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Cuando uno no quiere... dos no pueden

Lunes, 01 de septiembre de 2014 00:00
JUAN MIGUEL CARDOZO. Cumplimos

Es curioso, pero es cierto, cuando uno no quiere hacer realidad algo, aunque sean dos lo quieren lo mismo, nunca podrán lograrlo. Los ejemplos son claros: si un boxeador se niega a pelear como corresponde, nunca saldrá una pelea brillante; si a dos que les gusta la danza, pero alguno de ellos no se presta a bailar con voluntad y empeño, jamás obtendrán un resultado agradable. En Jujuy, eso se va trasladando a la vida cotidiana y a toda la sociedad, de manera ostensible y continuada, al punto que se vuelve imposible no sólo cualquier emprendimiento, cualquier objetivo se convierte en utopía, y hasta la vida misma se bloquea en cualquier momento, despreciada y hasta humillada. Para analizar esto, hay que partir de la base de la buena fe de los contendientes, de los habitantes de ambas veredas, o de los sectores que participan de la cosa pública. Eso, ya es casi inasequible, pero vale la pena intentarlo.

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Es curioso, pero es cierto, cuando uno no quiere hacer realidad algo, aunque sean dos lo quieren lo mismo, nunca podrán lograrlo. Los ejemplos son claros: si un boxeador se niega a pelear como corresponde, nunca saldrá una pelea brillante; si a dos que les gusta la danza, pero alguno de ellos no se presta a bailar con voluntad y empeño, jamás obtendrán un resultado agradable. En Jujuy, eso se va trasladando a la vida cotidiana y a toda la sociedad, de manera ostensible y continuada, al punto que se vuelve imposible no sólo cualquier emprendimiento, cualquier objetivo se convierte en utopía, y hasta la vida misma se bloquea en cualquier momento, despreciada y hasta humillada. Para analizar esto, hay que partir de la base de la buena fe de los contendientes, de los habitantes de ambas veredas, o de los sectores que participan de la cosa pública. Eso, ya es casi inasequible, pero vale la pena intentarlo.

Dos que no pueden

En los días que pasaron, los paros locales y el paro nacional fueron lo dominante. Que en Buenos Aires, voces del oficialismo hayan dicho que no adhirieron más del 75% de los trabajadores, fue tan ridículo e increíble, como que desde los organizadores de la huelga y la oposición hayan dicho que los que pararon, fueron precisamente más del 75%. El ciudadano menos advertido se dio cuenta que fue un durísimo golpe al gobierno, pero no tan duro como las centrales obreras que convocaron hubiesen deseado. En medio de esa discusión para ganar titulares, ambas partes se autoconsagraron rotundamente perdedoras de la pulseada: perdió el gobierno porque no es capaz todavía de reconocer que algo de todo lo que hace merece ser revisado, ya que a horas de la huelga rechazó la posibilidad de levantar el tope del impuesto a los sueldos (ganancias) y descartó abrir nuevas discusiones paritarias, aunque no podrá desconocer jamás que la estanflación nos lleva puestos. Los gremios perdieron porque se menguó notablemente su capacidad de convocatoria y no obstante esa luz de alerta, ya amenazan con otro paro general, sin entender que el método es cada vez más inocuo. Lo curioso, es que ambos danzarines de este baile, fundamentan su estrategia en beneficiar a la gente, esos millones de espectadores de una pelea estéril, que siguen sufriendo la falta de soluciones a sus problemas de supermercado, de sueldos, transportes, seguridad, facturas de gas y otros servicios, etc. etc. etc. El Paro en Jujuy, fue un calco del nacional con los detalles de siempre: algunos cortes de ruta, la consabida violencia de los que expulsaron de oficinas públicas y escuelas a los que querían trabajar. Ahora se anuncian para esta semana, la tradicional seguidilla de asambleas y plenarios para decidir más medidas de fuerza. Las voces de los trabajadores acusan al Gobierno de no responder a sus pedidos, y de estar en mora – más de un año- con un acta suscripta en el 2013. Desde el estado provincial, el Secretario de Gobierno Juan Miguel Cardozo dijo estar honradamente convencido de que el gobierno ha dado cabal cumplimiento a los compromisos contraídos, pero aceptó mirar el nuevo petitorio que le acerquen los gremios para cotejarlo con su convencimiento. Alguien no está diciendo la verdad, o al menos no toda la verdad. Y mientras esto siga pasando, aunque las dos partes reivindiquen para si la razón, ninguno de los dos podrá avanzar. Mientras, la gente mira.

