Para seleccionar la zona de aterrizaje (ampliada en la imagen debajo) se han utilizado diferentes criterios de decisión, como si la zona es plana o no, si está iluminada o no por el Sol y en qué intensidad, qué áreas serían más accesibles para las maniobras de aterrizaje etc. La zona es relativamente plana, pero también tiene desniveles que pueden suponer un riesgo para la misión.
El área seleccionada tiene aproximadamente un kilómetro cuadrado de superficie. Ninguna de las zonas analizadas cumplen al 100% con los criterios necesarios para asegurar un aterrizaje con éxito, pero la zona J seleccionada es la mejor entre todas.
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Para seleccionar la zona de aterrizaje (ampliada en la imagen debajo) se han utilizado diferentes criterios de decisión, como si la zona es plana o no, si está iluminada o no por el Sol y en qué intensidad, qué áreas serían más accesibles para las maniobras de aterrizaje etc. La zona es relativamente plana, pero también tiene desniveles que pueden suponer un riesgo para la misión.
El área seleccionada tiene aproximadamente un kilómetro cuadrado de superficie. Ninguna de las zonas analizadas cumplen al 100% con los criterios necesarios para asegurar un aterrizaje con éxito, pero la zona J seleccionada es la mejor entre todas.
La ESA ha seleccionado también una zona secundaria de aterrizaje, la zona C, en caso de que la primera zona J finalmente no resulte adecuada. Debajo puedes ver una ilustración de cómo el módulo Philae, de unos 100 kilos de peso, aterrizaría en el cometa.
Se espera que el aterrizaje se realice el 11 de Noviembre, cuando el cometa 67P esté a unos 450 millones de kilómetros del Sol. Esa es la distancia más segura antes de que la actividad en la superficie del cometa por la cercanía del Sol afecte la operación. El módulo de aterrizaje Philaeobservará in situ, sobre la propia superficie del cometa, cómo esta se modifica a medida que se acerca al Sol, pero también analizará la composición de su interior a través de ondas de radio. Algunos astrónomos ya asegura que, si todo sale bien, el aterrizaje será un momento casi tan histórico como la llegada del hombre a la Luna.