El aumento del precio del dólar en bancos y casas de cambio se ubicó este año apenas por debajo del registrado en 2013 (que había sido del 32 por ciento) propiciado por un abrupto deslizamiento del peso en enero y las microdevaluaciones del Banco Central a través de su política de flotación administrada.
A pesar de que en el discurso oficial el Gobierno de Cristina Kirchner se opone a las devaluaciones, el peso se depreció fuerte y alcanzó su segunda mayor pérdida anual de poder de compra frente al dólar estadounidense en los once años de gestión kirchnerista.
Si no se registran sobresaltos durante lunes, martes y la jornada reducida del miércoles, el valor del dólar se ubicará en torno a los 8,565, contra los 6,55 de primer día de enero y los 4,93 pesos de inicios de 2012, cuando se había encarecido un 14 por ciento.
El tipo de cambio pasó un año de turbulencias debido a las fuertes presiones del sector financiero y a los lentos reflejos de ahora expresidente del Banco Central, Juan Carlos Fábregas, para salir a responder, prisionero de una durísima interna con el ministro de Economía, Axel Kicillof.
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El aumento del precio del dólar en bancos y casas de cambio se ubicó este año apenas por debajo del registrado en 2013 (que había sido del 32 por ciento) propiciado por un abrupto deslizamiento del peso en enero y las microdevaluaciones del Banco Central a través de su política de flotación administrada.
A pesar de que en el discurso oficial el Gobierno de Cristina Kirchner se opone a las devaluaciones, el peso se depreció fuerte y alcanzó su segunda mayor pérdida anual de poder de compra frente al dólar estadounidense en los once años de gestión kirchnerista.
Si no se registran sobresaltos durante lunes, martes y la jornada reducida del miércoles, el valor del dólar se ubicará en torno a los 8,565, contra los 6,55 de primer día de enero y los 4,93 pesos de inicios de 2012, cuando se había encarecido un 14 por ciento.
El tipo de cambio pasó un año de turbulencias debido a las fuertes presiones del sector financiero y a los lentos reflejos de ahora expresidente del Banco Central, Juan Carlos Fábregas, para salir a responder, prisionero de una durísima interna con el ministro de Economía, Axel Kicillof.