Municipales por dos

Otro curioso caso ocurre por estas horas en la Municipalidad de la Capital. El escenario original y lógicamente territorio del SEOM (integrante –hoy- del Frente de Gremios Estatales), amaneció a mitad de semana–por un descuido raro o por desatención de la estrategia mientras se ocupaba del paro local- copado por la Intersindical, que tomó el edificio central de Avenida El Éxodo, y en los jardines y la avenida de enfrente, organizó un nutrido acampe que es la razón de la úlcera y el desaliento de comerciantes y vecinos de la populosa barriada. Sin prevención, sin resistencia posible y sin solución a la vista, todo sigue así, mientras el SEOM, que en centenares de ocasiones usó las mismas prácticas, lo mira por TV. El método que no sirvió antes, no tiene por qué servir ahora. La cuestión es salarial, pase a planta permanente de contratados y reclamos por la situación de los precarizados. La Municipalidad aparentemente no podrá dar más de lo que ya está dando. Ekel Meyer, coordinador del Ejecutivo Municipal y Juan Carlos Toconás, secretario de Gobierno protagonizaron una reunión de muy baja calidad con la Intersindical donde escucharon el reclamo y comprometieron un segundo encuentro que nunca se realizó. En cambio hicieron llegar una propuesta de comenzar a tratar la situación, paulatinamente, desde el 16 de este mes. Consecuencia: el acampe sigue igual que la tensa situación. La buenas intenciones de las dos centrales sindicales más la de los funcionarios municipales, naufragan irremediablemente, porque si uno no quiere, en este caso tres, no pueden. Mientras, los municipales afectados, y la gente, miran.

Dos en pugna

Otro tema grueso de estos días fue la feroz embestida radical en contra de la distribución y costos de la garrafa subsidiada. En realidad, el tema arrancó hace más de diez días, pero al parecer sólo dolió cuando los diputados de la UCR a instancias del jefe político dejaron impresa en una solicitada la grave denuncia de la supuesta venta a precios exorbitantes de dichas garrafas. El Gobierno que sólo había hablado mediante unas declaraciones al pasar del propio gobernador, montó en cólera. A través de las voces de importantes funcionarios respondió con firmeza, restando todo valor a la acusación radical. Pero, quedan flotando dos sensaciones: si es mentira lo que dijo la UCR, y sólo juega al "calumnia...que algo queda..." es de muy baja calaña la actitud. Si son ciertas las desmentidas oficiales, sería importante dar un corte definitivo al runrún que gana la calle. Si alguna irregularidad es cierta, también sería interesante corregirla, porque se juega nada menos que con la necesidad de miles de los jujeños, más necesitados, (sirve la redundancia). Como se dijo, partiendo la base de la buena fe de la preocupación de unos y otros por los más humildes, sólo resta iluminar la cuestión, porque hasta aquí, esa buena fe de ambos, es tan irritante que impide que se alcancen los frutos deseados. El Ministro de la Producción, Gabriel Romarovsky explicó desde su vereda que lo de los radicales, es "infamia y difamación" . El diputado radical Raúl Rizzoti, respondió desde la suya: "El ministro miente". Grave. El tema sigue instalado en la común y cotidiana agenda de la gente, que simplemente, mira.

