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Gauchos jujeños que luchan por conservar las tradiciones

Domingo, 07 de diciembre de 2014 00:00
La figura de aquel épico personaje que sintetiza las virtudes como la honestidad, nobleza, rebeldía y amor por la libertad, fue recordado ayer en diferentes puntos del país al recordarse el Día Nacional del Gaucho en conmemoración a la publicación de la primera parte del poema narrativo "El gaucho Martín Fierro" de José Hernández, obra que es considerada la más importante de la historia literaria de la Argentina. En nuestra ciudad, apenas finalizado el mes de la tradición, se reconoció la labor de Delfín Llanes como impulsor del Día de la Tradición y de Gabriel Zamorano por su esfuerzo por conservar las costumbres, realizando importantes homenajes al Éxodo Jujeño y fechas patrias.

A través de uno de los personajes más representativos del ser nacional y a más de un siglo de su creación, Hernández puso todo su empeño en defender a los paisanos de las injusticias que se cometieron contra ellos mediante su obra y es por eso que se recuerda la efeméride. Si bien el Martín Fierro cuenta la historia de un gaucho de la región pampeana, en nuestra provincia también existe un arquetipo de esta figura que representa nuestras raíces y nuestra propia identidad.

Delfín Llanes, un gaucho netamente criollo nacido en Tiraxi y formado en una escuela rural al tiempo que en su hogar realizaba todo tipo de tareas de campo, explicó la definición de gaucho recordando la reconocida frase "hacéme una gauchada". Según Llanes ésta frase hace alusión a que los gauchos son personas son humildes, honestas y sencillas y capaces de sacrificarse por cualquier persona y por su patria. Portando un traje gris, chaquetilla, botas y el tradicional poncho marrón destacó que gaucho no es aquel "que se viste bien" ni el que asiste a los desfiles, sino que es aquel hombre honesto, que sabe sobrevivir en el campo, vive de su trabajo y defiende sus tierras, costumbres y tradiciones. En particular, Según Llanes lo que distingue al gaucho oriundo de nuestra provincia de otros de la región, es el marrón de su poncho que en general es realizado con lana de oveja teñida con cascara de nogal.

Recientemente reconocido por el municipio por su lucha para conservar las costumbres locales desde las diferentes agrupaciones tradicionalistas que encabezó, Gabriel Zamorano, destacó por su lado que el gaucho jujeño es conocido por ser un "defensor de su tierra", que luchó por la independencia, acompañados por las mujeres que colaboraron con su accionar. Según Zamorano existe una gran diferencia entre vestirse de gaucho y realmente ser un gaucho. "Es una persona decente, acogedora, prestada a cualquier tipo de ayuda sin interés alguno", indicó Zamorano. En coincidencia con Llanes, Zamorano resaltó que la vestimenta es una característica fundamental de este personaje y en este sentido destacó que hoy, lamentablemente, muchos jujeños usan gorras cuando en realidad el gaucho jujeño usa sombrero o usan chalecos, cuando el jujeño acostumbra vestir una chaquetilla. "Respetar la vestimenta es un pequeño aporte para conservar y mantener las tradiciones de los antepasados. El gaucho jujeño es muy diferente al de la provincia de Buenos Aires, que es de lujo negro con faja y con elementos de plata, al igual que el atalaje del animal, algo que no es del gaucho jujeño", dijo Zamorano.

Ambos gauchos reconocidos en la provincia por sus aportes para revalorizar la cultura, indicaron que la importancia de recordar a la figura gaucha radica en que de esa manera se mantienen algunas de las tradiciones de nuestros antepasados, que conformaron la identidad del jujeño. Según Delfín LLanes, quien instauró la Semana de la Tradición en 1992, se están perdiendo numerosas costumbres a nivel local, entre ellas el baile, las pialadas, y la copla. "Si uno escucho a un chico o chica joven decir una copla en un rueda, va a ser una casualidad, porque hoy ya no se acostumbra trasladar estas tradiciones", dijo Delfín. Desde su visión, Gabriel Zamorano opinó que lo que falta en la provincia para conservar las costumbres, es el dialogo al momento de transmitir las usanzas. Como ejemplo de ello, citó que muchas mujeres actualmente usan el traje masculino de gaucho, cuando en realidad deben usar el vestido y el sombrero de paisana. "Muchos hoy se visten y no saben por qué llevan esa ropa. También hay que desterrar la imagen del gaucho borracho, vago y sucio, y por hay que recordar a los jóvenes que la alineación y el cuidado de la vestimenta también hacen a la persona, y tenemos que cuidar los detalles. O nos vestimos correctamente o no nos vistamos. No hay que disfrazarse", señaló Zamorano.
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La figura de aquel épico personaje que sintetiza las virtudes como la honestidad, nobleza, rebeldía y amor por la libertad, fue recordado ayer en diferentes puntos del país al recordarse el Día Nacional del Gaucho en conmemoración a la publicación de la primera parte del poema narrativo "El gaucho Martín Fierro" de José Hernández, obra que es considerada la más importante de la historia literaria de la Argentina. En nuestra ciudad, apenas finalizado el mes de la tradición, se reconoció la labor de Delfín Llanes como impulsor del Día de la Tradición y de Gabriel Zamorano por su esfuerzo por conservar las costumbres, realizando importantes homenajes al Éxodo Jujeño y fechas patrias.

