradas amenazas de EI, grupo que llamó a matar franceses en cualquier rincón del mundo.

A fines de septiembre, el alpinista Hervé Gourdel fue decapitado en Argelia por un grupo ligado a EI.

Otro problema que deben afrontar las autoridades francesas es el regreso al país de los numerosos jóvenes que partieron a realizar la guerra santa en Siria e Irak.

A pesar de poseer una de las legislaciones antiterrorista más severas del mundo, endurecida por ley en noviembre, que incita a los ciudadanos a la delación y permite a las autoridades confiscar el pasaporte de un sospechoso, la partida de jóvenes franceses se incrementó un 80% desde enero, reconoció la semana pasada el ministro del interior Bernard Cazeneuve.

En tanto que el Fiscal de París estimó en noviembre que de los más de 3.000 jóvenes europeos integrando las filas del EI y otros grupos en Siria e Irak, 1.100 son franceses.

La participación activa de los jóvenes galos dentro de EI sorprendíó a los franceses a fines de noviembre, cuando Maxime Hauchard, un francés convertido musulmán, de 22 años, participó del video de decapitación de soldados sirios.

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