En política también

Mientras se suceden estos ejemplos de que mientras uno no quiera, dos jamás podrán acordar la mejor manera de avanzar, trabajar y menos aún de beneficiar a los que más necesitan, es obvio que los esfuerzos se dilapidan, no se acepta tomar experiencias a la vista como modelo de lo que hay que hacer –o de lo que no hay que hacer- y el tiempo pasa y se pierde. Claramente, advierten los jujeños, sobre todo aquellos con algunos años encima, que el diálogo entre los actores de la cosa pública está quebrado. Tanto del oficialismo como de la oposición, desde sectores antagónicos y aún en medio de duros enfrentamientos, llegan memorias de que los caciques y sus voceros tenían puentes tendidos por los que iban y venían cuando hacía falta, y que se podían acordar treguas, avances, y fortalecer esos códigos indispensables que la vida pública requiere, aunque no necesariamente se deban hacer públicos. Entre políticos, entre sindicalistas, entre aquellos y éstos, y con empresarios, credos, vecinalistas, etc. Y no se trata de contubernios ni de elaborar pactos a escondidas (calificativos fáciles para ciertos arrimados al periodismo). Es simple y sabiamente, alimentar el diálogo y las buenas formas, sobre todo en momentos en que se recalienta el horizonte, cada vez más cercano de conflictos muy duros. De este tipo de reuniones, aunque siempre reservadas, se tenían noticias que la prensa responsable manejaba con la reserva que esos temas imponían. Hoy –a menos que haya habido un juramento de cerrazón y bloqueo- no se conoce de dichas conversaciones. Es más, los jefes políticos de Jujuy, Eduardo Alfredo Fellner y Gerardo Morales, sólo por citar como ejemplo a los dos políticos más importantes –aunque hay muchos coroneles que estarían habilitados para conversaciones donde se diseñen estrategias comunes frente a delicados frentes de tormenta también comunes- no se habrían reunido desde hace mucho, y cuentan allegados a ambos, que hasta en acontecimientos sociales, evitan algo más que no sea el mero contacto formal. Desde los radicales aseguran que "el estilo" está impuesto desde el mismo corazón del Frente para la Victoria que Eduardo integra y representa a cabalidad. Desde el peronismo, afirman que Gerardo sólo ve el mundo a través del cristal de su obsesión por alcanzar la gobernación, no que impide cualquier charla sincera. Si es así, si alguno de ellos aflojara y buscase, si el otro no quiere, los dos no podrán. Serán los métodos de la política de hoy, y nadie mejor que ellos para saber cómo se debe hacer y porqué. Mientras tanto, la gente, mira.

Visitas anunciadas

Mientras tanto, todo sigue. Comenzó Septiembre con su carga de Lapachos florecidos y la inminente explosión de los ceibos y los tarcos. Hay un rumor de fiesta de los estudiantes en las esquinas de todas las ciudades y pueblos de Jujuy, y la gente se prepara para participar masivamente del grato acontecimiento, como lo hizo en el Éxodo Jujeño y en los acontecimientos que honraron a la Pachamama y a los niños en su mes feliz. Mientras tanto, la política sigue. Los dirigentes de la izquierda jujeña se preparan para la visita inminente de José Saúl Wermus, que no es otro que Jorge Altamira, diputado nacional, fundador del Partido Obrero, quien ostenta su diputacía sobre la base de casi 500 mil votos obtenidos en el 2011 y que ahora recorrerá el norte argentino con el objeto de consolidar el crecimiento de la izquierda observado en las últimas elecciones, en San Salvador de Jujuy, y especialmente en Salta, donde según dicen, irán por la Intendencia de la Capital con grandes posibilidades. El peronismo también tendrá una visita: volverá a Jujuy el Ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Esta vez, llegará para inaugurar las anunciadas obras de restauración de la infraestructura ferroviaria en Perico. El ministro, en lento pero constante ascenso en el espectro del precandidatos del Frente para la Victoria, tendría reuniones políticas, para tratar de fidelizar algunos entusiasmos que despertó durante su llegada anterior a Jujuy. Los demás, siguen, sin prisa y sin pausa su preparación para el 2015, sin perder de vista que lo que falta desde este primero de Septiembre hasta fin de año, según con se mira, parece una eternidad.

Para terminar

Y como este mes, es precisamente tiempo de esperanzas y de siembras, de comienzos y de sueños juveniles, que debería predisponernos a rechazar los desencuentros y la intemperancia, el periodista juzgó importante cerrar esta columna con un pensamiento halagüeño, pleno de significaciones: Refiriéndose a los episodios de violencia registrados en el último paro, sugieron estos dichos: "El derecho al reclamo esta dentro del sistema democrático, pero también el derecho de quienes desean cumplir con sus tareas cotidianas deben ser respetadas, porque si esto no ocurre la sociedad queda presa de un grupo que termina siendo operativo para intereses mezquinos y poco claros alentados desde la sombra por partidos políticos que de puertas para afuera pregonan la paz , pero en realidad son sectores desestabilizadores de las instituciones democráticas", lo dijo José Luis Bejarano, concejal de San Salvador de Jujuy por Unidos y Organizados, y también destacado dirigente de la Agrupación Barrial Tupac Amaru.