A través de uno de los personajes más representativos del ser nacional y a más de un siglo de su creación, Hernández puso todo su empeño en defender a los paisanos de las injusticias que se cometieron contra ellos mediante su obra y es por eso que se recuerda la efeméride. Si bien el Martín Fierro cuenta la historia de un gaucho de la región pampeana, en nuestra provincia también existe un arquetipo de esta figura que representa nuestras raíces y nuestra propia identidad.

Delfín Llanes, un gaucho netamente criollo nacido en Tiraxi y formado en una escuela rural al tiempo que en su hogar realizaba todo tipo de tareas de campo, explicó la definición de gaucho recordando la reconocida frase "hacéme una gauchada". Según Llanes ésta frase hace alusión a que los gauchos son personas son humildes, honestas y sencillas y capaces de sacrificarse por cualquier persona y por su patria. Portando un traje gris, chaquetilla, botas y el tradicional poncho marrón destacó que gaucho no es aquel "que se viste bien" ni el que asiste a los desfiles, sino que es aquel hombre honesto, que sabe sobrevivir en el campo, vive de su trabajo y defiende sus tierras, costumbres y tradiciones. En particular, Según Llanes lo que distingue al gaucho oriundo de nuestra provincia de otros de la región, es el marrón de su poncho que en general es realizado con lana de oveja teñida con cascara de nogal.

Recientemente reconocido por el municipio por su lucha para conservar las costumbres locales desde las diferentes agrupaciones tradicionalistas que encabezó, Gabriel Zamorano, destacó por su lado que el gaucho jujeño es conocido por ser un "defensor de su tierra", que luchó por la independencia, acompañados por las mujeres que colaboraron con su accionar. Según Zamorano existe una gran diferencia entre vestirse de gaucho y realmente ser un gaucho. "Es una persona decente, acogedora, prestada a cualquier tipo de ayuda sin interés alguno", indicó Zamorano. En coincidencia con Llanes, Zamorano resaltó que la vestimenta es una característica fundamental de este personaje y en este sentido destacó que hoy, lamentablemente, muchos jujeños usan gorras cuando en realidad el gaucho jujeño usa sombrero o usan chalecos, cuando el jujeño acostumbra vestir una chaquetilla. "Respetar la vestimenta es un pequeño aporte para conservar y mantener las tradiciones de los antepasados. El gaucho jujeño es muy diferente al de la provincia de Buenos Aires, que es de lujo negro con faja y con elementos de plata, al igual que el atalaje del animal, algo que no es del gaucho jujeño", dijo Zamorano.

Ambos gauchos reconocidos en la provincia por sus aportes para revalorizar la cultura, indicaron que la importancia de recordar a la figura gaucha radica en que de esa manera se mantienen algunas de las tradiciones de nuestros antepasados, que conformaron la identidad del jujeño. Según Delfín LLanes, quien instauró la Semana de la Tradición en 1992, se están perdiendo numerosas costumbres a nivel local, entre ellas el baile, las pialadas, y la copla. "Si uno escucho a un chico o chica joven decir una copla en un rueda, va a ser una casualidad, porque hoy ya no se acostumbra trasladar estas tradiciones", dijo Delfín. Desde su visión, Gabriel Zamorano opinó que lo que falta en la provincia para conservar las costumbres, es el dialogo al momento de transmitir las usanzas. Como ejemplo de ello, citó que muchas mujeres actualmente usan el traje masculino de gaucho, cuando en realidad deben usar el vestido y el sombrero de paisana. "Muchos hoy se visten y no saben por qué llevan esa ropa. También hay que desterrar la imagen del gaucho borracho, vago y sucio, y por hay que recordar a los jóvenes que la alineación y el cuidado de la vestimenta también hacen a la persona, y tenemos que cuidar los detalles. O nos vestimos correctamente o no nos vistamos. No hay que disfrazarse", señaló Zamorano.

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